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Maw

El paso de Pran

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Pran es un pueblo pequeño, de no mas de una treintena de casas construidas sobre el escalonado terreno en las faldas de las montañas, cuyos habitantes habían dedicado sus vidas a la agricultura y a la ganadería, llevando a sus rebaños a los verdes pastos que crecían entre los valles rodeados por las cumbres dentadas de la sierra Pavv. El unico acceso seguro y lo suficientemente amplio para recorrer el abrupto terreno, ya fuese a pie o en carromato, era a través de un amplio paso construido por los Gilnea siglos atrás, y remodelado con el paso de los años por los colonos que se establecieron alli tomando como suyo aquel lugar.  Pero en la guerra civil, la paz de Pran llegó a su fin, convirtiendose rápidamente en un lugar de paso utilizado para el contrabando de armas provenientes de Norfolk y un escondite para los rebeldes, esto provocó que muchos de sus habitantes huyeran conforme la guerra civil se recrudeció en los años posteriores quedando practicamente abandonado y bajo el control de los rebeldes del muro, de los cuales no se supo nada mas tras los primeros años de la purga, dejando Pran deshabitado, pasando inadvertido hasta que los exploradores del frente norte dieron con el, pero no fueron los únicos.

 

El poblado en si no tenia ningún valor, sus campos estaban ya hace tiempo abandonados, y los maizales habian crecido salvajes, naciendo mas allá de las vallas de madera podrida y devorada por la maleza. La mayoria de sus casas estaban carcomidas por la humedad, convirtiendo los antiguos hogares en lo mas parecido a restos óseos de un cadaver con el torso abierto al cielo. Allí solo habían ruinas y un silencio natural que se vio  interrumpido por los tambores y gaitas de las fuerzas Gilneanas que marchaban  hacia el Este.

 

 

 


 

El estruendo de la batalla era menos ensordecedor de lo que había esperado. Por encima de las notas agudas del metal  y el rasposo sonido del acero frotándose contra el acero, se escuchaban las voces y gritos de los soldados de Gilneas. La lucha bailaba al ritmo de este caotico compás de sonidos disonantes, en los que se mezclaban tanto gritos de guerra como de dolor cuando un filo, punta de lanza o proyectil, perforaba la carne. 

Lenart se dio cuenta de que los únicos que gritaban eran ellos. 

Siempre era de esperar que el rival también proyectara su fuerza de voluntad, para hacer su presencia palpable, real y solida. Pero los renegados guardaban un silencio sepulcral que convertía el espíritu de la batalla en algo inquietantemente hueco. Antes de ser repugnante tenerlos cara a cara, era terrorífico. Aquellas cuencas de ojos iluminadas por una suave luz fantasmal helaba la sangre. Tenian rostros mortecinos, sus pieles eran de un color pálido enfermizo cuya textura recordaba al cuero rugoso y rígido. Algunos de ellos poseían coseduras  y parches de piel de distintos colores dotándoles de un siniestro aspecto a muñecos de trapo remendado, mientras que a otros se les diferenciaban diminutos puntos negros metálicos que Lenart pudo reconocer como tornillos u otros implantes hechos de hierro. Y estos eran solo aquellos que tenían mas similitud humana. Hizo un esfuerzo por no fijarse en aquellos otros que no la compartían.

 Los cañones de los arcabuceros Gilneanos rugieron, y acto seguido una docena de no muertos fueron golpeados por una lluvia de plomo, pero no fue suficiente para abatirlos, no ha todos.  Aquellos que no cayeron al suelo en lo que parecía ser una muerte definitiva, siguieron avanzando como si nada, ignorando las heridas que habian sufrido en sus cuerpos. Los redondos proyectiles golpearon sus armaduras grises provocando chispas cuando impactaban.

Los pequeños grupos compuestos cada uno por mas o menos una treintena de soldados, se separaban entre si por distancias cercanas a los 30 metros. Visto desde lejos, la batalla era lo mas parecido a un grupo de células intentando devorarse la una a la otra. Entre los espacios habían multitud de cadáveres en su mayoría humanos. Lenart a pesar de haber visto a mas de un renegado morir y caer al lodoso suelo era como si sus cuerpos inertes desaparecieran al tocarlo.

