[Historia] Kano Solokov

[Dorito 417]

Kano Sokolov

 

 

Raza
Humano

Sexo
Hombre

Edad
31

Altura
1'84

Peso
89 kg

Lugar de Nacimiento
Lordaeron

Ocupación
Criminal

Descripción Física

De ojos claros y cabellera rojiza, Kano tiene un cuerpo marcado por el ejercicio casi diario. Su rostro está marcado por algunas pequeñas cicatrices derivadas de peleas, en especial en la nariz y barbilla, suele ir afeitado y con el pelo corto. Sus vestimentas suelen ser armaduras de cuero que le permitan moverse sin mucha restricción pero que le proteja de algunos golpes. Suele llevar encima sus explosivos, libros y recordatorios de sus aventuras por Azeroth. 

 

 

Descripción Psíquica

Mucha gente describiría a Kano como un sociopata, un psicópata o un demente, pero solo es un hombre de fuertes ideales. Para él lo más importante es la familia, y no se refiere a la de sangre, sino la gente de su entorno a la que aprecie tanto como para considerarlos familia. Le encanta la lectura y practicar con sus explosivos, siempre que tiene tiempo libre buscará mejorar sus invenciones o leer. Su psicología defiende una sociedad sin clases sociales, donde todos los bienes sean de propiedad común. Una vez entra en combate se vuelve una bestia, no le importa quién tenga delante, si es un estorbo lo asesinará. Disfruta haciendo cosas volar por los aires, es una de sus pasiones. Desde que empezó a estudiar magias prohibidas del vacío su salud mental solo ha ido a peor, teniendo leves ataques de ira o rabia. 

Historia

Spoiler

-Eh zanahorio no te lo bebas todo. -Pronunció Telion al verme beberme casi todo el bourbon que acabamos de robar al tabernero Fenderson.

-¡Eso, yo lo robé, así que es mío! -Se quejó el pequeño Nico mientras intentaba quitarme la botella de las manos, aunque su baja estatura no ayudaba.

-No es tuyo, es nuestro. -Dijo firme Charles Mark, era el mayor de nuestra pequeña banda de ladronzuelos y liantes, se podría decir que era nuestro líder. Yo permanecí en silencio, en esa época no era muy hablador, pero decidí dejar de beber y pasar la botella.

La vida en nuestro pequeño pueblo al norte de la capital de Lordaeron era complicada por la fría temperatura, ya que se localizaba cerca de las montañas, nuestro grupo de amigos estaba conformados por chavales de familias inestables, o en mi caso, sin familia, aunque todos son sentíamos huérfanos, teníamos nuestra pequeña familia conformada por 5 jóvenes seres marginales.

Todo nos iba bien, solo teníamos pequeños problemas con el tabernero, el padre Jose o con algún vecino que nos pillaba puntualmente, pero tras un buen golpe nos dimos cuenta que realmente eramos buenos en lo nuestro, a los 15 años decidimos atracar un pequeño carro que traía valiosas telas provenientes del sur. El plan lo pensamos dos semanas atrás, para que me diese tiempo a preparar los explosivos, el plan era usar 3 cargas, 2 para hacer detener el carromato asustando a los caballos y otra parar abrir una posible caja de seguridad, Charles, Telion y Max entretendrían a los guardias con hondas y arcos improvisados mientras yo, después de detonar las bombas, me escabullía con el pequeño Nico para llegar al cargamento en el interior del carro. Increíble todo salió como planeábamos, los guardias ni se lo vieron venir, en cuanto los explosivos caseros hicieron las pequeñas explosiones y empezaron a ser atacados por las ondas y arcos fueron hacia ellos a toda velocidad mientras que nosotros robamos todo lo que había en el interior. 

Cuando logramos vender las telas pudimos comer carne de calidad y reunir el dinero suficiente para comprar una pequeña casa abandonada en la que no tardamos en convertir en nuestro hogar.

-¡Los Huérfanos Olvidados no conocen la derrota, somos una familia de hermanos que permanecerá siempre unida! -Las palabras de Charles conmovieron al grupo, quién no tardó en ponerse a beber y bailar para celebrar la buena racha de la banda.

Todo iba viento en popa, cada vez teníamos más experiencia, más equipo, más información y mayor organización, cada golpe que dábamos era un éxito, mis compañeros disfrutaban con ganar dinero, pero yo sentía una felicidad mayor al encontrar libros u objetos interesantes, además, encontré un espadón que aún conservo y que aprendí a usar más o menos, entre eso y los entrenamientos a puños con Charles aprendí a defenderme.

Aunque toda la racha de felicidad y buenos golpes acabó de golpe, a veces el destino es cruel. 

Nos llegó el chivatazo de una mansión abandonada que aún conservaba algunas pieza de arte valiosas y no tardamos en ponernos en camino, la mansión quedaba a varios días de viaje a pata así que tuvimos que preparar víveres y demás para el viaje. Una vez llegamos allí el ambiente cambió a uno mucho más tétrico, todos estábamos nerviosos y ni siquiera sabíamos por qué, sentíamos una presencia maligna, sabíamos que no debíamos estar ahí, pero nuestro estúpido orgullo nos hizo avanzar, nos separamos en dos grupos para buscar por la mansión, en uno iriamos Charles yo y Nico y en el otro el resto de los chicos, cuándo llegamos a una sala, la imagen que vimos fue proveniente del mismísimo averno. Animales mutilados, marcas de símbolos demoníacos en paredes y suelo y un grupo de encapuchados rezando. El miedo nos paralizó, en cuanto quisimos movernos, unos zarcillos oscuros nos atraparon, una energía oscura acabó con la vida de Nico y pronto acabaría con la nuestra, pero dónde yo me quedé helado, Chales se sacrificó para que huyera, robó mis explosivos y se lanzó contra los encapuchados, explotando, pero llevándose con él la vida de los herejes. En la sala, antes de ir a buscar al resto encontré un inusual libro de morada carcasa que decidí llevarme. Impactado y tembloroso grité para encontrar a mis compañeros faltantes, pero lo único que encontré fue otro grupo de encapuchados, uno de ellos llevaba la decapitada cabeza de Telion en la mano derecha, el miedo casi me paraliza de nuevo, pero el recuerdo del sacrificio de Charles me hizo avanzar y salir de aquella infernal mansión. 

Tras días sin comer ni beber, desolado por el dolor y completamente solo, solo me quedó centrarme y seguir adelante, aún no me podía reunir con mis compañeros quienes habían muerto para salvarme. No dejaría que volviese a pasar, la próxima vez estaría preparado para algo así, no tardé en leer aquel prohibido tomo y con él vinieron las voces, los cambios de humor y un ilimitado poder.

Ahora mismo no tengo a dónde ir, pero sé que necesito algo. Una nueva familia.