[Historia] Silmënor Oroman

[Rutherford 10]

Silmënor Oroman

 

Raza	Quel'dorei
Sexo	Masculino
Edad	121

Altura	1.83
Peso	78 kg
Lugar de Nacimiento	Bruma Dorada

Ocupación

Cazador y comerciante

 

 

Descripción Física Un joven quel'dorei de pelo cenizo. Usualmente lo lleva de su color natural, aunque  acostumbra a llevar alguna mecha de  color y no es raro que se lo tiña completamente. Alto y delgado con un cuerpo ligeramente fibrado sin dejar de lado su esbeltez. Tiene rasgos adultos, aunque bastantes suavizados por la complexión de su raza. Sus ojos tienen el brillo azul de los quel'doreis, son de un tamaño medio, vivos y con una mirada astuta, pero cuando sonríe parecen sonreír con él.

Descripción Psíquica Silmënor aparenta un joven extrovertido y alegre, que no pierde el momento de poder divertirse. Con una gran energía e hiperactividad, suele llevarse bien con todo el mundo por su manera de bromear. Tiene un lado coqueto que no teme enseñar, no se avergüenza de sus ademanes pícaros y sugerentes que suele tomar con gente que le cae bien o en quien toma confianza. Es un elfo sensible, admirador de la belleza interior y las artes, quedándose embelesado con una voz bonita, un baile o una pintura. Amante de los animales y la naturaleza, no duda en ayudar a un animal herido, aunque respeta a las bestias. Caza por necesidad, ya que como bien ha descubierto durante sus andanzas por los Reinos del Este, el dinero es el que mueve el mundo. Un elfo curioso de todo, con un gran interés en lo que le rodea. Es bueno escuchando e intentando dar consejos, con una gran empatía.

 

Historia

Spoiler

Nacido en una familia humilde durante una época pacífica en Quel'thallas, Silmënor demostró un gran interés desde muy joven por el uso del arco y la naturaleza. Siendo el tercero de cuatro hermanos, el joven quel'dorei estuvo rodeado siempre de algo que hacer, si no era entrenar con su arco de juguete, era cuidar a su hermano pequeño que siempre andaba pegado a él como una lapa. El cariño de su familia y sus amigos, hicieron que el elfo creciese con una gran empatía y candidez hacia los demás y su entorno.
Durante su juventud pasaba el tiempo entre los bosques que rodeaban la aldea, y nadando en las aguas de sus alrededores donde disfrutaba ver a los niños pescar con lanzas rudimentarias y cañas hechas por ellos, a quienes se unió con el tiempo. Pero su pesca no era fructífera ya que la inexperiencia de él y sus amigos era más que clara, hasta que un pescador cercano se animó a enseñarles, al menos lo suficiente para que pudiesen jugar y disfrutar de lo que el río y el mar les daba. Llegar a casa con su primera trucha le hizo más que feliz, fue cuando descubrió su pasión por llevar comida a la mesa, cocinarla y hacer que los demás disfrutasen de ella.
Cuando Silmënor creció lo suficiente para ir a cazar con su hermano mayor, encontró por fin un interés más, y era en las bestias que se extendían más allá de los bosques que ya conocía. Con ayuda de su hermano mayor aprendió a observar animales, moverse por el bosque y sobrevivir en la naturaleza. Con el tiempo, su manejo con el arco comenzó a mejorar llegando a alcanzar por primera vez a su primera presa. Sus habilidades de caza mejoraron convirtiendo aquello en un oficio que lo hacía acompañado de su hermano mayor, Ärme. La alegría de poder ayudar a su humilde familia era inmensa, le hacía sentirse extremadamente útil.
Los años de adolescencia fueron difíciles para él, Silmënor se cansaba de estar encerrado en aquel lugar, cansado de los mismos bosques y no ser capaz de llegar más allá de los caminos que ya conocía con su hermano. Su ansiedad por ver mundo, por conocer gente y por descubrirse a sí mismo, le provocaba un gran estrés y cambios de humor.
Su relación con su familia cambió, ya no era el alegre niño que corría de un lado para otro subiéndose a árboles y disfrutando de la naturaleza, había cambiado.
Dejó la caza durante un tiempo, dejó de pescar, y tan solo se dirigía a la capital para poder divertirse como otros chicos de su edad lo hacían.
Fue en uno de esos viajes a Lunargenta desde Bruma Dorada que fue asaltado por trols amanis, él nunca supo qué buscaban o qué querían hacer con él, pero portaban grandes hachas, caras amenazantes y pretendían secuestrarlo. Todo eso se vio truncado gracias a la intervención de los Errantes, los cuales cambiaron su manera de ver las cosas, haciendo que desease volver a ser aquel niño que quería ser útil para los demás y su familia.
Días después, y coincidiendo con su mayoría de edad, Silmënor compró un arco nuevo y se dirigió al Retiro del Errante con la intención de pertenecer a sus filas.

