Daraena Nimblespear

[Blues 163]

"¡Ten algo de paciencia!, todo el mundo sabe que la octavo prototipo es el correcto."

 

Descripcion Fisica:

 

Daraena es una criatura desposeída de una belleza extraordinaria, pero gratificada y bendecida con un par de pies ligeros, pequeños y de pasar silencioso, su constitución es delgada y modesta, sin proporciones exageradas, Quizá sosas para los paladares capitalinos.

Es de un rostro pequeño, ligeramente redondo de apariencia suave, con pómulos pequeños sin demasiado contorno, la hace ver ligeramente infantil, y sus facciones modestas como una nariz pequeña y abotonada no la ayudan a quitarse esa impresión. Su cabello era largo, ondulado y enredado, de un color celeste, pero ha decidido llevarlo corto, por encima de sus hombros, desorganizado, abundante y salvaje.

Su piel es blanquecina, sin ninguna mancha o tatuaje alguno en ninguna parte, prefiere llevar vestimentas austeras o practicas, imitando con frecuencia a las intrépidas mallas ceñidas de los exploradores del relicario, a pesar de no contar con afiliación alguna al grupo de arqueólogos y académicos

Datos Especificos:

Edad:	132 Años (Cumplidos, 27 del duodécimo mes)
Altura:	1.72 Metros
Peso:	54-57

 

 

 

 

 

Descripcion Psicologica:

Daraena es una elfa de hábitos bien cimentados y regulados por los compases del reloj, una persona ordenada, que trata de ser lo más eficiente que pueda, emprendiendo cada proyecto con un fervor inalcanzable. Es perfeccionista en sus proyectos, creyendo que ella y solo ella tiene la pasión y el intelecto para cumplir con sus estándares, esto la hace una persona con la cual es casi imposible trabajar en equipo 

Cree tener la razón siempre, le apasionan los debates acalorados sobre cualquier tema, sea una versada en el tópico o no, lo que no puede entender, lo cambia; y lo que no sabe, lo cita de manera breve y difusa de “algún escrito que leí por ahí”. Es, además, asertiva en sus declaraciones más no empática, sabe cómo tratar con las personas tras poco tiempo de conocerlas, y disfruta burlándose de ellas de manera sutil, y si puede, en sus caras sin que puedan darse cuenta.

Es, sin embargo, refugio suyo la peligrosa pero increíblemente dinámica profesión de la ingeniería Sin’dorei. Ella encuentra verdadera pasión y entrega en esta empresa. Por una parte, se debe a su naturaleza perfeccionista y cándida que le permite hundirse por completo en las infinitas posibilidades de la ingeniería arcana, y en el otro lado del espectro, está convencida en la idea de la superación del alto reino a través del progreso sin restricciones de ninguna clase, como un diseño bien construido, que es perfecto en su propósito y eficiente en su funcionamiento.

Cree en que el fin justifica los medios de cualquier esfuerzo o iniciativa, en su razonamiento, el pueblo Sin’dorei debe utilizar cualquier herramienta, pequeña o grande para establecerse como un  pueblo más orgulloso, mas alto que antes y mucho más

Diario de Progresos:

Eventos Realizados:

 

Eventos Asistidos:

 

Investigaciones/Experimentos/Prototipos Fallidos (O no):

 

Cartas de Admiradores y/o Autoridades iracundas:

 

Historia:

Spoiler

a muerte hizo valer su presencia con un nauseabundo aroma que estaba encerrado en la habitación, un pesado olor a azufre, igual que el de los huevos podridos. Como si fuera una invitada no deseada la luz se filtro por una pequeña ventana perniabierta, bañando con un haz fantasmal al cuerpo del elfo que se había echado sobre su estudio, parecía que un sueño profundo se hubiese apoderado de él en sus últimos momentos.

Miserable era la condición en la que le habían encontrado. Sus uñas habían crecido al punto de parecerse más a las garras astilladas de un lince viejo y enfermo; Su cabello, otros tiempos negro y vanidoso, era una melena canosa y frágil, casi tan quebradizo como la textura de su piel, la cual era igual al papel de arroz.

Las autoridades tuvieron problemas para sacarle de su incómoda posición, tuvieron que llamar a un alquimista desde la capital, para que viniera con urgencia a determinar si había un peligro al respirar ese aire pesado y maldito. Durante una semana completa dejaron el cuerpo del triste y fracasado Veranus Highgarden encerrado con cal y canto. Cuando por fin determinaron que era seguro el cuerpo ya era una pasta putrefacta de color purpura, hinchado como una gangrena terrible.

