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Feyre

Czarina Hollownest

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 Nombre del Personaje  Czarina Hollownest  Raza  Humana
 Lugar de Nacimiento  Osario de Eloven  Sexo  Mujer
 Ocupación  Matasanos  Peso  57 Kg
 Edad  25 años  Altura  1'62 m

 

 Descripción Física  

Un cuerpo delgado, con curvas delicadas y finas, junto a una baja estatura. Las primeras vistas que se tiene de la joven, junto a su cabello alargado y blanco, que suele peinarse de diversas maneras. Sus ojos son muy claros y muy leves pecas se ven por sus mejillas, en una piel tan pálida como la suya. Sus uñas destacan por su largura y a su vez por lo tanto que las cuida.

Su rostro puede verse maquillado con maquillaje normalmente negro, sus dientes son algo afilados y su voz es bastante dulce, muy dulce para un aspecto a veces un tanto macabro. Claro que en ocasiones ese aspecto macabro lo oculta con la finalidad de no llamar mucho la atención. Por lo general, se puede ver ciertas cicatrices por su cuerpo que acaban yéndose, o no, pero no suelen quedar muy llamativos. Tiene un tatuaje en la muñeca izquierda de unas espinas entrelazadas y, además, suele vestir en ocasiones con ropajes oscuros.

 Descripción psicológica

A pesar de que pueda parecer una joven dulce, delicada e indefensa, como una muñeca de porcelana, lo cierto es que es bastante voraz. Su personalidad está adornada de elegancia y ligereza, pero no deja de ser una mujer de lengua bípeda y venenosa. Normalmente es alguien delicada, poco callada y que no le suele dar importancia a las cosas de la vida, o simplemente quitarle parte de la importancia que tienen. Despreocupada, cuidadosa y acechadora. Quizá incluso se podía decir que oportunista. No es que le guste llevarse mal con nadie, pero a veces disfruta del odio de la gente, de su terror.

Tiene un humor bastante negro, bastante dañino en ocasiones, pero a pesar de todo lo malo que puede tener esta chica... Cuando va cogiendo cariño las cosas cambian notablemente en ella. A veces intenta hacerse la dura, la indiferente, pero lo cierto es que debajo de todo lo negro que hay en ella hay un corazoncito y puede llegar a preocuparse por los que le rodean sin necesidad de que sea por obligación.

Le cuesta mucho admitir ciertos sentimientos, y también depende mucho de la persona. Aun así, muchos le describirían como una mujer un tanto perversa, loca y con gustos demasiado peculiares como para ser normales.

Spoiler

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Spoiler

 

El Osario de Eloven daba acogida a numerosas casas, entre las que se encontraba el humilde hogar de los Hollownest. Dentro de dicho hogar, residía una joven albina junto a su padre cazador. Éste siempre quiso que su hija siguiera sus pasos, al no tener un hijo al que enseñarle, sin embargo: ella nunca estuvo mucho por la labor. Aun así, quiso hacer todo lo posible por su padre, por ganarse su orgullo y poder ganarse la vida de algo, porque no se veía con futuro, ni su padre parecía dejarle que fuera a tener un futuro, menos preciando sus capacidades.

Al principio eran clases básicas sobre animales, a las cuales ella no prestaba atención ni le interesaba, ella prefería fijarse más en otros detalles. Posiblemente también tuviera que ver que su visión no fuera la mejor del mundo, y desde lejos no viera la imagen muy nítida, incluso borrosa, algo que siempre le dificultaría cosas así. Luego salieron al bosque y entonces fue cuando se vieron la escasa capacidad de ella y sus sentidos, tan vagos como su interés por la cacería. No veía esos detalles tan fácilmente como su padre, no era capaz de tener esa rapidez visual, o esa atención auditiva. No tenía esa percepción que su padre siempre le intentó impulsar a tener. No era tan buena, siempre le costó. Ya no era tan sólo por el interés, porque el interés lo fue perdiendo también a medida que se daba cuenta que no valía para desenvolverse en asuntos así. Eso sí, había algo que si captaba su interés rápidamente: la sangre.

 Por ello, decidió que lo mejor era decidir otro oficio, algo a lo que dedicarse. También tomó la opción de salir más de casa, no encerrarse como su padre esperaba de una mujer y haciendo tareas de casa. Al comienzo rezaba a la Luz para que le sacase de esa vida, rezó muchas noches, pero nada cambiaba. Tan solo cambió el sujetar una escoba con el escaparse con su vecino a hacer rebeldías. El ser una futura cazadora a ser un posible médico del Osario.

Estar como auxiliar, aprender todo aquello y, sobre todo, poder destacar… Además, era tan útil para ayudar a su querido amigo, que más razones le daba para seguir adelante con esa aspiración.

