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Rutherford

[Historia] Amelia Williams

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Amelia Williams

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Raza Humano
Sexo Femenino
Edad 17
Altura 1.62
Peso 53 kg
Lugar de Nacimiento Stromgarde
Ocupación Aprendiz de Mago

 

Descripción Física
Amelia es una chica sencilla, con un físico delgado, frágil y pequeño, sin demasiado a destacar excepto por un pelo naranja rojizo, largo, espeso y ondulado, lleno de bucles adornando una pálida cara infantil y pecosa con grandes ojos azul violeta. Una sonrisa de oreja a oreja con dientes blancos y perfectos.
El cuerpo de Amy no es especialmente fuerte, pero guarda una gran energía.

 

 

 

Descripción Psíquica

Una chica interesada en las artes, con una gran creatividad y memoria fotográfica e eidética, que aun comporta como una niña. Hay veces donde demuestra una gran madurez en momentos serios y aplicando una lógica aplastante. Sus habilidades sociales no son nada del otro mundo, aunque no tiene ninguna vergüenza para hablar o mostrar sus opiniones.
Le encantan los dulces y los animales pequeños y peludos, aunque tiene una visión bastante extraña en lo que ella considera adorable o no.
Adora dibujar y puede pasar horas abocetando lo que le rodea. Pasar el tiempo perdida en sus pensamientos e imaginando historias y aventuras es de sus cosas favoritas.

 

 

 

HISTORIA

Spoiler

En una rica familia burguesa de comerciantes ubicada en Stromgarde nació una jovencita avispada e inteligente, Amelia. Sus padres, Ronald y Sarah Williams, eran una pareja convencional, prometidos desde pequeños por sus familias, mercantes también de profesión, y que esperaban que la unión de las familias supusiese una generación más fuerte. Amy desde muy joven llamó un gran interés por parte de la pareja gracias a su desarrollada mente, con tan solo tres años ya sabía leer los cuentos más sencillos para sorpresa de sus padres, y estaba excesivamente interesada en los dibujos y demás artes. Siendo tan solo una infante demostró ser bastante precoz con el uso del lápiz y el papel para retratar todo lo que ella veía, la mente de Amy era imaginativa y creativa.
Sin embargo, aquello no interesaba en su pequeña familia. Pronto comenzó a recibir enseñanzas por parte de su primer tutor, un anciano llamado Greis, maestro de matemáticas y economía, que le habían asignado sus padres para poder dedicarse a la profesión que la familia había estado desarrollando durante generaciones, el comercio.
A pesar del poco interés que la niña mostraba hacia este tipo de menesteres, demostraba a su vez una gran inteligencia siendo capaz de memorizar páginas enteras gracias a su memoria fotográfica.

La infancia de la pequeña Amy se desarrolló entre libros y tutores que sus padres le asignaban para aprender matemáticas, leyes e historia, pero ella no parecía muy interesada por ese tipo de vida monótona y aburrida.

Sin embargo. su situación cambió cuando sus padres decidieron moverse antes de la Tercera Guerra, sin saber que de esa forma evitarían una matanza en su familia, hacia Ventormenta buscando una nueva situación económica en su familia.
Es por eso que cuando la guerra estalló, ellos ya se encontraban lejos e instalándose en su nuevo hogar.
Las primeras semanas en Ventormenta fueron difíciles, pues no eran los únicos viajeros que habían llegado del resto de regiones colindantes, pero la ayuda de amigos y otros contactos que el padre de Amelia pudo encontrar fueron un impulso para que el señor Williams pudiese volver a recuperar la riqueza y la fama de antaño.
El negocio de su familia progresó y a Amy le permitieron una mayor libertad, provocando, que la ya adolescente, se perdiese entre las largas e inmensas calles de Ventormenta. Durante un juego de “exploración” llegó por pura casualidad al Barrio de los Magos, el cual aun no había visto, pero había oído hablar de él. Ver la gran torre y la academia le provocó un gran interés, observando a estudiantes manejar las artes arcanas con increíble habilidad.
El interés de la joven no paró de crecer hasta que entre súplicas y lloros pidió a su padre que le encontrase un tutor para poder aprender lo mismo que aquellos estudiantes de la torre.

Su padre, que gozaba de una gran riqueza gracias a sus habilidades comerciales y la pequeña tienda que su madre había abierto, aceptó creyendo que de esa manera su chiquilla podría utilizar sus dotes mágicas para el comercio.