Si todo salia bien,  podrian presionar por el centro, abrir sus filas. Ganarian, ganarían una maldita batalla.

Mart estaba a punto de asestarle el golpe definitivo  a un renegado cuando escuchó un crepitante zumbido, su visión se tiñó de blanco. ¿ Habia muerto, se habia quedado repentinamente ciego. Algún hechicero lo había embrujado?. Dio unos paso atrás he inmediatamente alguien que no podía ver ocupó su lugar entre las filas.

De nuevo apareció el zumbido crepitante y tras el, un grito. Para entonces su visión había regresado, pero en el centro de sus retinas había quedado grabada una mancha de colores violáceos, similar a la impronta que deja el sol en los ojos, y es visible incluso con los parpados cerrados.

El soldado que le había relevado se convirtió en una masa de cuero, metal, carne y órganos ennegrecidos como si alguien los hubiese medio cocinado a fuego intenso, dejando el exterior carbonizado pero el interior aun tierno y rojizo. La sangre que le salpicó la pechera  estaba hirviendo. En el aire empezó a olerse el característico hedor de la carne quemada y un olor a ozono. Lenart parpadeó sin comprender que estaba ocurriendo. 

Otro destello crepitante, una luz eléctrica, y otro muerto.

Vio que por los flancos, los huargen huían aterrorizados hacia la retaguardia. Uno de ellos en plena huida fue alcanzado por un rayo. El huargen se dobló hacia atras arqueando su espalda de una forma antinatural, para luego convertirse en una nube de carne y ceniza.

Sobre la colina, aparecieron una docena de imponentes figuras cuyas siluetas estaban rodeadas por una extraña aura azul pálido, que contrastaban con el cerrado atardecer y el estampado forestal que tenían a sus espaldas. Lenart se fijó que portaban unos extraños rifles, grandes, de aspecto pesado, que acababan en una esfera redonda y perfecta que compartía la misma enfermiza luz azulada. De la culata de los rifles salían unas largas mangueras que desaparecían a sus espaldas, y en ellas, portaban a cuestas unas enormes mochilas cuadradas, en las cuales crecían  estiradas formas cónicas anilladas, los extremos superiores estaban rematados  con unas esferas redondas similares a las de la boca del rifle. Arcos eléctricos pasaban de un lado al otro sobre las puntas, ramificándose de formas retorcidas y aleatorias. Aquello no eran arcabuces.

No sabia lo que eran.

Vio nuevamente el destello, ahora nítido. De la esfera del arma salió un rayo azul. Escuchó el crepitante sonido eléctrico. Pudo ver claramente el lazo de energía que pasó cerca de su cabeza mientras el seguía mirando al renegado que le estaba disparando. El aire tenia un regustillo lluvioso, a ozono, aunque el no sabia que era el ozono. Se dio cuenta tarde de que el rayo de energía le había pasado tan cerca que el pelo del costado derecho del cráneo habia desaparecido asi como su oreja. El renegado habia fallado.


Tras volver en si, tras casi un minuto inmóvil y sin palabras,  ordenó la retirada. 


La primera línea de vanguardia cayó rápidamente cuando los milicianos en conjunto con las mesnadas rompieron filas. La vanguardia renegada no se molestó en perseguirlos, dejaron que huyeran mientras los rayos volatilizaban a los mas lentos y torpes. 

 


 

 


 

 

 

Situación actual

  • El puente que separa Prann de los campos de cultivo ha sido destruido
  • Hay algunos supervivientes que han logrado escapar hacia el interior del pueblo y sus alrededores.
  • Se desconoce el numero de efectivos renegados que aun permanecen en el campo de batalla
  • No parecen tener intenciones de invadir Prann, aunque han enviado mortacechadores al poblado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Fin del evento

 

 

Pran habia sido un fracaso, de eso no habia duda alguna. Era un lugar sin valor, que no defendia absolutamente ningun punto clave y lo unico a considerar eran los pasos montañosos y caminos traicioneros a los cuales tenia acceso y que llevaban a Norfolk, otra villa olvidada sumida en la miseria pero por algun motivo, aun habitada. 

