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[Historia] Jackson "Jax" Putnam

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Nombre del Personaje
Jackson "Jax" Putnam

Raza
Humano

Sexo
Hombre

Edad
23

Altura
1.70m

Peso
65Kg

Lugar de Nacimiento
Afueras de Villadorada

Ocupación
Ingeniero/Criminal

Descripción Física

Cuerpo promedio dentro de la media en lo que se refiere a tamaño, presenta un buen físico sin llegar a tener la musculatura marcada. Su rostro mantiene facciones típicas dentro de los estándares humanos, sin ningún elemento que sobresalga sobre el resto. Lo más curioso es su rostro que por lo general tiende a resultar ligeramente inexpresivo, lo cual da un ligero aire deshumanizador a la apariencia de Jax. Su pelo es liso y lo lleva corto. Su barbilla no es precisamente prominente y la mantiene afeitada con regularidad. Por lo demás es un humano promedio.

Descripción Psíquica

Es determinante aclarar que Jackson padece de síndrome de Asperger. Esto implica que su interpretación de los estímulos que le llegan es completamente distinta. Principalmente afecta a la interacción social recíproca (Es decir, a su interacción con otras personas), la comunicación verbal (Con palabras) y la no verbal (El lenguaje corporal), además de presentar una alta resistencia a aceptar cambios, presentando un pensamiento muy inflexible que se retroalimenta por la existencia de campos de interés estrechos y absorbentes.

Sus habilidades sociales son pobres, lo cual le han llevado a ser tratado por los demás o como alguien con alguna discapacidad mental o como a una persona loca. En realidad, se trata de una persona bastante inteligente, con grandes capacidades para memorizar y reproducir, lo cual le convierte en alguien muy eficaz a la hora de mecanizar acciones. Tiene memoria fotográfica, lo cual le hace idóneo para recordar prácticamente cualquier cosa que ve con sus ojos. Sin embargo, su condición como Asperger le impide leer señales sociales, y esto le lleva a no entender y por tanto no dar respuestas sociales y emocionales adecuadas. Ve el mundo como un lugar sumamente confuso, ya que es normal que lleve su atención a detalles pequeños, impidiéndole ver el cuadro completo de lo que sucede a su alrededor. Tiene problemas para comunicarse, puesto a veces tiene problemas para entender el lenguaje hablado ya que es incapaz de entender metáforas, expresiones no literales, analogías e incluso expresiones que impliquen inexactitud. Debido a su memoria, tiende a replicar frases que ha escuchado previamente, pero muchas veces lo hace sin tener en cuenta el contexto de las mismas, por lo que no es raro que a veces no se le entienda cuando hable. Su pronunciación tiende a ser monótona, incluso cuando habla de algún tema que suscita su interés. Además, cuando habla da la sensación de que no mantiene conversación alguna con nadie, sino que en realidad parece estar meramente dando información, hecho que se acrecienta por su mirada rígida y su cierta inexpresividad. Aun así, es alguien muy callado que no suele hablar con los demás, a excepción de aquellos que se encuentran en su círculo de confianza.  No es capaz de comprender el lenguaje corporal, ni ningún tipo de sarcasmo o ironía lo cual de nuevo ofrece a cualquiera que no le conozca la sensación de que se trata de alguien disminuido intelectualmente.

Tiende a interesarse especialmente por un tema en concreto, el cual va variando a intervalos de tiempo relativamente largos. Eso significa que rara vez se dedica a dos cosas a la vez, y mantiene su atención al 100% en algo la mayoría de las veces. Estos temas, de nuevo, van rotando, aunque la mayoría coinciden en que se tratan de actividades que requieren de seguir patrones concretos, como puede ser la anatomía, la ingeniería o incluso la estructura de las cerraduras. Sin embargo, tiene una ligera obsesión con terminar lo que empieza, por lo que incluso cuando ha perdido el interés, nunca abandonará algo a medio hacer.

