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Roleros Destacados


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Showing content with the highest reputation on 30/05/18 en todas las áreas

  1. 6 points
    Hago un pequeño aporte, no tengo fotos pero funcionan 100% 2018, no virus, link full mega, full HD 4K 24/7-365 Frezee: .aura 16245 (Congela el emote que estes haciendo, por ejemplo: El saludo militar o.<) Pistolas: .aura 93597 (No hay mucho que decir... Un par de pistolas en tus manos ¿Que diablos quereís más?) Morir con estilo (slow motion): .aura 90405 Baile del salón de Karazhan: .mod stand 400 (¿Habeís ido a Karazhan alguna vez? ¿No? Mal hecho.) Sentadillas: .aura 204893 (Nada mejor que calentar antes de pelear por ti vida) Ea, se que es poco pero a medida que encuentre más los posteare (Son una chulada, reto que los proveís y ós riáis un rato)
  2. 2 points
    Un sobre cerrado llega a manos de un suboficial forestal en Quel'danil con la solicitud de ser entregado a la líder del asentamiento. La resumida nota que se encuentra en su interior se percibe en buenas condiciones y está redactada con una caligrafía pulcra y metódica. Pláceme saludaros, Capitana Forestal Dragoestio, Mí nombre es Odriel Feathersun, estudiante y bibliotecario con actual residencia en tierras humanas y por medio de la presente me dirijo a vos con la esperanza de que os sea posible concederme una audiencia con motivos que desarrollo a continuación. He llegado hasta vuestras puertas, junto a un grupo de entusiastas compatriotas, con un proyecto de reunificación para nuestro pueblo. Creo que este objetivo debió haber sido planteando hace años tras la caída y posterior expulsión de alto reino pero, ahora que la oportunidad se ha presentado, me gustaría compartirlo con vos. En vuestras manos reposa la facultad de apoyar esta idea o derrumbarla por completo, más aún así confío en que si me permitís explayarme en esta propuesta, seáis capaz de tomar las decisiones más provechosas tanto para los habitantes de Quel’danil como para el resto de compatriotas que viven sufriendo desigualdad de condiciones en tierras humanas. Esperando su mayor compresión y agradeciendo vuestra hospitalidad. Se despide cordialmente, Odriel Feathersun // @Malcador
  3. 2 points
    Historia “¡Más! ¡Más! ¡No iré a ayudarte si no eres capaz de hacerlo tú sola!” - La grave voz de su padre llegaba a oídos de Akoni mientras la joven orco de apenas cuatro años bufaba por el esfuerzo. Sus brazos estaban agarrotados, sus palmas sangraban, tajadas y arañadas, y varias uñas se le habían roto ya mientras escalaba a pulso la pared vertical de roca viva. Sobre esta, mirando hacia abajo, asomaba la corpulenta figura de su padre, Kulgha Dienterroto, y las de sus dos hermanos y tres hermanastros, cada uno más alto que el anterior, y a su vez más altos que su padre. Kulgha era un orco chapado a la antigua, y no se tomó de buen agrado cuando el tercer retoño de su segunda compañera resultó ser una femia. Él, que se había vuelto famoso por haber engendrado una prole de inmensos guerreros orcos, cada uno más valiente y temerario que el anterior, había perdido ese prestigio cuando tuvo a una orco. Con un gruñido final, sin aliento, Akoni logró llegar hasta la cima y desplomarse sobre la roca, jadeando. Nadie le echó una mano para incorporarse, nisiquiera esperaron a que recuperase el aliento, simplemente dieron media vuelta y echaron a caminar por la empinada pendiente. “Llegaremos al campamento en dos horas. Los demás exploradores ya habrán regresado y habrán localizado la guarida del Draco” Su padre hablaba con su prole, mientras Akoni iba tras ellos correteando a paso rápido. Todos sus hermanos eran orcos ya adultos, y salvo Ukher, el segundo hijo de la madre de Akoni y el más joven de la descendencia masculina de su padre con 14 años, el resto ignoraban completamente a Akoni. La joven orca intentaba escuchar la conversación entre su padre y sus hermanos, pero estos formaban un círculo alrededor de la figura del veterano guerrero orco que le impedía enterarse. Tampoco es que importase, habían salido a la madrugada a cazar, y Akoni les había acompañado, como hace cualquier niño orco una vez es capaz de correr. Aun así, hasta dentro de dos años no se le permitiría empuñar su propia arma, por lo tanto no participó activamente en la persecución del crocolisco que Magrun, el mayor de todos los hijos de Kulgha, llevaba a su espalda. A Akoni nunca le habían gustado las tierras donde descendían para cazar. La tierra era húmeda, carente de bosques. Las extensiones de raíces y arbustos llegaban hasta donde alcanzaba la vista, y el barro y las trampas naturales estaban a la vuelta de la esquina. Una espesa niebla que descendía de las montañas lo cubría todo de manera regular, lo que creaba una sensación opresiva en el pecho que hacía de respirar un gran esfuerzo. Y la cosa empeoraba en las zonas del Norte, donde la hierba pasaba de estar humeda a estar hundida, y las marismas se extendían decenas de kilómetros en todas direcciones, en unas aguas infectas, turbias, apestosas y saladas, donde las bestias de los pantanos, los crocoliscos y otra clase de insectos grandes y pequeños acechaban. Era prácticamente imposible saber si el agua que había entre dos pequeños montículos de hierba embarrecida tenia apenas unos veinte centímetros de profundidad o era una trampa de arenas movedizas capaz de tragarse a un carnero enano en unos minutos. Eso hacía que las expediciones de cacería de los Faucedraco solo bajasen a estas tierras bajo la guía de