Era todo cuanto quería en aquel momento de su vida. Aprendía realmente veloz, no necesitaba estar horas y horas frente a un libro para quedarse con todos los detalles del mismo, tenía una gran facilidad y para ella suplía todo otro defecto que tuviera. Además, ahora tenía un gran amigo junto a sí, necesitaba más. ¿Qué iba a necesitar? Pero claramente, esto no hacía ninguna gracia a su padre, quien todos los días se encargaba de recordarle que era una mujer y, en consecuencia, debía permanecer en casa para hacer las tareas mientras el cazaba.

    ¡Es lo mínimo que puedes hacer!

    ¡No soy tu esclava, papá! ¡Tengo que hacer mi vida! ¡Soy ya una mujer!

A penas tenía doce años y se creía digna de decir aquello, por saber coser y curar unas leves heridas ya se creía que con todo podía.

    ¡No sabes nada! No eres más que una cría que se cree que puede con todo lo que le echen. ¡Pero no eres más que un escombro! ¡La muerte de tu madre jamás mereció la pena para traerte al mundo!

    No metas a mamá en esto, ¡no a ella!

    ¡Tu madre murió por tu culpa! ¡Tu culpa!

Aquella noche iría a su cama, dudando de si la Luz realmente estaba allí para cuidarla. Dudando de si aquello realmente se lo merecía, pero seguiría vagamente creyendo en ella.

    Sé que él me quiere, que no quiere decirme eso… La muerte de madre le ha debido de doler, debe ser eso…

Pasarían los años y ella se acostumbraría al dolor de soportar como una carga a su padre, quien insistía que al menos podría traer dinero a casa, cuando ella se pasaba el día estudiando y aprendiendo el oficio, trayendo comida a casa cuando podía. Disfrutando de la sangre que veía, eso sí, disfrutando de ver a la gente en estado de agonía en ocasiones. Si, algo que sin dudas le ayudaría con ciertas decisiones del futuro un tanto macabras.

Eran asuntos que llamaban su atención, ver gente muerta le daba curiosidad, estudiar sus cuerpos para la medicina. ¿Pero esa afición oscura? Realmente la escondía, ella mantenía su perfil de estudiante, sabía que no iba a ser bien visto pero… Aquello llamaba demasiado su atención. Sólo una persona podía comprenderle, solo él podía comprenderle y siempre lo hacía, incluso le ayudó a explorar aquel aspecto de su vida con un libro que había encontrado una noche. Siempre le daba los mejores consejos.

Su mejor amigo, Seth Sullivan, siempre le alentó a seguir lo que su corazón le dictase y ella estaba feliz con lo que podía. Posiblemente le decía todo lo que ella quería oír, tenían sus roces y enfados, pero él era la persona que más a gusto le hacía sentir y con quien realmente quería estar.

Un día, Seth tomó las riendas de la vida de Czarina en el momento más delicado de ella. Su padre había sufrido un accidente en la cacería y una de sus presas le acabó dando uno de los peores mordiscos que se llevó en su vida. Czarina hizo lo posible por ayudarle con todo lo que sabía de medicina, le mantuvo estable, pero perdería la pierna igualmente porque era algo inevitable. Incluso él se negaba a recibir más tratamiento porque no quería recibir ayuda. Porque en el fondo no quería seguir viviendo.

Lo que le diría aquella noche aquel hombre a su hija no tenía perdón, al menos no para ella. En cuanto Seth le propuso escaparse del Osario, vivir ellos su propia vida lejos de aquellas tierras… Czarina ni si quiera lo dudó mucho. Tomó sus cosas y decidió partir de viaje con él, buscándose ambos la vida como podían. Ella, además, se vería rodeada de malas influencias antes de abandonar, influencias muy ligadas a la nigromancia y otras ramas del vacío.

El bosque del Ocasio le entregó lo peor de sí a la vida de la pequeña albina, antes de que se marcharan de esas tierras. Fue en esas tierras, gracias a Seth y las malas influencias, lo que hizo que lo que comenzó siendo aterrador se convirtiera en una forma de vivir para ella. Su comienzo en el camino del vacío y encontrando las Sombras su salvación, al dejar de ver en la Luz en aquello en lo que poder aliviar su dolor.

Decidió tomar el destino por su propia mano, ser ella quien se defendiera y ser ella quien decidiera. No necesitaba su padre, estaba junto a Seth y había hecho grandes progresos en aquella magia oscura, horrorosa que le llevó a momentos de locura y perdición, pero de lo cual nunca se quejaría porque sin duda disfrutaba con aquellos conocimientos, sabía lo oscuro que eran y estaba viendo sus consecuencias, pero… ¿Y qué? Aquel camino de las sombras le ayudó a apreciar con otros ojos la sangre, a vivir la más de cerca…

Al final, las idas y venidas de un lado a otro de los dos jóvenes, los llevaría a un sitio inesperado y de cuya existencia anteriormente no conocían, oyendo rumores de la Corte de los Mendigos.

 

 

Editado por Feyre
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