El comenzar como un simple recluta fue razón suficiente para que suficiente se sintiese orgullosa. Silmënor trabajaba duro diariamente, comenzó a viajar a lo ancho y largo de Quel'thalas, visitando lugares nuevos y encontrando pequeños escondrijos en los bosques. Hizo amigos cercanos que se convirtieron en una familia para él y los Errantes se convirtieron en su segunda familia.

Fue con la llegada de La Plaga que la suerte y el ánimo del joven fue truncado, con gran prisa, junto a otros compañeros que venían de su misma aldea, se les fue permitido erradicar La Plaga junto al ejercito de Quel'thalas, pero su grupo no pudo llegar a tiempo antes de ver su hermosa aldea atestada de arañas, no-muertos y demás seres. Tuvieron que huir con los pocos supervivientes que pudieron rescatar, entre los que estaba su hermana pequeña, Merian. El resto de su familia simplemente desapareció.

La recuperación del ataque fue lenta en el reino, su población se había reducido considerablemente y la caída de la Fuente del Sol fue un duro golpe. Tras la destrucción de la fuente, Silmënor comenzó a meditar para controlar su sed. En ese mismo tiempo su hermana había sido elegida como aprendiz de un magister, por lo tanto podía confiar en que estaría segura, y él comenzaba a sentir que podrían volver a empezar desde cero. Pero a pesar de que la llegada de Rommath fue un buen augurio para su gente, sus métodos comenzaban a hacerle sentir a Silmënor una gran desconfianza. Se negó a seguir los métodos que proponía y a absorber energía de los seres vivos.
Todo aquello fue suficiente para que Silmënor decidiese coger sus pocas pertenencias, abandonase a los Errantes y despareciese hacia los caminos junto a los compañeros quel'doreis que se sentían como él, dejando a su poca familia atrás y confiando en que su hermana estaría bien.

Durante los años que vivió como nómada estuvo junto a una madre y su hijo con quienes formó una curiosa familia. El hijo, llamado Eru, quien a penas llegaba a la niñez comenzó a verlo como su figura paternal, llamándolo “papá” de vez en cuando, cosa que su madre nunca rectificaba sabiendo que aquel pequeño necesitaba a Silmënor, y este que jamás imaginó ser padre, se lo tomó de buena manera.
Pero la felicidad que los tres sentían como una familia, fue oscurecida por una enfermedad que comenzó a crecer en la madre del pequeño, Andune. Sin ser capaz de encontrar una cura y a penas en unas semanas, la querida elfa murió, sobrecogiendo el corazón de Silmënor y el pequeño Eru, quienes prepararon un velatorio por su perdida donde solo ellos asistieron para despedir a aquella elfa que había permanecido tan poco tiempo en sus vidas.
Con un gran dolor, el joven elfo se llevó al pequeño tierras abajo buscando una vida mejor durante la cual volvió a dedicarse a la caza, la pesca y la cocina con intención de vender sus productos como comerciante.
Siguiendo los caminos más seguros llegaron a Elwynn, donde con el poco dinero que habían ahorrado él y el pequeño Eru, pudieron comprar una pequeña cabaña en Villadorada con suficiente espacio para un padre y su hijo adoptivo donde actualmente intentan rehacer sus vidas.

Ficha de personaje

Familiares / Amigos (Personajes originales)

Eru Oroman Raza: Quel'dorei Edad: Entre 20 y 30 *Apariencia de unos 7 años humanos* Relación con el personaje: Hijo adoptivo.