Nadie supo que querian los renegados de Pran . Algunos, para justificar su falta de informacion he incompetencia, decian de que era un lugar clave para un plan de batalla aun mayor, pero la verdad que esta teoria se desmoronaba cuando los superiores mas veteranos planteaban la idea de que simplemente los renegados, habian aprovechado la situacion para atacarlos y hacerles creer que aquel lugar olvidado tenia algun valor importante.

Lo peor de todo es que habian mordido el anzuelo. Ahora estaban obligados a defender Pran y a inflar la victoria con mentiras y falsedades para mantener la moral y darle un falso proposito a las vidas de los soldados que perecieron en la primera batalla.

Como ultimo heredero de su casa, Lenard, ha sido recibido como un heroe entre los pocos soldados y milicianos que conforman sus mesnadas. La moral ha crecido, algo mas esperanzados al ver a su capitan volver de entre los muertos acompañado por los supervivientes. Tanto los soldados que perdieron a sus señores en Pran como a los milicianos  que lograron aguantar hasta el final y superar la contienda, se les ha ofrecido de buen grado servir a la casa Ledgry.

 

  • Las montañas de Pran ahora son accesibles
  • Lenart fue rescatado junto a algunos supervivientes aumentando la moral de los soldados bajo su mando.

 

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Participantes

 

Jeacob ( master) : Advertir notar. Buscar. Rastrear. Sigilo. Supervivencia. Cartografia. Atletismo. Escalar

Eudora: Advertir notar. Buscar. Rastrear. Sigilo. Supervivencia .Atletismo. Nadar

Owen: Advertir notar. Buscar. Rastrear. Sigilo. Supervivencia.  Atletismo. Nadar

Cormac: Advertir notar. Buscar. Rastrear. Sigilo. Supervivencia. Ilusion basica. Cartografia.  Atletismo. Escalar

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El valle, era una extensión verde rodeada de montañas afiladas que actuaban como una muralla natural y protegían las agrestes tierras repletas de formaciones escalonadas hechas con piedras superpuestas llamadas bancales, que en algún momento fueron utilizadas para el cultivo y ahora yacían olvidadas a merced del duro clima. Los pocos bancales que quedaban,  fueron construidos sobre las colinas ahora  coronadas por pequeñas pinadas salvajes, que crecian separadas las unas de las otras. El valle  estaba en mitad de un remanso de paz donde los vientos fríos mantenían en verano una agradable temperatura, impidiendo que la nieve de los picos mas altos se derritiera, y aunque el invierno era cruel, la fertilidad de la tierra ayudaba a los habitantes a poder tener reservas suficientes como para poder sobrevivir a él, a pesar de las agresivas  tormentas y otros peligros naturales. Esto había sido así  durante mas de veinte años, desde que los primeros habitantes huyeron de Pran cuando esta fue tomada por los rebeldes del muro, y utilizada como base de operaciones en la guerra civil. Los que sobrevivieron al viaje a través de las traicioneras montañas donde era fácil perder la vida por un ligero traspiés, dieron con aquel lugar casi idílico, alejado de los conflictos de los hombres y la miseria. Pero tal como ya había pasado anteriormente, la paz que habían estado viviendo los habitantes se desvaneció como si de una fina cortina de humo se tratara dejándolos expuestos como unos corderos incrédulos ante las fauces de la guerra. Daba lo mismo quienes fueran, huargens, no muertos o los propios soldados del reino de cuyos conflictos pretendieron huir y desligarse, la terrible verdad es que no habia escapatoria. 