un guerrero veterano que se conociese a la perfección las variaciones del terreno. De su aldea, Kulgha era uno de los más veteranos. Su grupo de guerreros estaba compuesto por un centenar de orcos. No eran parte del grupo principal del Clan Faucedraco, instalado en las Tierras Altas, más al Este, donde las grandes cabezas y cráneos de dragones negros decoraban el bastión desde donde Nek'rosh Aplastacráneos gobernaba con puño de hierro a su clan. Akoni había nacido y se había criado en las montañas de los Humedales, al Oeste, aprendiendo a pasar más tiempo saltando de un risco a otro que caminando. Con los años, Akoni había aprendido a recoger sus tiendas y montarlas con velocidad en otro lugar seguro, pues sus campamentos apenas duraban en la misma posición más que un par de semanas, lo que tardasen los montaraces enanos en encontrarles, normalmente tras que los temerarios guerreros del clan hubiesen lanzado una escaramuza contra algún puesto fortificado de los reinos de los de largas barbas, o saqueado alguna caravana especialmente importante. Akoni aprendió que los enanos no eran un pueblo agresivo, pero que su furia, si provocados, podía empequeñecer la de los grandes dragones que su gente cazaba y subyugaba. Tras una larga caminata, sintiendo los agudos calambres en las piernas, llegaron al campamento. En la empalizada de madera colgaban dos cráneos con restos resecos de carne. Dos dracos negros que los guerreros habían cazado un par de semanas después de instalarse. Ocho orcos habían muerto para acabar con ellos, incluso tratándose de ejemplares bastante jóvenes. Pero si algo aprendía todo Faucedraco, por joven que fuese, en que es el número lo único que puede permite a los orcos acabar con bestias tan poderosas. Las cabezas de los grandes dragones adultos que decoraban el bastión principal del Clan habían sido cobradas con las vidas de docenas, si no cientos de orcos. Solo el Jefe del Clan era capaz de convocar suficientes guerreros como para intentar dar muerte a un Dragón adulto, bestias capaces de destruir ejércitos enteros con sus garras, su magia y su aliento. Pero los Faucedraco tenían una larga tradición de cazar y subyugar bestias voladoras, y en las escarpadas montañas donde tanto ellos como los dragones hacían sus guaridas, habían desarrollado técnicas de todo tipo para aprovechar la ventaja de su número y su tamaño. Las herramientas de caza de los Faucedraco eran variopintas, cada una más imaginativa que la anterior, algunas diseñadas para atontar, otras para clavarse y desgarrar en los tejidos blandos de las alas, otras para penetrar profundamente entre las pocas aperturas que dejan las escamas de los dragones y clavarse con violencia, dejando al dragón anclado a la tierra. Y pese a todo esto, no existía cacería donde no muriesen varios orcos. Incluso en los Om'riggor del clan, donde cada orco debía dar caza a un pequeño vástago de los dragones para ser considerado un guerrero, sin ayuda alguna, muchos no regresaban. Tal vez por haberse topado con la madre de la criatura que buscaban cazar, o porque habiendo infravalorado a la pequeña bestia alada esta resultó más letal de lo que aparentaba a primera vista. Así era la vida de los Faucedraco. Brutal, corta , dura. Y Akuni no tenía en mente sucumbir a ella. Ese día nisiquiera se molestó en intentar ir a la hoguera principal para escuchar hablar a los guerreros del clan. Marchó directa a su tienda, esperando ver a su madre al retirar la piel que la cubría. Al hacerlo, solo la oscuridad la recibió, recordando que su progenitora había fallecido hacia un mes en una cacería, cuando un crocolisco de las marismas la arrastró hacia las profundidades. Por suerte para ella, el cansancio no dejaba margen a la tristeza y el ánimo, y tras lavarse las heridas de las manos, se desplomó sobre las pieles donde dormía, algo apartada del resto de sus hermanos para evitar morir aplastada de manera inconsciente por estos, en sus sueños. Siete años después... Los rayos golpeaban los montículos de tierra humedecida con una violencia inusitada. Los animales huían despavoridos del temporal que acababa de desatarse repentinamente. ¿Qué estaba sucediendo? La orco y dos de sus hermanos, Ukher entre ellos, se encontraban en la zona Noreste de Los Humedales, recorriendo las inmensas marismas en dirección al Noroeste, para reunirse con una embarcación goblin que les llevaría hasta el otro continente, cuando un cielo de nubes grises pero calmo dio paso a un huracán repentino. El cielo se había recubierto por una capa de espesas nubes negras y una lluvia agresiva que parecía caer horizontalmente había comenzado a descender con violencia. El ya de por sí complicado trayecto se dificulto aun más con la tormenta repentina, y la cosa no hizo sino empeorar cuando comenzaron a caer los rayos, primero en la lejanía, aun que varios llegaron a caer tan cerca que Akoni sintió como se le erizaban todos los pelos de su cuerpo. “¡Que la Hoja del Destructor nos parta! ¡¿Qué está pasando Ukher?!” - Tuvo que gritar para que su hermano que avanzaba a apenas unos pasos por delante de ella la escuchase. No llegó a oír su respuesta, pero por su gesticulación entendió que estaba tan confuso como ella. Akoni acababa de realizar su Om'riggor hacía apenas tres meses, matando a una cría de dragón negro, que siendo de apenas el tamaño de un perro pequeño, le dejó una horrible quemadura en toda su mano derecha, una que lucía con orgullo. Eso la volvía una guerrera y miembro de pleno derecho del Clan Faucedraco, bajo la autoridad de la Señora de la Guerra Zaela. Y