Saltar al contenido
Conéctate para seguir esto  
Imperator

Amarith Hojabrillante

Recommended Posts

8600f0c96a3a6a64201059d73b8ca43e.jpg

  • Nombre del Personaje
    Amarith Hojabrillante
  • Raza
    Elfo de Sangre
  • Sexo
    Mujer
  • Edad
    24
  • Altura
    1`80
  • Peso
    74
  • Lugar de Nacimiento
    Lunargenta
  • Ocupación
    Caballero de Sangre
  • Descripción Psíquica

    De mente débil, pero de corazón fervoroso y justo. Su cicatriz provoca en ella un complejo tan grande que las miradas de sus propios compañeros hace una tarea complicada establecer una relación cordial con ella. Siempre intenta ocultar su cicatriz cuando le es permitido o posible, siendo en ella un gran estigma social. 

  • Ficha Rápida
    No (1000 palabras mínimo)
  • Historia

    Todos estabamos bajo aviso. Sabíamos que el ejército de No-muertos del príncipe traidor se acercaba y nuestras fuerzas apenas podían detener su avance, pues todos los esfuerzos puestos en las protecciones mágicas del bosque habían fracasado inevitablemente.

    Mi padre había advertido que lo mejor era que nos retiraramos a la ciudad. Madre todavía no había dado señales de vida en el frente, más no temíamos lo peor. Fue entonces cuando las campanas sonaron, seguidos de los gritos funestos de las primeras víctimas de aquellas criaturas insaciables.

    La aldea estaba siendo arrasada por una fuerza de avanzada que no había sido detectada. No tuvimos más remedio que abandonar todo e intentar huir por la vía principal e intentar llegar a la ciudad de Lunargenta.

    Padre tomó su hoja y la usó contra cualquiera de esas criaturas que intentara alzarse en contra de nuestro camino, más no tuvo piedad con ninguno de ellos y su tenacidad nos permitió escapar de aquella masacre.

    Creíamos que todo el horro ya había pasado cuando divisamos aquellas murallas altas y espléndidas. Pensamos que sus defensores serían inexpugnables y que nuestra diferencia de maestría y técnica arcana podría derrotar sus números.

    No fue hasta que me vi tendida en el suelo, entre escombros, llamas, humos y gritos, que era una simple necia. Habíamos perdido. No fue tras días de asedio que consiguieron acceder por la ciudad, avanzando en línea recta mientras arrasaban todo a su paso, dejando una cicatriz de muerte que no podemos curar ni olvidar en nuestras almas.

    Fue tendida en el suelo, que sentía un dolor intenso en el rostro, más no podía pensar en otra cosa que en aquel terror que me había paralizado bajo aquellas piedras. Por un lado, me sentía segura tras esos escombros, por otro, me sentía acorralada y llena de terror por si alguna de esas bestias me encontraba y devoravaba sin piedad.

     

    Entonces, cerré los ojos y simplemente me quedé ahí quieta. Fue esa acción de cobardía lo que seguramente me salvó la vida, hasta quien sabe cuando, entre los escombros me encontraron allí tendida y malherida.

    Mi rostro estaba cubierto por vendas, así como otras partes de mi cuerpo. Los sacerdotes conseguían calmar el sentimiento de ardor constante en esas zonas, pero pese a todo, sabía que algo no iba bien.

    Así fue, cuando la primera vez que pude verme ante un espejo, sentí uan repulsión hacia mi misma que mis únicas ganas en ese momento eran de acabar con mi vida allí mismo. Mi ojo se había perdido, junto parte de mi pelo en la zona afectada. La piel era rugosa y tenía una forma extraña en comparación al resto.

    Mi rostro estaba deformado por quemaduras, me advirtieron, pero había logrado sobrevivir. Para ellos, era una buena noticia, pero en ese preciso momento y quizás, también hoy, siento que quizás lo mejor hubiera sido morir en aquellos escombros.