Su maestro, un arcanista independiente de la academia, pero que había formado parte de ella, sintió gran interés hacia la chiquilla, viendo un gran potencial, por lo tanto aceptó el trabajo que el padre de esta le ofrecía sin reservas.
Robert, su maestro, era joven y apuesto, educado y de gran carisma, siendo capaz de ganarse a los padres de Amy con excesiva facilidad, y a su vez un lugar en la familia. La más pequeñas, lejos de considerarle un interés amoroso, comenzó a tratarle como un hermano mayor, ese que nunca había tenido. Fueron largas las tardes que pasaron entre profesor y alumna, haciendo que la más pequeña se sincerase con él y le contase aquellas inquietudes que le habían perseguido desde una niña, su interés por el arte y su reciente interés por la magia arcana. Su maestro, le explicó las diferentes salidas que podría tener aprendiendo magia, más allá que usarla para el combate. Y también le dijo una frase que se le quedó grabada en la mente “La magia es una forma de arte, la puedes modificar como quieras, convertirla en lo que más te guste, puedes crear maravillas con ella. Como cuando creas una nueva obra de arte.”

El aprendizaje que fue recibiendo, la teoría que su maestro le enseñaba, no solo sembró en ella el saber y el interés hacia las artes arcanas, sino también en la intención de independizarse completamente de su familia. Sus antiguas ansias de ver el mundo, los bosques mágicos, las montañas sagradas, el conocimiento de otras razas, volvieron a ella.
Las palabras de su maestro resonaban en su cabeza, quería volver a sentir aquel placer por crear y maravillarse por la belleza que le rodeaba. Crear ella misma con su magia arte.
Amy volvió a coger el lápiz y el papel con una gran determinación en retratar aquellos lugares que visitase y con intención de hacer que su magia le ayudase en el proceso.

Durante aquellos años de aprendizaje sobre la teoría de la magia, ambos se embarcaron a un largo viaje donde visitaron las zonas protegidas del Imperio por las Tierras del Este. Un barco de Ventormenta a Los Humedales les dejaron más cercanos a las tierras enanas de Loch Modan, donde la chica se maravilló con el paisaje, las imponentes montañas y la arquitectura enana. Fue en Loch Modan donde hizo amigos por primera vez, dos hermanos enanos tan jóvenes como ella que fueron durante un pequeño lapso de tiempo aprendices de Robert a cambio de estancia en el pueblo de Thesalmar. Los tres hicieron un inseparable grupo donde corrían sin cesar por las laderas, visitaban los bosques con cautela, y a la noche se encontraban de vuelta en casa cubiertos de barro, pero sonrientes.
Pudo ver como Robert, a cambio de la humildad y la amabilidad de las gentes que les habían dado cobijo, realizaba encantamientos a sus herramientas para volverlas más útiles o repararlas. Eso impresionó a Amy al ver que la magia no solo era para lanzar proyectiles arcanos o para crear escudos, servía para algo más. Algo que ella misma veía como más útil que el simple hecho de batallar o el propio ocio.
Los meses que pasaron allí se convirtieron en un tesoro para ella, prometiendo a sus amigos volver a verse y con un cristal de cuarzo en forma de colgante que le regalaron a Amy, sellaron su amistad.

 

Su viaje de vuelta a casa, los llevó a Forjaz, lugar que a penas vio, ya que fueron directamente al tranvía subterraneo que les dejó de vuelta a Ventormenta.
Durante todo su viaje, su finalidad como maga había despertado en ella nuevos objetivos, quería ayudar a los demás, ser útil con sus habilidades y con sus nuevas creaciones. Quería usar sus habilidades para compartirlas con los demás a través de los conocimientos que sus padres le habían inculcado desde pequeña.
Su familia, que había tenido tiempo de asimilar el nuevo interés de su hija, aceptaron de buena gana su madurez como maga, contentos de que al final su hija volviese al trabajo familiar, aunque de una forma más diferente de lo que esperaban.
Tras cuatro años de viaje, Amelia Williams había vuelto a casa, hecha una jovencita de lo más prometedora y con ganas de seguir explorando, no solo Las Tierras del Este, sino más allá del mar.

Ficha de personaje

 

Familiares y Amigos (Personajes originales)

ps5l3Fv.jpg Robert Smith
Raza: Humano
Edad: 38 años
Relación con el personaje: Maestro de Conjuración.
sRnxX1C.jpg Anya Aradum
Raza: Enano
Edad: 34 años
Relación con el personaje: Amiga de Loch Modan
2FBegcP.jpg Edrik Aradum
Raza: Enano
Edad: 52 años
Relación con el personaje: Amigo de Loch Modan

 

Editado por Rutherford
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