con ese derecho, sabía lo que iba a hacer. Ukher y Ferhun, sus dos hermanos con los cuales compartía tanto padre como madre, llevaban meses planificando un viaje hacia el otro continente. Su padre se había opuesto ante la idea, pero ambos hermanos, obstinados, deseaban entrar en contacto con el resto del pueblo orco. Estaban cansados de enanos, de crocoliscos, de raptors, de montañas y y la humedad. Las noticias de la hegemonía de la Horda Orca en Kalimdor resultaban increíblemente atractivas, y más tras enterarse de que un nuevo jefe de guerra, violento y de piel pura había ascendido al poder hacía apenas unos años. Y Akoni iba a ir con ellos. Estas noticias habían llegado de manos de un mensajero del Clan Grito de Guerra, al cual pertenecía el nuevo jefe de guerra. Este parecía desear la reunificación de los clanes Faucedraco y Rocanegra con la Horda Orca. Aunque muchos en su grupo lo rechazaron, Akoni así como sus hermanos vieron en esto una oportunidad de abandonar el estancamiento de las montañas donde habían nacido. Estos mensajeros que habían tardado meses en llegar desde el Norte, y que habían perdido a varios de sus acompañantes en el camino, tanto por la fauna como por grupos de humanos o enanos que los descubrieron, les informaron de que en un plazo de tres meses, una barcaza atracaría en los deltas más pantanosos al Noroeste de Los Humedales, para recoger a aquellos dispuestos a viajar a Kalimdor. Tras descansar un día en el campamento de los cazadores de dragones, los mensajeros marcharon para continuar su camino en dirección hacia las Tierras Altas, al Este. Ahora, Akoni y sus dos hermanos recorrían la inmensidad de Los Humedales para llegar a la embarcación prometida. Pero el horrible tiempo estaba volviendo bastante dificultoso el llegar en el plazo que deberían. Lo que deberían haber recorrido en una hora, les llevó prácticamente seis. Pero al final, tan rápido como llegó la tempestad, acabó. ¿El problema? Que gran parte de las marismas que debían de recorrer habían desaparecido sumergidas bajo el agua, dejando pequeños islotes aquí y allá salpicando el entorno. Eso iba a causar un gran retraso en su viaje. Un retraso que pagaron con sangre, pues fruto de su desvío hubieron de adentrarse en el territorio de caza de una de las numerosas y caníbales tribus de gnoll de los pantanos. Ferhun vio como su pie era atrapado por una de los cepos de afilados huesos recubiertos de veneno que usaban los gnolls, y Akoni tuvo que darle muerte con su hacha para ahorrarle el ser atrapado y devorado por las bestias perrunas. Pese a que Ferhun aceptó su destino sin titubeos, Akoni no pudo si no dejar que un par de lágrimas discurriesen por sus sucias y embarradas mejillas. No por la muerte de su hermano, ni siquiera por haber tenido que ser ella la que acabase con su vida. Sino porque este recibió una muerte indigna, por piedad, dejando su cuerpo su suerte en mitad de la nada, en vez de encontrar su final en una batalla honorable, contra una gran bestia, como aspiraba a morir todo Faucedraco. La adrenalina bombeando por las venas, y la gloria de la batalla gravada a fuego en la mente en los últimos instantes de la vida. Con un retraso de casi una semana, pese a todo, acabaron por llegar al lugar acordado. El navío estaba allí, con un par de orcos luciendo el emblema de la Horda Orca en sus hombreras. Akoni no había visto un barco en su vida, pero incluso a esto, sabía que esa embarcación de madera medio ruinosa solo podría ser llamado uno en las más laxas de las definiciones. La tripulación del navío era goblin, pues era muy posible que fuesen detenidos en alta mar por patrullas humanas, pero buscaban confiar en su reducido tamaño y la experiencia de los navegantes para evitar esta clase de contratiempos. Akoni pudo ver que junto a ella y su hermano, se habían agolpado unas dos docenas de orcos. La mayoría Faucedracos, pero reconoció a un par de Rocanegra, de oscura piel casi negra con leves protuberancias duras en sus hombros, tan propias de ese clan. No intercambiaron muchas palabras, antes de embarcar en la carraca que les prometía llevarles sanos y salvo al otro lado del gran océano. Al fin, tras varios meses encerrados en un cascarón de madera remachada que amenazó varias veces con partirse en dos en cualquiera de las comunes tormentas que azotan los oceanos centrales de Azeroth, llegaron a las costas de Durotar. El aire seco llegó a Akoni como una bofetada, despertándole de toda clase de mareo y malestar. Descendieron del barco, posando sus pies en el nuevo continente. Cuando sus pies tocaron la tierra rojiza de Durotar, no pudo sino caer arrodillada. Ukher parecía igual de sorprendida que ella. Lo seco del entorno era asfixiante, y por poco no dejó inconsciente a Akoni, pero una vez se empezó a acostumbrar, avanzando hacia la inmensa capital del pueblo orco, donde orcos de docenas de clanes se agrupaban, no pudo sino amar la sensación que le transmitía todo. El calor, la brutalidad, los tambores, las hogueras, todo. Aunque bastantes orcos les miraban con ojos curiosos fruto de su piel, no tardaron en empezar a ver a otros orcos que claramente compartían su ascendencia en las calles de Orgrimmar. Ukher no tardó en dejarla para ir a hablar con estos otros Faucedracos, a la vez que buscaba información sobre la capital. Akoni tardó bastante más en reaccionar, embobada por todo lo que la rodeaba. Esto era. No más humedad, no más enanos, no más pantanos. ¿Qué clase de bestias la esperaban en esta nueva tierra? Esto era la gloria. Esto era el honor. Esto eran los orcos.