Desvelado_Pran.jpgLos Ecos de la batalla de Pran resonaron, como el repicar de las campanas de una iglesia, y aquellos marcados que se quedaron aislados en la batalla fueron los causantes de la mayoría de muertes que se acontecieron aquella noche fatídica en el Valle. Privados de la oportunidad de poder  adquirir una  ampolla de brebaje a tiempo sucumbieron a la maldición, huyendo hacia las montañas. Hambrientos y desesperados se cernieron hacia el valle siguiendo el olor de los rebaños. Aquello acabó con mas de cuatro familias muertas, despedazadas y devoradas por aquellas pobres almas victimas tambien de la guerra. 

Una semana despues de aquello, con el regreso de los exploradores, Lenard recibió por parte de tres de sus hombres un mapa que aunque no era especialmente preciso, si ayudó a hallar el codiciado Paso de Pran. Pasaría una semana mas hasta que al fin dieran con las sendas correctas gracias a la guía de un grupo de pastores voluntarios que ofrecieron su ayuda y conocimiento del terreno. El Valle no tardó mucho en recibir la visita de los soldados de las mesnadas y los hombres de armas así como milicianos destinados a aquel lugar cuya misión era tanto defender las primeras caravanas de suministros que partieron hacia Norfolk, como de  perseguir y eliminar a los huargen salvajes restantes que se escondían en la periferia del valle, allí donde las colinas besaban las faldas de las montañas y conducían a las traicioneras gargantas y pasos, donde era fácil efectuar emboscadas y permanecer oculto. 

 

 


 

  • El Valle se ha convertido en un lugar de paso que lleva al Paso de Pran. Aqui los soldados del frente norte encuentran un pequeño remanso de Paz antes de dirigirse hacia Norfolk.
  • Tras la muerte de  Mikael  a manos de su hermano infectado Jonas, David y Abraham; su hijo mayor y primogenito,  se unieron a las milicias del Valle para dar caza a los huargen restantes y poner fin a la miseria de Jonas

 

 


 

 

9e1c8be674e3f37779579638a5303c1a.png

 

 

  • Aunque son simples granjeros o pastores sin ningun tipo de instrucción militar su conocimiento del terreno en las montañas de Pran es vital para que las fuerzas de Gilneas pasen los traicioneros caminos sin sufrir daños o se pierdan en el entramado de sendas que no llevan  a ningun lado.  Han vivido durante mas de veinte años aislados de los conflictos y han crecido en un entorno rural, pacifico y alejado de la guerra. Los mas ancianos son demasiado viejos para combatir y los mas jovenes que nacieron en los Valles desconocen la realidad que les espera en el exterior, aunque hay excepciones, ninguno es un combatiente y de hacer frente a algo lo haran si tienen asegurada la victoria. Su arma predilecta es la honda, aunque alguno posee algún viejo trabuco casero con la pólvora suficiente como para disparar una andanada de metralla.

Atributos
6 Físico
6 Destreza
6 Inteligencia
6 Percepción

Valores de combate
24 Puntos de vida
18 Mana
8 Iniciativa
8 Ataque CC (Herramientas de labranza)
9 Ataque a Distancia (Honda)
7 Defensa
Habilidades
Físico
2 Atletismo
2 Herramientas de labranza
Destreza
3 Honda
2 Escalar
1 Defensa
3 Trampas/Cerraduras
Inteligencia
3 Fauna
1 Leyes
1 Religión
1 Sanación/Hierbas
4 Supervivencia
8 Agricultura y Ganaderia
Percepción
2 Advertir/Notar
2 Buscar
2 Comercio
3 Rastrear
2 Reflejos

 

 

 

 

 

 


 

Duracion: 

Miercoles: 18:00/1:00

Viernes: 18:00/24:00

Domingo: 16:00/21:30

 

Participantes: 

Jeacob ( Master): Advertir notar. Ballesta ligera. Defensa. Escalar. Atletismo.  Buscar.Espada ligera. Cuhillo. Fauna. Nadar. Rastrear. Hierbas. Reflejos.Cartografia

Cormac: Cegura. Advertir notar. Defensa. Escalar. Atletismo. Buscar.Espada pesada. Fauna. Nadar. Rastrear.Hierbas. Rifle. Reflejos.Cartografia

 

 

 

 

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