Suele autoimponerse rutinas rígidas para su día a día, en las que esquematiza todo lo que ocurre a su alrededor de manera ordenada. De este modo consigue mantener un estilo de vida más o menos independiente. Esta obsesión por la rutina le lleva a un pensamiento inflexivo, perjudicando su creatividad e imaginación, ya que cualquier cosa que se salga de sus esquemas le resulta incomprensible y una fuente de agobio y ansiedad. Que las cosas no salgan como espera le frustran y agobia muchísimo, hecho que le lleva a reaccionar mal ante dichas situaciones. Su actitud ante estas situaciones suele ser desmedida, ya que a menudo se encuentra incapaz de comunicar su frustración.

Con el paso del tiempo ha ido desarrollando diversas estereotipias que suelen aflorar en momentos de tensión o ansiedad, que suele ser producida en situaciones en las que Jax se siente presionado o incomodado por los demás. En primer lugar, tiende a ladear ligeramente la cabeza hacia los lados cuando algo le incomoda o le resulta molesto. Si la molestia persiste, entonces pasa a rascarse el antebrazo derecho. Esta estereotipia va aumentando de intensidad hasta el punto de que cuando está altamente estresado agita el dedo índice de su mano derecha, a menudo golpeando alguna parte de su cuerpo o alguna superficie. Si la fuente de ansiedad persiste aun así acaba por perder el control y gritar antes de romper a llorar.

Entre las cosas que le agobian y le incomodan se encuentra cualquier elemento que dañe o altere sus patrones rutinarios, aunque cuando tiene que relacionarse encuentra incómodos ambientes donde la gente haga mucho ruido o donde no se respete su espacio personal. Odia que alguien le incordie cuando está ocupado o que le molesten si está ocupado.

Para entretenerse es normal que de vez en cuando haga filigranas con lo que sea que tenga en las manos, bien sea un lápiz, una moneda o un colgante. Este comportamiento no es estereotípico, pero si es cierto que lo hace cuando no tiene otra cosa que hacer, lo cual indica que ha perdido prácticamente cualquier interés en lo que sucede a su alrededor.

Por último, es alguien sumamente emocional, aunque no lo demuestre. Con sus allegados es cariñoso a pesar de que su forma de expresar cariño no sea convencional, sino que simplemente está más dispuesto a tolerar comportamientos que le molesten o a permitir que hagan ligeros cambios a su rutina.

Ficha Rápida
No (1000 palabras mínimo)

Historia

Afueras de Villadorada: Año 13 después de la apertura del Portal Oscuro.

Un trueno retumba en las montañas que repuntan al norte del Bosque de Elwynn. En un porche de madera que cubre la pedriza entrada de una cabaña a las afueras de Villadorada un niño que acaba de pasar su cuarto invierno observa paralizado como las gotas impactan sobre el pedregoso camino salpicando todo a su alrededor. Realmente poco importa si salpican las gotas o no, porque ya de por sí está todo empapado, pero sin embargo el niño sigue observando, sin apenas pestañear, refugiado bajo el porche de madera. No comprende la lluvia y de hecho nunca comprenderá del todo por qué nunca llueve a la misma hora, o siquiera los mismos días.

Una mano acaricia el hombro desnudo del joven. Las gotas pierden completamente su encanto y el niño gira el rostro. Observa a una mujer, su madre, le llama para ir a cenar. El niño, llamado Jackson, acompaña a su madre hacia el interior de la cabaña, donde esperan su padre y su hermana.

Se acerca a la silla, primero apoya el pie izquierdo, luego el derecho, porque así es como siempre se ha sentado, y así es como siempre tiene que sentarse. Observa el plato, puré de patatas y judías. El puré delante y las judías detrás. Así las hace su madre, porque así es el puré de patatas con judías. Siempre así.

 

Año 15 después de la apertura del Portal Oscuro.

Jackson juega con un carro de madera. Pero no juega como el resto de los niños de su edad. Él lo monta y lo desmonta. Le quita las ruedas, y las vuelve a colocar en los ejes. Ni siquiera cambia el orden. La rueda delantera izquierda siempre tiene que ser la rueda delantera izquierda. Lo monta y lo vuelve a desmontar, primero quita la rueda trasera izquierda, luego la derecha, luego quita el eje… Nunca cambia el patrón, simplemente se entretiene y se maravilla. Para él su mundo gira en torno a ese patrón. Simple, ordenado, en equilibrio.