  4. 2 points
    Fēngniǎo Zhao Descripción Física Lo primero que llama la atención en ella es que su altura está por debajo de la media respecto al resto de pandaren. Nació débil, y su salud se resiente con facilidad, es por ello que se la ve algo delgada para ser un pandaren. Tiene los ojos de un intenso color verde, y su pelaje oscila desde el blanco hueso al ébano. Suele llevar el pelo recogido en dos pequeños moños en lo alto de su cabeza. Descripción Psíquica Inquieta, tal vez hiperactiva. Siempre va de un lado a otro aun que tenga que arrastrar su deficiente tono físico. Sea cual sea el momento del día, siempre está ocupada haciendo algo. Es una enamorada de las artes, sobretodo de la escritura, a la cual le dedica una gran parte de su tiempo. Es precisamente eso lo que ha conseguido que aspire a convertirse en Eremita algún día. Siempre con ansias de aprender, de cuanto sea. Tiene un caracter dulce, a veces demasiado volcado en los demás, rayando la insistencia indecorosa, pero su entusiasmo es sincero, estimulado por casi todo cuanto no sabe, irrefrenable pero a veces, resulta encantador. HISTORIA Fengniaö nació temprano, y su alumbramiento vaticinaba un fin irremediable, pues era débil, pequeña y frágil como las flores del cerezo. Desconsolados por este hecho, sus padres hicieron llamar a un gran número de sanadores y boticarios, con el fin de que subsanara el mal con el que había nacido. Y con la marcha del último, se miraron apenados. Poco más estaba en su mano para ayudar a su hija recién nacida. Ante la duda que les asolaba y el temor que les atormentaba, Xiao Xiao, la madre ya añeja de Xihan, un día les habló de Chi Ji y de lo que hace muchos años, antes incluso de que el progreso llevara a la brillantez a la medicina pandaren, se hacía en estos casos. La anciana pandaren de aspecto y sonrisa afable juntó sus manos sobre la cabeza de su bastón y así, empezó el relato. Una vez, en las lejanas llanuras del Valle de los Cuatro Vientos, habitaba una familia de laboriosos obreros. Estos dedicaban su vida a la construcción de los hogares de sus coetáneos, mas un día, su primer hijo nació débil, muy enfermo, y nada había que pudieran hacer para salvarle. Así pues durante la mañana, el inexperto padre alcanzó a ver una gloriosa figura planeando sobre el verde valle. Era Chi Ji, el Augusto. Con voz en grito, dejó su martillo a un lado y le cuestionó. -¡Chi Ji, oh glorioso Augusto, tú que con tu vuelo nos traes esperanza y sosiego, dime, qué he de hacer por salvar a mi hijo! El Augusto se posó en una loma cercana, dejando sombrado al pandaren, pues su embergadura era increiblemente extensa. La grulla más hermosa que pandaria había visto. Con ojos cálidos, agachó la cabeza y dijo: - Si tu amor por tu hijo es honesto, con sumo gusto velaré por él. Pero necesito una prueba que demuestre que el sentimiento es puro. -¡Lo que sea!-Dijo el pandaren, implorando de rodillas. -Si de verdad su vida está por encima de cualquier otra cosa, deberás renunciar a aquella posesión que más dicha te traiga, una cuyo valor sentimental la ponga por encima de todo cuanto tienes.-Y dicho esto, el Augusto retomó el vuelo, alejándose placidamente. El pandaren pensó en su legado familiar, la espada de sus ancestros, con la cual el mal que reside en el Bosque de Pavor era enfrentado durante siglos. Dudó, pues en aquella reliquia, la única que de verdad tenía un valor honesto, había más de una generación de dedicación y de memorias. Pero el amor por su hijo era demasiado grande como para dejarle morir. Y así hizo. Ofreció la vieja espada en ofrenda para el augusto una noche, y cuando despertó al día siguiente, esta había desaparecido. En su lugar, una pluma roja como el más vivo de los fuegos resplandecía por los rayos de sol que se filtraban por la ventana, posada sobre la almohada de su hijo, que alegre y vivaz, reía mientras la miraba. Con ella, la fiebre se había desvanecido, y nada quedaba en su pequeño cuerpo que le provocase dolor. Absolutamente agradecido, acogió a su hijo entre sus brazos, y desde entonces, el niño creció fuerte y gozó de una larga vida. Sin estar muy seguros de que aquello funcionase, Xihan, la madre de la criatura contempló a su niña en la cuna, encogida, durmiendo profundamente fruto de un inmerecido agotamiento. Luego sostuvo entre su zarpa el collar de jade que durante generaciones había sido el legado de las mujeres de su familia, el cual heredaban al casarse. Se lo retiró del cuello, apenada por tener que desprenderse de él y así hizo, como su propia madre le relató. Fuera por Chi Ji, por suerte o para honra de los médicos, Fēngniǎo se recuperó, y disfrutó de la niñez en Verdemar, su pueblo natal en el Bosque de Jade. Era una entusiasta estudiante, y la hiperactividad de la que hacía gala en contraste con su frágil salud era bien conocida entre su familia. Siempre dispuesta a aprender, de lo que fuera. Fue su abuela Xiao Xiao quien alimentaba cada día la mente de la niña con historias del folklore. Le hablaba de los Augustos, de la rebelión pandaren, pero también del resto de habitantes que residían en pandaria. No tenía el extenso conocimiento de un eremita, pero en su día fue una discípula de Chi Ji, y viajando llegó a almacenar un valiosísimo conocimiento. Y eso era a lo que le instaba, le decía que el verdadero conocimiento no está en los libros, que Pandaria misma rezuma sabiduría esperando a ser encontrada. Se aficionó a las historias que le contaba su abuela, y a pesar de que sus ojos verdes le insinuasen que llegaría a ser una gran discípula de Yu Long, el Augusto de jade, su sed de aprender hacía que siempre dijera con entusiasmo que su sueño era ser eremita, y redactar y conservar el conocimiento Pandaren para que nunca fuera olvidado. Hasta entonces, aprendió mucho sobre medicina de la mano de su abuela y de su madre, quienes regentaban una botica para todo tipo de remedios. Aprendió las bases de la acupuntura, de la masoterapia y de tantas otras disciplinas médicas con las que aprendió a sanar y cuidar a quien lo necesitase. Su ímpetu al final le dio el nombre que enarbolaba legítimamente, pues Fēngniǎo en pandaren significa “colibrí”, todo un acierto por parte de su abuela, quien le puso ese nombre cuando apenas se acercaba el día de su nacimiento. Y así, Fēngniǎo esperó pacientemente a que llegase el día en que cumpliera su mayoría de edad y pudiera emprender su camino, viajando por todo pandaria para aprender de los sabios de la Cima Kung Lai, de los inquietos grumel, ver bailar a los maestros de los elementos, visitar los extensos campos de cultivo del Valle de los Cuadro Vientos, las renombradas cervecerías pandaren y contemplar la extensión selvática de la Espesura de Krasarang. Había tantas maravillas ahí fuera, que con impaciencia contaba los días que restaban. Verdemar era una preciosa aldea, pero empezaba a ser una jaula demasiado pequeña para tan inquieto colibrí.