Merian Oroman Raza: Sin'dorei Edad: 76 Relacion con el personaje: Hermana pequeña

???                     Raza: Quel'dorei Edad: ??? Relación con el personaje: ??? *Se descubrirá durante el rol*

 

Editado November 10, 2018 por Rutherford

[Rutherford 10]

Equipamiento

(La ropa diaria o la que llevaría bajo la armadura no estaría incluida) Atuendo de caza *Capa con capucha *Armadura adornada de cuero artesanal *Arnés *Botas con punta de acero Bolsa *Arco quel'dorei *Carcaj artesanal con 20 a 30 flechas *Daga de caza *Cuchillo de desuello *Raciones de viaje (x2 al menos) *Cantimplora con agua *x2m de Cuerda *Taza *Saco de dormir

 

Pertenencias importantes destacables

(Sin incluir ropa, herramientas de trabajo o muebles sencillos)

*Ninguna de momento*

[Rutherford 10]

Actualización:
_{Diaro de Silmenor.}


 

Dia 1 Al final he decidido hacerte caso, Andune, y escribir en un diario mis aventuras, es una manera de superar tu perdida y dejar memorias para Eru. De esta manera a su vez también practico mi escritura, cosa que hace años que no hago. ¿No te parece que mi manera de escribir es algo infantil? He llegado finalmente al valle de Elwynn, hemos decidido volver atrás. He escuchado rumores sobre Quel'danil, parece que muchos de los nuestros se están agrupando para volver a juntar los pocos que pudimos escapar de Quel'thalas. Tengo la esperanza de encontrar allí a Ärme. Sé que es una estupidez seguir pensando que podría estar vivo, pero mi corazón aun siente que podría estar en algún lado, esperando mi regreso. Además, siento que esta nueva vida para Eru podría ser mejor, junto a su gente, que viviendo entre humanos. Los quel'doreis deben permanecer unidos.   xxxxx Día 7 Hace días que no escribo y hay una buena razón, estamos de camino a Quel'danil, no nos hemos separado por el camino por miedo a un asalto, nos han dicho que hay trolls por los alrededores. Cuando lleguemos a nuestro nuevo hogar escribiré de nuevo.   xxxxx Día 12 Ya sabía yo que no iba a tener una constancia en este diario, ya te avisé cuando me lo diste... Llegamos por fin a este lugar, te habría gustado ver el lago. Un elfo, Odriel nos dio la bienvenida, parece bastante impasible y serio, pero por lo poco que he visto, parece amable. Eru parece feliz de ver a gente como él. Espero que esta gente nos acepte a pesar de ser extraños y comportarnos tan "incivilizadamente" como tú dirías. Dia 13 Eru se despertó hoy llorando por tí, Andune, no sé como podría ayudarle. No soy siquiera su padre de verdad, a pesar de que tu dijiste que sería mejor que él, pero ya sabes las dudas que tengo. Le he dicho que tú estarás siempre con nosotros, que velarás por él y que lo cuidarás en la otra vida. ¿Es eso verdad? ¿Existes en otra vida? Me gustaría poder verte una vez más, tengo tantas preguntas y tanto miedo. Día 14 Hoy no pasó nada extraño, Eru y yo fuimos al bosque y cazamos algo, hemos estado alejados de los demás, aunque de vez en cuando he coincidido con Odriel de nuevo. Hay otros elfos de los cuales aun no me he quedado con sus nombres. Tengo que apuntarlos en una libretita... xxxxx Día 30 Siento no haber escrito en todo este tiempo, me alegra decir que a penas he tenido tiempo mientras enseñaba a Eru a usar su arco. Ya parece menos temeroso y es capaz de darle a objetivos fijos de manera excelente, aunque no parece muy contento de usar ese tipo de herramientas. Quizás el pequeño va a acabar dedicándose a otra cosa y no a cazar, sea lo que sea lo que decida, le apoyaré. Día 31 Hoy llegaron más personas a la casa principal y hablé con Odriel sobre la posibilidad de tener un hogar privado para mí y Eru. De esa manera creo que el pequeño se sentirá mejor, no parece muy feliz de compartir habitación con tantos otros quel'doreis. Le entiendo. A pesar de todo, mi compañía es interesante Ann'Marie tiene un curioso nombre, pero aun no le he preguntado su origen. Sospecho que se ha criado con humanos, pero me atemoriza preguntar por si es un tema privado o sensible. También está esta chica, Thami, o algo así. No la conozco lo suficiente. Y este nuevo elfo, Sun'dris, que acaba de llegar y parece tan perdido como yo el primer día. Intentaré ayudar aquí todo lo posible sin descuidar a Eru. También debo mantener más al día este diario, acabo tan cansado que se me olvida que existe.   xxxxx