Él no se da cuenta, pero su hermana llega corriendo a la casa. Entra llorando y chillando, buscando desconsoladamente a su madre. Pasan varios minutos y de nuevo su madre le aborda, apartándole de su entretenimiento.

-          Jackie… papá no va a volver.

Pero Jackie no lo entiende. Su padre llega al anochecer, cuando termina de trabajar, a excepción de los miércoles y los viernes que sale a cazar. Hoy es Jueves, así que llegará al anochecer. Y cuando llega siempre le levanta en brazos y le cuenta qué árboles ha talado, aunque Jackie nunca escucha. Llega el anochecer, Jackie se levanta y se planta frente a la puerta, pero pasa el tiempo y su padre no llega a casa. Pasa horas, como si de un maniquí se tratase, pero su padre no vuelve.

Su padre nunca volverá.

 

Año 18

Jackson juega en un pozo. No saca agua, solo mueve la manivela que sube y baja el cubo con el que se saca agua. Tres ciclos hacia arriba, y tres ciclos hacia abajo. Su madre le toma de la mano y se lo lleva a Villadorada. En la plaza del pueblo hay niños jugando, pero él no los comprende. No comprende por qué corren, por qué cambian de ritmo o por qué alteran su trayectoria. Nada es ordenado, no ve un patrón en su comportamiento. Simplemente no lo entiende.

Su madre le detiene frente a un banco. Le pide que espere, volverá en diez minutos. Le da un lápiz y un pequeño pergamino por si le apetece dibujar. Jackson mira el papel, él dibuja después de comer y todavía no ha comido. Coge el lápiz y lo mueve de un lado a otro de la mano, lo hace girar sobre sus dedos y va desplazándolo como si de un titiritero se tratase. El lápiz describe giros y vueltas entre los dedos del niño, siempre en un mismo orden. Primero desde el índice al meñique y vuelta para volver a empezar en el índice. Un niño se le acerca, intenta hablarle pero Jackson sigue pendiente a su lápiz. Poco tiempo tarda otro niño en quitarle el lápiz de las manos. Vuelve la mirada hacia quien le ha arrebatado su juguete. Varios niños se encuentran alrededor suyo, le gritan y le hablan. Todo a su alrededor da vueltas, no entiende nada de lo que está pasando. ¿Por qué gritan? ¿Por qué no puede jugar? ¿Qué está ocurriendo?

Jackson grita, más fuerte de lo que cualquiera de los niños podrían siquiera imaginar. Pero no emite palabra alguna, solo un grito salido de lo más profundo de sus pulmones. Por un segundo todo a su alrededor parece detenerse. Los demás niños dejan de gritar, miran sin comprender del todo qué acaba de ocurrir. Jackson sigue clavado como un poste, no mira hacia nadie, y su gesto, a parte de las lágrimas que afloran por sus enrojecidos ojos, no ha cambiado prácticamente. Su madre llega e increpa a los niños. Les cuenta que Jackson es diferente a ellos, pero ninguno parece comprenderlo del todo. Más adultos comienzan a apelotonarse, pero ellos tampoco entienden el comportamiento del niño. Lo tachan de loco, de anormal, pero a su madre no le importa. Para ella es su hijo, y sabe que en realidad es mucho más de lo que aparenta.

 

Año 22:

Todo ha cambiado. Hace un año que la madre de Jackson murió. Ahora es su hermana Betty quien cuida de él. Pero no es lo mismo. El puré no lleva judías, ya no hay carne especiada para comer el tercer sábado de cada mes. Ni siquiera duerme en su cama de siempre. Todo es distinto y Jackson no entiende por qué. Nada debería ser como está ocurriendo. Solo su hermana permanece. Ella entiende en parte cómo funciona la mente de Jax, como ella le llama. Ahora ha dejado de llamarse Betty y se llama Eris, pero eso tampoco lo entiende. Para Jax, Betty siempre será Betty. El resto es desigual a como era antes. Sus patrones ya no están, todo funciona de forma incomprensible para él y no puede ser. No puede cenar antes del anochecer, no puede dormir en un sitio distinto cada noche. Nada de eso tendría que ocurrir. Pero su hermana lo comprende, intenta explicarle que no siempre las cosas ocurren como deberían ser, pero Jax sigue sin entenderlo. La paciencia de su hermana ayuda a que poco a poco, Jax vaya haciéndose a la idea de que la vida que ha conocido toda su vida ha dejado de existir. Cada vez que la ansiedad le puede, su hermana le abraza, le recuerda lo mucho que le quiere y le tranquiliza diciéndole que todo va a salir bien. Él no entiende muchos gestos que ella hace, pero al menos las palabras de cariño le reconfortan. Es un pequeño acto que sabe que siempre ocurre cuando las cosas van mal.

 

Año 26

La vida se ha normalizado un poco para Jax. Su hermana a base de paciencia y soberbio esfuerzo le ha enseñado poco a poco a ser un poco más flexible. Se ha acostumbrado a su nueva vida, y poco a poco ha creado nuevas rutinas que son compatibles con su nuevo estilo de vida.

Su hermana tuvo que hacer la calle para que los dos comieran, aunque él no entiende prácticamente a qué se dedica exactamente. Simplemente entiende que trabaja por las noches. Por el día los dos comen juntos, y de vez en cuando le trae algo a su hermano con lo que se entretenga.

Jax se aficionó a las matemáticas desde que Eris le trajo un libro que birló de la bolsa de uno de sus clientes. Encuentra orden y tranquilidad en los números, estudiando las leyes que los gobiernan. Todo sucede exactamente como sus libros dictaminan. Con el tiempo, su hermana le trae más libros, que estudia y devora rápidamente.

Poco tiempo después deja las matemáticas a un lado para volver su mirada al dibujo. Calca todo lo que le viene a la cabeza, aunque es incapaz de imaginar nada. Todo tiene que haberlo visto, todo tiene que estar en su memoria.

Y tras sus dibujos, llega el turno de la ingeniería. Encuentra una tabla atornillada a una carretilla y descubre que para construir hay que seguir una serie de pasos que no tarda en memorizar. Jax encuentra en estas tareas un refugio seguro donde estar tranquilo. Y, aunque preferiría una vida mucho más estable, es medianamente feliz.

 

Año 32

Es tarde, Jackson está terminando de cenar lo que cena prácticamente todos los días. Puré de patatas. Lo hace exactamente como recuerda que lo hacía su madre, como debe de ser. No le gusta la comida de la casa dónde han acogido a su hermana y a él. Les permiten quedarse siempre que su hermana aporte un poco de dinero y él ayude con las tareas de la casa. Por ahora es un lugar provisional, como muchos otros. Su hermana aparece llorando. Es extraño, debería estar trabajando. Algo va mal. Se acerca a ella, está sollozando y tiene una quemadura que recorre su rostro. No entiende qué ha ocurrido. ¿Por qué se haría algo así? Es lo primero que piensa el joven. Su hermana sigue llorando, llamando la atención del resto de residentes, que al ver su estado ni siquiera preguntan, sino que van a buscar a un galeno para que trate su quemadura. Mientras tanto, Jax y su hermana se quedan solos en el pequeño salón de la vivienda. Jax observa a su hermana llorando, pero no entiende por lo que está pasando. No entiende por qué está llorando, ni si le duele. Pero algo llega a su memoria, recuerdos de su adolescencia, de su niñez. Recuerda una serie de palabras, que sin entender mucho qué significan repite delante de su hermana, emulando el tono cálido que ella transmitía a su hermano.

-          … Te quiero mucho, todo va a salir bien.

No comprende el significado de la expresión, no sabe por qué está bien decirlo, pero lo hace sabiendo que a él le tranquiliza. Eris se abraza a su hermano mientras éste sigue repitiendo cada poco la misma frase. Quizás Jax no comprendiera las emociones de la misma forma, pero eso no significaba que él no pudiera sentir.

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