  5. 1 point
    Suministros por aquí, suministros por allá. Santiago y Jared estaban reunidos en el improvisado campamento en el interior de Costasur. Hablaban sobre defensas, ataques, estrategias... lo que normalmente era el tema central tanto del Cabo como del Escudero. Finalmente se pusieron manos a la obra y comenzaron a mover la carreta de suministros a la aldea más próxima a Costasur, a a unas pocas horas de camino usando el camino Imperial. Pero el Cabo no usaría ese paso, usaría uno más escondido más alejado de las vistas y de posibles ataques. Pues de momento las fuerzas para proteger dicho cargamento eran escasas. Finalmente el grupo formado por el mercenario Kaileth, el Cabo Santiago, la Novicia Audrey y el Escudero Jared, se equiparon y pertrecharon adecuadamente para salir con la carreta de suministros. Prontamente alcanzaron el camino secundario que Santiago le hizo saber a Jared, era un camino casi olvidado, comido por la maleza, además del estado irregular y los innumerable baches que había provocó que la burra, llamada Roberta, intentase ir por dicho sendero, aunque Santiago hábilmente consiguió mantener bien a raya al animal en todo momento. Poco después el grupo tuvo que detenerse para descansar, beber algo de agua, para poder así proseguir con la marcha, aunque, Kaileth advirtió algo en la maleza, Santiago sin pensarlo de demasiado disparó hacia donde provenía dicho ruido. Quizá fue suerte o quizá sea cierta la habilidad magistral con el arco de los Montaraces, pero Santiago acertó un disparo a un conejo justo en el aire. Tras una breve charla y con el nuevo trofeo el grupo se dispuso a partir nuevamente hacia su destino. Pero fue entonces cuando una figura a lo lejos, se acercaba hacia el grupo. Una vez que estaba más cerca, se trata de un hombre, con bastantes inviernos a sus espaldas, de ropas sencillas y sucias, con una espesa barba gris en su rostro y una espada que le colgaba del cinto, se presentó a los demás como el "Mercader Mike". Era un hombre un tanto peculiar y sospechoso, pero aún así el grupo aceptó que marchara con ellos hacia la aldea vecina, pues compartían el mismo destino. Tras unas charlas y más largas presentaciones, el grupo se topó con su primer obstáculo, un enorme árbol interponía la llegada a la aldea, el Mercader Mike, aseguraba que esto se debía a unas tormentas y que él conocía un camino, pero que tendrían que dar un rodeo e internarse en el bosque. A Santiago no le gustaba la idea y no solo porque no confiara en Mike, si no, que además nunca ocurrían cosas buenas. Rechazaron dicha propuesta, pero como no había más alternativa. Kaileth se ofreció para acompañar a Mike, poco después tanto Mike como Kaileth, se perdieron por el bosque, mientras que Santiago, Audrey y Jared se quedaron con el carro. El joven mercenario cada vez, sospechaba más de Mike, además de que también se sentía observado, sin pensarlo mucho desenfundó su pistola de chispa y apuntó a Mike, el cual se descubrió a si mismo como cabecilla de un grupo de maleantes y tras decirlo unos tres más salieron de la maleza directos a Kaileth, el joven no lo dudó y disparó a uno de sus emboscadores, el disparo erró por escaso metros y el combate parecía inevitable. Pero gracias al enorme estruendo, el grupo de Santiago pudo oírlo. Mientras que Jared se quedó vigilando la carreta, Audrey y Santiago fueron en busca de Kaileth, allí encontraron al muchacho combatiendo y defendiéndose como podía de sus agresores. La escaramuza se decantó rápidamente a favor del grupo, aún así escaparon un par de bandidos, entre ellos Mike. Mientras que Santiago y Kaileth tenían una discusión moral sobre asesinar a bandidos. Aún así no todo lo que dijo Mike era mentira, pues si que había un camino para rodear dicho árbol y es el que el grupo usó para finalmente llegar a la aldea. La cual mantenía un estado precario, con apenas defensas, se notaba que la vida era difícil por esta modesta y humilde aldea. Más tarde conocieron al anciano que "dirige" la aldea, planearon como repartir todos los suministros y tras un pequeño desorden y caos, todo el mundo pudo recibir su justa parte o eso es lo que el grupo pensaba. La gente de la aldea no tenía palabras suficientes para agradecer esta pequeña ayuda. Además de eso, el grupo acordó ayudar a quitar ese árbol caído para así mejorar las comunicaciones de la aldea y a posteriori, asegurar todo el paso. Allí estaban todos los trabajadores reunidos, esperando que Santiago les dijese cómo proceder para cortar el árbol. Fue en ese entonces cuando el Montaraz escuchó un leve siseo y él conocía de sobra ese siseo, por ello se agachó automáticamente, rozándole una flecha la cabeza e impactando en el árbol. Habían caído en una emboscada o más bien una trampa, la cual había orquestado Mike. Unos cuantos mozos cayeron muertos debido a la lluvia de flechas, mientras que el grupo, gracias al carro de los suministros vacíos pudo protegerse, finalmente llegaron a una cobertura y la lluvia de flechas cesó. El grupo fue rápidamente hasta la aldea, allí presenciaron un horror, pues los maleantes estaban provocando el caos y la discordia por toda el lugar. Santiago y Audrey se vinieron un poco abajo, pero Jared rápidamente pudo alentar a ambos y se pusieron a trabajar. Mientras Audrey y Jared distraían al grosor de maleantes, Santiago se infiltraría para darle fin a Mike. No todo salió como se había planeado, se había complicado un poco más, pues resultaron ser más de los avistados poniendo en serios aprietos tanto a Audrey como a Jared. Por otro lado, Santiago tuvo que hacer gala de sus mejores habilidades de sigilo y atletismo para poder llegar a Mike y acabar con él. Los trabajadores que habían sobrevivido a la emboscada en el árbol llegaron con refuerzos y así poco a poco la situación fue controlándose, hasta que los bandidos y maleantes restantes se rindieron. Los aldeanos volvieron a agradecer al grupo, por haberlos salvado de esos crueles desalmados. Todos salieron notablemente afectados emocionalmente, pues había sido un gran momento de estrés y nervios a flor de pie, pero esto sólo sería el comienzo de lo que les espera por Trabalomas. // Master @Kario Duración: 7-8h aproximadas. Participantes - habilidades. @SwordsMaster como Santiago -> Atletismo, Advertir/notar, Fauna, Cabalgar, Reflejos, Evocación Básica, Arco, Espada, Sigilo, Defensa, Callejeo, Rastrear @ILUSDN como Kaileth -> Atletismo, Advertir/notar, Reflejos, Pistola de chispa, Espada ligera, Defensa @Blues como Audrey -> Atletismo, Purificar agua, Reprender Esencia, Crear Luz, Maza ligera, Defensa, Sigilo, Rastrear, Reflejos, Advertir/notar @Kario como Jared -> Atletismo, Crear Luz, Esencia Sagrada, Maza de guerra, Defensa, Reflejos, Advertir/notar