    Vivir con sus miradas llenas de asco, pena o desprecio es una de las peores sensaciones que tenía. Nadie se me acercaba lo suficiente, no importaran que ropas tan llamativas o bellas pudiera llevar, pues no era la dama Hojabrillante, sino una elfa deforme y extraña por la que sentir compasión.

    Comprendí que en este nuevo lugar, no podría ganarme el respeto ni la vida en ninguna corte, ni recibir halagos o cortejos, Así pues que ahora mi vida había cambiado por completo, sin embargo, en palabras de mi padre recibí un latigazo de crueldad con un regusto de verdad.

    “Sirve al reino con la espada o con las palabras, pero deja de lamentarte como un zancudo herido o me veré obligado a renunciar de ti”

    Así pues, determiné que la senda de la hoja sería mi nuevo camino y continué la senda bajo las atentas miradas y la vergüenza y acoso que eso podía producir en mi persona, más prometí que sería un baluarte tan inexpugnable que ninguna palabra o mirada hiriente pudiera herir o siquiera arañar el muro construido a mi alrededor.

    No fue hasta entonces, cuando me vi lista y preparada para la contienda, que hice juramento para ser una nueva iniciada dentro de la Orden de los Caballeros de Sangre, donde juraría servir el resto de mis días mientras se me permitiera el honor de hacerlo.

    Cuan engañada estuve, pues marché allí con la esperanza de encontrar una hermandad que ignorara mi cicatriz y mi estigma, pero siempre que mostraba el rostro al descubierto podía sentir sus miradas, sus risas, susurros en las esquinas que siempre iban dirigidas cuando me abría paso por los pasillos.

    Estaba tan sola como había llegado, mi esperanza era una vaga expectativa creada por mi mente que intentaba protegerme de forma infantil, pues lo único que consiguió fue un golpe más brutal que si hubiera mantenido la realidad una vez hubiera llegado.

    No importaba. Allí tenía mi yelmo, podía servir y ocultarme en los archivos cuando fuera necesario, cambiarme a solas para que nadie tuviera que incomodarse con mi visión y patrullar con la armadura al completo.

    Durante mi estancia escribí al hogar. A padre y también hermano, más sus respuestas a veces eran inexistentes y otras eran cortas y concisas. Sabía que tenía que ganarme su favor de cualquier forma, así que mis esfuerzos debían dar fruto, así como aumentar mi fuerza y destreza en el combate y templar mi sabiduría.

    Juré que la Casa Hojabrillante se sentiría orgullosa de mí, que el reino de Quel´Thalas tendría una fiel soldado y sirviente que dará todo lo que esté en su mano.

    No recordarán mis cicatrices, recordarán mis hazañas.

Spoiler

Eventos masteados: 
Eventos asistidos: Con el pie izquierdo

 

Editado por Imperator

Compartir este post


Enlace al mensaje

Con el pie izquierdo. Etiqueta, Leyes, Religión [Parte 1]

Con el pie izquierdo  Espada larga, Atletismo, Imbuir Arma, Voluntad, Defensa. [Parte 2]

[Entrenamiento] Los sabuesos del reino: Espada pesada, defensa, imbuir arma, atletismo, Leyes (Justicia Thalassiana), proteger esencia, reflejos, voluntad.

Las voces libres:  Rumores, Reflejos, Etiqueta, Advertir/notar.

Disturbios en Lunargenta: Leyes (Justicia Thalassiana), Conoc./Hist. Alto Reino Elfico, voluntad

Por un puñado de cristales: Imbuir espada, atletismo, reflejos, espada pesada, defensa, Leyes (Justicia Thalassiana) y lanzador

Editado por Imperator

Compartir este post


Enlace al mensaje

Join the conversation

You can post now and register later. If you have an account, sign in now to post with your account.

Guest
Responder en este tema...

×   Pasted as rich text.   Paste as plain text instead

  Only 75 emoji are allowed.

×   Your link has been automatically embedded.   Display as a link instead

×   Your previous content has been restored.   Clear editor

×   You cannot paste images directly. Upload or insert images from URL.

Conéctate para seguir esto  

×
×
  • Crear Nuevo...