Pronto llegaron las cartas desde la capital cuando se notifico la muerte del endeudado hombre. Al principio, fueron majestuosas pero falsas condolencias, preguntando sobre la subasta de los bienes y el repago de múltiples deudas. Nadie lloro por el difunto, ni se escucharon palabras de posibles familiares.

Una persona le sobrevivió. Una muchacha que había llegado con él a Refugio Escondido hace meses. Cuando encontraron a Veranus fallecido, las autoridades comenzaron a buscarla. Ella no se sorprendió, ni mostro dolencia alguna por la noticia. Declaro que él era tutor suyo, pero hace tiempo se había separado por dificultades en su relación.

Los guardias no la dejaron marcharse tras el sepulcro de Veranus, las condiciones del cuerpo y el estado en el que fue encontrado eran, cuanto menos, curiosas. La muchacha, quien respondía al nombre de Daraena, les conto cuanto pudo sobre su fallecido maestro.

Relato la historia de un hombre, acomplejado por sus carencias, elevado por sus aspiraciones. Era un ser de pensamientos fugaces, erráticos pero ingeniosos, obsesionado con la idea de grandes obras. Sin embargo, era torpe, impaciente y Fausto. Jamás pudo acercarse ni un poco a esos grandes diseños en su cabeza, pero logro embaucar a muchos, utilizando la charlatanería para obtener mecenas con promesas de resultados meteóricos.

Ella fue una de sus Víctimas, aunque fue de las últimas. Veranus la embarco apenas había concluido sus estudios en la academia. El inventor necesitaba una asistente, y utilizo un tejido de mentiras con halagos para atraerla a su lado. Daraena no pudo ver al mentiroso detrás de la máscara, y permaneció con él durante años. Antes, durante, y después de la caída.

Vivieron en constante retirada, huyendo de los acreedores para conseguir otros, repitiéndose el vicio en un ciclo que los mantuvo unidos en complicidad. Pero eso no se lo conto a los guardias de refugio del sol. Los guardias se quedaron con la impresión de una muchacha que había echado su vida al viento por un maestro manipulador.

En verdad, eso era cierto, pero estaba contado a medias.

Daraena era tan culpable de mentir, manipular y prometer como su maestro. Ciertamente creyó en las ideas y los diseños prometedores del embaucador, por lo que permaneció a su lado durante años, había un desafío en aprender de un lunático; Discernir entre la locura y la genialidad, era un oficio fascinante.

Es por eso que no le conto a los guardias sobre la verdadera naturaleza del trabajo de Veranus, que ultimadamente lo llevo a reconciliarse con sus parientes en la otra vida. De todas maneras, no lo hubieran entendido. Las energías volátiles son extremadamente peligrosas, sobre todo las de naturaleza prohibida.

Ella fue lista para ocultar lo que en verdad sabía. Desvió las preguntas con elocuencia, contando algún chiste o pequeña anécdota. Cuando los guardias sospecharon, se encargo de retratar a Veranus como un cerdo déspota y lunático, y a ella como una pobre victima que supo alejarse al final de su maestro para no compartir su descenso a la locura.

Y ojala, todo hubiese quedado en eso. Una anécdota.

Pero las semanas posteriores al incidente estuvieron plagadas con las parvadas de los buitres usureros de la capital, que al enterarse de la muerte del hombre que tanto dinero les debía enviaron sus emisarios. La aprendiza ya había planeado su próximo proyecto, utilizando aquello que le fue heredado repentinamente.

Pero los proyectos quedaron en eso, meras ideas. Pues agente, tras agente, comenzó a buscarla para despojarla pedazo a pedazo de lo que había construido durante años. Primero, se encargaron de llevarse el estudio donde habían encontrado al fallecido, después su colección de tomos y manuscritos, no se dejaron nada, ni siquiera los ropajes y vestiduras de la cama de su maestro, se lo llevaron todo.

Todo excepto el diario de su maestro, que era el verdadero tesoro de toda la colección, pues en él se encontraba los avances e ideas más arriesgadas del fallecido inventor. Entre sus páginas estaban las últimas ideas de Veranus, codificadas en un extraño sistema de números y palabras que necesitaban de otras fuentes para ser comprendidas.

Daraena se encuentra despojada de recursos, acosada por los acreedores de la capital. Con una última pertenencia, que es un libro incomprensible para ella sin los demás fragmentos de la colección de su maestro, pero aun tiene algo a lo que sostenerse con amargura; y hay progresos que deben hacerse, descubrimientos esperando por ella