  6. 1 point
  7. 1 point
    Tohum estaba aquel día primaveral en Cima del Trueno, capital Tauren en el que se podía encontrar a todo tipo de los suyos, incluso algún que otro orco vendía sus mercancías en aquella ciudad, pero tampoco era tan común la vista de mucho extranjero. Tampoco le importaban tales cosas, había pasado la mayor parte del día regateando con un mercader que afirmaba que las flechas que le vendía eran de zancudo presto y que otorgaban un equilibrio mejor a estas que las flechas con plumas más comunes, aunque el precio era casi el doble. Tohum no estaba dispuesto a pagar tal cantidad por unas simples flechas de hierro, por muy buenas que fueran aquellas plumas, así que intento regatear con el mercader sin demasiado éxito, por lo que al final, optó por las flechas más simples que eran las que se podía permitir en esos momentos. Cuando ya había pagado, se dirigió a lo que sería una plaza en las ciudades más comunes y clavó un cartel en el lenguaje que pudieran entender todos, no solo un tauren. Se busca voluntarios. Yo, Tohum Pezuñarota, pido por medio de la palabra escrita voluntarios para la caza de Wasthe Pawne, una bestia alada que lleva acosando a los lugareños del norte de Mulgore durante meses. Parte de su piel será mía, el resto podrá repartirse como mas justo sea por la aportación dada a la cacería. No se pagará con monedas, solo con partes de la bestia. Dicho esto, estaré unos días a la espera en Cima del Trueno, en el Alto de los Cazadores donde me prepararé para lo que está por venir. Allí podrá encontrarme cualquier interesado en dar muerte a la bestia. Colocó el cartel en el tablón donde se hacían la mayoría de peticiones y aunque sabía que no era lo mejor que había escrito, era suficiente para captar la atención de alguien de la zona. Quizás los rumores pudieran llegar incluso hasta los Baldíos, aunque era una cacería menor y sería poco probable, pero los rumores son llevados por el viento. //Evento simple que no llevará más de dos días, interesados por Discord, foro o mp privado.
  8. 1 point
    Descripción Física Yukiko es una Pandaren de altura normal, sin embargo su cuerpo dista de los de los Pandaren que llevan vidas más comodas y pacificas, luciendo unos musculos entrenados y curtidos fruto del duro entrenamiento que lleva desde hace muchos años. Su pelaje es de color grisaceo oscuro, siendo blanco en la cara, donde unas manchas con forma de hojas envuelven sus ojos azules azules. Lleva el pelo largo, recogido en una larga coleta por comodidad, dejando su flequillo caer libremente por los lados de su rostro. Descripción Psíquica De caracter animado y gentil, Yukiko goza de una gran paciencia, es devota del gran buey negro, por lo tanto intenta resistir cualquier cosa que vaya contra ella, ya sean los ataques en los entrenamientos como los pocos agrabios que algunos Pandaren ebrios o Hozen fuera de control le lanzan de vez en cuando. A veces puede parecer algo uraña, más en su interior late un corazón bondadoso, sin embargo la paciencia tiene un limite, y las pocas veces en las que alguien ha conseguido acabar con la suya nunca ha acabado bien, de naturaleza curiosa, le encanta escuchar historias sobre los lugares que no ha visto, y siempre esta dispuesta a dejar lo que esté haciendo de lado para escuchar una buena historia acompañada de una buena cerveza, compañera leal, ganarse su confianza y amistad significa ganarse un aliado en casi cualquier situación. Historia Infancia en Barrilia La vida era tranquila y emocionante en Barrilia, una pequeña aldea en la base de la cima Kun-Lai que sirve de paso y aprovisionamiento para los que se aventuran a ascender la senda arpillera y escalar las bravas y peligrosas cumbres de las montañas, fruto del carácter de la aldea, muchos viajeros pasan por ellas, Pandaren de todos lugares de Pandaria, Grumels e incluso algún que otro Hozen o Jinyu puntual que han deseado realizar la ascensión o han acompañado a alguien que deseaba hacerla. Yukiko desde pequeña mostró curiosidad por todos los viajeros que venían, incordiando los constantemente para que le hablasen de sus tierras, de sus casas y de qué tipo de comida tenían por aquellos lares. Un dia, un Pandaren de aspecto anciano que se disponía a realizar la ascensión en solitario le regaló una pequeña cría de una criatura de algo que parecía un Mur, pero de aspecto más pequeño y peludo, era un conejo, y aunque el anciano Pandaren jamás regresó de su viaje, Yukiko cuidó de su nuevo compañero como si fuera su hermano. Un día, el conejo de nombre Yao, se escapó, o más bien quería jugar con Yukiko, y en sus ansias se alejó demasiado de la aldea, ascendiendo por la senda de las montañas y perdiéndose, Yukiko fue tras su amigo sin dudarlo ni un solo segundo, más lo perdió de vista. Buscó, y buscó, pasó horas perdida en cuanto se alejó de la senda marcada sin lograr encontrar a Yao, hasta que finalmente, fruto de la casualidad fue Yao quien la encontró a ella, más no venía solo, Yao huía de un grupo de Hozen que le perseguía. Los Hozen que