[Historia] Olfarn Crinrocosa

[Prototaip 1.147]

 

Spoiler

¡Temblor, temblor, temblor! ¡Gritos, gritos, gritos! Es todo lo que se escucha cuando un día cualquiera, o eso se esperaba el hierro negro cuando se levantó en su hogar en la ciudad. Una guerra civil, no pensaba que viviría para verla, y menos de esta manera. Su familia apoyaba lo dicho por Moira, querían una tregua, pero no por estabilidad (que es importante para todo ser en general) sino que podrían abrirse a comerciar con otros enanos e incluso otros reinos. Pero parece que otros, con su clara idea del imperio de los Hierro Negro, no podían permitirlo. Una sociedad dura, que tienes que ser fuerte, no dejarte pisotear, dónde solo si consigues que alguien que confíe en ti, puedes aprovecharte para salvarte de una situación de vida o muerte, a su costa, claro.

No podía haber vivido más en esa sociedad, ¿por qué no podría de forma simple haberse dado una tregua? Era demasiado pedir, y más para los negocios, porque parece que el ego y la fe del imperio y de su Dios que descansa en el corazón de la montaña era superior a todo lo mundano que serían esos distribuidores de recursos para conseguir oro. Debido a su naturaleza, aprendió sobre piromancia para defenderse, buscando aplicarla a armaduras que forjaban con su clan, no era un experto, pero aprendió lo suficiente para poder hacer los conjuros más básicos junto con encantamiento y evocación, todas con esa naturaleza caótica y primaria, tan peligrosa, conocida como el fuego.

La huida, el momento crucial, momento dónde todo cambiaría para el enano de piel ceniza, recorriendo las cercanías de su hogar en las calles de Forjatiniebla, buscando a su clan por el simple hecho de querer abrirse más de miras en comparación al resto de sus hermanos de piel ceniza, recorriendo las calles sin prácticamente recursos, teniendo que plantearse cuál era el siguiente paso, no podía esconderse de por vida en Forjatiniebla, así que la única forma de poder huir de verdad era retirándose del único lugar que había conocido en su vida, dónde creció, se formó, y aprendió que en todo lugar hay enemigos, y si no los hay, es que son muy buenos manipulándote, esperando su momento para aprovecharse de ti y conseguir lo que sea que buscan, ya sea un favor, o dinero.

Él todavía desconoce cómo se le pasó por la cabeza irse en solitario, ¡no tiene idea de si hay alguien vivo de su clan! Pero el que no corre vuela, aventurándose en ese mundo que para él era desconocido de forma total, ¿acaso el mundo exterior era igual que el interior de esa montaña? ¿Era un lugar donde otros buscan dominar al resto, y las amistades son algo temporal para protegerte de futuros enemigos? Quizás su mentalidad cambia, quizás piensa que las razas que están más allá de las montañas son diferentes, pero ser reacio a ellas, no es negativo, solo estás defendiendo lo que es tuyo: tu integridad, tanto física, cómo mental, cómo económica.

Lo que no esperaba, pero tiene sentido, es encontrarse con otros hierro negro que han huido por lo que seguramente sean el mismo motivo que él, que se les quiere dar muerte por el hecho de apoyar una abertura de miras a futuro, ya que el conflicto te hace efectivo, te hace producir, la supervivencia te mueve, pero al final, la paz es lo que todos buscan, una paz para no morir sin conseguir tus propósitos.

Con estos nuevos compañeros, se armó con poco más que una armadura de mallas que rescataron de un carro que alguien sacó del interior, un escudo y una maza, y empezó el viaje, un viaje que alguien recomendaba que se movilizase a un reino humano, en un lugar que Olfarn no pensaba que pisaría nunca: Stromgarde. Una nación orgullosa, le recordaba a ellos, muy segura de sí mismos, pero a su vez, llena de conflicto. Era una oportunidad, una oportunidad de conseguir títulos, de ver nuevas culturas, y buscar aprovecharse de sus debilidades para conseguir más poder, pero la pregunta era, ¿dónde? ¿El ejército? Era una posibilidad, ¿pero como van a aceptar a un refugiado? ¿La Iglesia? Imposible... ¿La torre arcana? Bingo, además de que era muy literal su escalada en vertical. Realmente su objetivo no era dominar la ciudad, ni ser el mejor archimago, simplemente busca reconocimiento, ser temido, o adorado, ¿era tan difícil? Además de que esa sociedad humana en el norte era más estable que la que provenía, además de tener un aire que se le hacía demasiado ligero, y al principio le costaba respirar de una forma "normal", siempre inhalando más de lo necesario, y el recibimiento si bien no fue agresivo, tampoco fue el más hospitalario. Había una visión a base de los suyos, o eso parecía, ¿malignos? ¿Aprovechados? ¿Qué querían conquistarles? Escuchó diversas teorías, muchas seguramente ciertas en otro momento o con mejores oportunidades, y otras que solo podían ocurrirse a alguien preso del miedo o la locura, ¿cómo que invocarán a Ragnaros en medio de la plaza? Sería un espectáculo, eso seguro, un espectáculo que con una sonrisa, asiente que le encantaría provocar, solo por ver el resultado.

El tiempo pasó, siempre pasa, es inevitable, y Olfarn estaba activamente intentando entender y adaptarse a la cultura humana, con encontronazos, con conflictos, en especial de personas que viajaron desde Ventormenta a Stromgarde, señalando su malicia y que en cualquier momento les secuestrarían por oro... Llegaba un punto que cansaba, no llevaba muchos años allí, pero le gustaba, la gente era entretenida, y encontrarse a algo más que solo enanos que seguramente tengan la idea de aprovecharse de ti en algún momento, era de agradecer. Buscó su unión a la torre, confiaba en que los reinos con torres arcanas supiesen lo que hacían, o quizás él había estado aprendiendo muy mal durante estos años, con el objetivo de mezclar su habilidad marcial de armadura pesada con su magia de piromancia, aumentando su poder, protegiendo a sus compañeros, no por deber, sino porque interesa que alguien cuente por ahí que le has salvado la vida, o te tengan en estima..., ya que quién te tiene en estima, está predispuesto a ayudarte en cosas que usualmente no lo harían. ¿Protector? Es una buena palabra, pero no significa que lo haga por amor, ni mucho menos... Él es un simple hierro negro, un hierro negro que huyó de una guerra civil y se aventuró a ese inexplorado mundo llamado cómo Azeroth.