habitan en las cimas tienden a ser más agresivos que el resto, fruto de las dificultades para encontrar comida, y habían visto un buen aperitivo en aquella especie de Mur. Yao y Yukiko intentaron huir de los Hozen, más no eran más rápidos que ellos, terminaron escondiéndose en una cueva cercana, más solo consiguieron arrinconar a ellos mismo, y quiso el destino que en esos momentos un Pandaren que descendía de las montañas escucharse los gritos Hozen y se aproximó a comprobar que ocurría, al ver la situación ahuyentó a los Hozen y salvó a la joven Pandaren. Su nombre era Fen-Zhu, era un miembro del Shadopoan, un monje del Buey Negro, que estaba realizando un viaje espiritual por Pandaría, Yukiko quedó impresionada por la habilidad y sabiduría del monje, y no quiso separarse de él desde aquel entonces, animada, insistió para que el monje la llevase con él en su viaje y le instruya, a pesar de su nervio vivo, Fen-Zhu vió que tal vez la joven pandaren podía tener algún potencial, y tras una larga charla con los padres de la joven, estos accedieron a que le acompañase en su viaje y la instruya en el camino del monje, fue así como el viaje de Yukiko comenzó. El Viaje Durante 3 años que se hicieron estúpidamente cortos, Yukiko viajó junto a Fen-Zhu, recorrieron las praderas a los pies de la cima, el valle de los cuatro vientos y parte del Bosque de Jade. A cada pueblo que llegaban Fen-Zhu siempre encontraba tiempo para ayudar hasta en las tareas más nimias, ya fuera recoger cosechas, ahuyentar a mures o Hozen, construir alguna casa y dar unas cuantas clases a los más jóvenes de la Aldea. Yukiko siempre intentaba ayudar, y sobretodo en la primera etapa de su viaje, solo conseguía hacer la tarea más ardua y difícil, más era necesario para que la joven aprendiese, y poco a poco las enseñanzas de su maestro fueron calando en la joven. A Pesar de obligarla a realizar un montón de ejercicios físicos que la joven no entendía para qué servían, sus enseñanzas se basaron en primera instancia en el camino del monje, en el modo en que debían vivir, y no fue hasta que la joven aprendiz empezó a comprender las palabras de su maestro que esté comenzó a instruirla en el combate. Le habló de los Cuatro Augustos, más hizo especial hincapié en Niuzao, pues era el Augusto al que él servía y el camino que seguía, le habló más en profundidad del Shadopan, y hasta le dejó probar alguno de los brebajes que él mismo sabía hacer, pues aunque lejos de ser un gran Maestro Cervecero, si tenía ciertos conocimientos que le resultan realmente útiles. Cuando quedaba poco menos de un año para que las pruebas de acceso al Shadopan comenzase, Fen-Zhu decidió hora de realizar el que iba a ser el viaje más peligroso hasta la fecha para la joven, irían a visitar el templo de Niuzao, ya habían visitado en el pasado el Templo del Dragón del jade, más las estepas de Ton-Long son un ambiente mucho más peligroso que el bosque de Jade. Yanguols salvajes habitan en las mismas, además de la fauna salvaje. Fue un camino dificil en el que la joven pudo demostrar que las enseñanzas de su maestro no eran en balde, e incluso consiguió ser de ayuda cuando huian de una manada enfurecida de los Yanguols. Una vez en el templo, se asentaron allí durante unos meses, Fen-Zhu le habló de las pruebas del Shadopan, e hizo que Yukiko decidiera si estaba dispuesta a afrontarlas o no, pues por todos es sabido que muchos son los que mueren realizandolas, y que no había deshonor en elegir otro camino, más la joven esta dispuesta a unirse al Shadopan siguiendo la estela de su maestro o a morir en el intento, y así fue como su entrenamiento continuó entre los muros del gran Buey Negro. Las pruebas y el presente: El día llegó, y Fen-Zhu acompañó a la joven hasta el monasterio Shadopan, donde se realizarán las pruebas, siguiendo todos los consejos que le daban, a sus 12 años, entró sola por las grandes puertas del monasterio, sin llevar ningún tipo de arma, ni armadura, solo ropas de abrigo y el anillo que le marcaba como digna de realizar las pruebas. Espero en el puente de la Iniciación mientras el maestro de la Omnia les explicaba las pruebas, aunque ella ya las conocía, a pesar de haber vivido gran parte de su vida a los pies de la montaña,el frio ahi arriba era atroz, y aunque su rostro permaneciera firme, su cuerpo temblaba buscando entrar en calor, varios de los candidatos decieron a ultima hora retirarse y no arriesgarse a morir en las pruebas, más otros muchos fueron los que como ella, permanecieron en su sitio. Superó las pruebas, aunque no fue la que más resaltó, no era ni la más rápida, ni la más fuerte ni la más ágil, más su duro entrenamiento bastó para conseguir superar las arduas pruebas, y aun hoy en dia recuerda perfectamente el momento en que arrodillada ante TaranTzu, recitó el juramento de lealtad que los 99 originales recitaron ante el emperador y se le entregó su bufanda blanca, que junto a la cicatriz en su palma, la marcaban como Iniciada del Shadopan. Permaneció en el Monasterio durante 6 años, entrenando a diario y siguiendo las enseñanzas, si pensaba que el entrenamiento de Fen-Zhu era duro y estricto, le acabó pareciendo que su maestro había sido incluso demasiado clemente con ella. Finalmente, había en el monasterio quien pensaba que Yukiko puede que ya estuviera lista para realizar la prueba para formar parte de una de las tres disciplinas, más no era así la opinion de los Maestro, ni tampoco la suya propia, y tomó la decisión, de que siguiendo los pasos de su maestro, realizaría su propio viaje espiritual por Pandaria, aprendería por su cuenta sin la tutela de nadie, pues ahora era su momento de avanzar y demostrar de si era, o no, capaz de continuar el camino que había elegido, así pues, partió del Monasterio, con la esperanza de que al volver, estuviera preparada de verdad para convertirse en un miembro del Shadopan en toda regla.
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    Buenas tardes a todos, comunidad. Con este post abrimos oficialmente la raza Pandaren para que esta sea roleada en el continente de Pandaria. A partir de este mismo instante pueden empezar a enviar sus historias y fichas cuando lo deseen Recuerdo que en la Isla Errante, donde aparecerán con sus personajes, tienen todos los vendedores disponibles, incluido uno de objetos de temática Pandaren y de Pandaria. Para acudir a Pandaria con sus personajes simplemente han de usar el comando ".tel Pandaria" y aparecerán en el Valle de los Cuatro Vientos. Como recomendación para juntarse onrol en los primeros compases de los personajes e intentar focalizarlo, el Concilio les recomienda tanto El Alcor en el Valle de los Cuatro Vientos como Floralba en el Bosque de Jade, las dos ciudades más importantes de los Pandaren. Cualquier duda que puedan tener, como siempre, aquí nos tendrán. El Concilio espera que lo disfruten. Un saludo.
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    Aclaraciones sobre el Rol Pandaren Aquí se explica el como rolear algunas de las cosas que pueden generar dudas para los desconocidos al rol pandaren o el como los gestionaremos en la comunidad. Como siempre, pese a esta guía, estaremos los maestres abiertos a resolver cualquier duda más concreta que haya podido quedar sin responder. Sacerdotes: La Luz y el Vacío en Pandaria. En el videojuego de World of Warcraft, los pandaren tienen acceso a la clase de sacerdote, siendo capaces de manipular tanto la Luz como el Vacío. Tras una investigación del Lore, hemos visto que no hay lore alguno que justifique el uso de estas energías. Incluso si buscásemos crear ese Lore de 0, como sí se ha hecho con los Chamanes, en Pandaria la Luz es simplemente inexistente, siendo el Vacío una energía que solo los Sha llegan a usar en Pandaria, e incluso los Mántides no manipulan esta energía oscura. Es por esto que los sacerdotes de la Luz y del Vacío pandaren no existen en el servidor. Sin embargo, a nivel de rol, si que existiría el término de sacerdote. Los Sacerdotes de los Augustos Celestiales no son si no monjes que usando los poderes y bendiciones de los Cuatro Espíritus, deciden centrarse en un estudio más místico y teológico de estos Dioses, en vez de mezclarlo y equilibrarlo con las artes de los monjes. A nivel de rol, tanto monjes como sacerdotes pertenecen al grupo espiritual que rige y ordena la sociedad pandaren, como se ha explicado en la guía, y no hay diferencias entre ellos a nivel social o político, simplemente en como reflejan los poderes de los Augustos, y las labores a las que se dedican dentro de los distintos monasterios y templos de Pandaria. Shado-Pan: Como formar parte de él. Como se explica en la guía, el acceder al Shado-Pan se hace de niño-adolescente. En la comunidad no permitimos rolear niños, y los adolescentes solo hasta cierta edad. Por esto, todo personaje que desee pertenecer al Shado-Pan habrá de hacerlo por historia, habiendo pasado ya en esta las pruebas descritas en la guía. Empezarán su rol como acólitos del Shado-Pan, luciendo su bufanda blanca. La edad no es un factor, pues se ha especificado que incluso pandaren maduros pueden seguir siendo acólitos del Shado-Pan. Puede ser posible acceder al Shado-Pan onrol, pero esto es muy difícil, tanto por el hecho de que el personaje tiene que ser seleccionado individualmente, como por el hecho de que las pruebas ocurren una vez cada 7 estaciones. Es decir, cada 20 meses. Como nota aclaratoria, pese a que todo miembro del Shado-Pan es considerado un monje, pues son una orden monástica, esto no hace referencia a que todos conozcan la disciplina de la clase offrol conocida como "monje". Como se explica en su apartado, hay toda clase de Pandaren dentro del Shado-Pan. Chamanes Pandaren: Su Trasfondo. Como describe la guía, se ha dado a los chamanes Pandaren un lore más acorde a una raza mística como los Pandaren, separandolos del tribalismo propio de orcos, tauren, etc... Los distintos templos donde se enseñan las artes de los Danzarines de los Elementos Pandaren son numerosos en Pandaria. Lo normal es que estos se dediquen a un solo elemento, y obtengan sus poderes de la comunión con los espiritus y elementales de Pandaria, no con los Espíritus Elementales de Azeroth. Esto no significa que no puedan manipular otros elementos, pero esto seria una rareza, fruto de la gran dificultad y tiempo que requiere dominar estos estilos, y el poco aprecio que tienen los elementales de Pandaria por compartir "chamán" con otros elementales. De la misma manera, los chamanes de Pandaria a diferencia de chamanes como orcos, Tauren, etc... no tienen conocimientos y no son capaces de conectar con el Mundo Espiritual. Esto significa que todo hechizo de naturaleza espiritual de los chamanes no está disponible para los Pandaren. Aventureros y Guerreros pandaren: Aunque los Pandaren son una raza de naturaleza pacífica, la inclusión de lore custom como los Ashigaru se hizo con la razón de dar motivos a los personajes Pandaren para recorrer Pandaria con libertad, con cientos de motivos distintos, ya sean luchadores, monjes errantes, alquimistas, cientificos, poetas, cerveceros, cocineros, campesinos, etc... Como entrenar a tu Dragón Nimbo: Pese a que por lore ingresar a la Orden del Dragón Nimbo no es algo increiblemente difícil, si que es cierto que lo que implica el tener un Dragón Nimbo en el servidor se saldría de las gráficas de las cosas que permitimos en base a nuestros principios de humildad. Es por esto que no está abierta la Orden del Dragón Nimbo a los jugadores. Su acceso puede concedersele a jugadores fruto de un gran camino que los avale como motores de rol, si así lo desean, y siempre bajo supervisión y criterio maestre. El Estado actual de Pandaria: Pandaria se encuentra, como antes del Cataclismo en el Lore oficial, aislada. Toda contaminación de los Sha que pueda verse en el videojuego no estaria presente, así como todo edificio, campamento, etc... de Horda y Alianza. De la misma manera, el Valle de la Flor Eterna está cerrado y no es posible acceder, y la Isla Intemporal no se ha manifestado. Como siempre, ante las dudas, animamos a preguntar.
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