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Thala

[Montañas Crestagrana] Tradiciones Familiares

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Tradiciones Familiares

 


 

La Villa del Lago se asiente en la costa del gran Lago Sempiterno, un gran asentamiento, hogar principal de la mayoría de habitantes de las montañas crestagrana, teniendo un lago de tal magnitud a su alcance, la pesca se vuelve un principal cauce de alimento para la población, más donde hay agua, suelen haber murlocs, y no es diferente en este gran lago,estos anfibios no suelen presentar una amenaza serie, excepto cuando su numero crece en exceso, y por toda la costa del lago hay varias aldeas de estos seres, mantener controlada la población es algo de vital importancia para la estabilidad de la zona, por este motivo, el ayuntamiento paga dos por anca de murloc entregada, de este modo se libera a la guardia y al ejercito de la zona de tener que realizar constantes purgas de estos seres, además, resulta una gratificación monetaria para todos aquellos lo suficientemente valientes, estúpidos o locos que se atrevan a tomar las armas para salir a cazar al lago. Las autoridades siempre advierten que lo recomendable es ir en grandes grupos, y nunca intentar cazar los grupos mas numerosos de murlocs, más es inevitable que algún accidente ocurra de vez en cuando, aun así, los beneficios superan los riesgos, pues los que no tienen otro medio de trabajo son capaces de organizarse y sacarse unas monedas, las costas se mantienen mas o menos controladas, y de las ancas entregadas se pueden hacer caldos y comidas con las que alimentar a los guardias, a los perros y entregar las sobras a los sin techo.

Armand fue a visitar a, su ya amigo, Helverion, pues debía partir hacia Crestagrana, había recibido una carta, o mejor dicho su difunta madre lo había echo, en la que se le comunicaba la muerte del esposo de una antigua amiga de Silvia, al parecer la mujer desconocía el fallecimiento de la madre del Joven hace unos años, y así, Armand decidió ir en persona a presentar sus condolencias e informarle del fallecimiento de su madre. Helverion vio el viaje del humano como una oportunidad para alejarse de la ciudad y sentirse libre, aunque fuera por unos días solamente, así pues decidió acompañarle, aunque debieron de convencer primero a la protectora madre del elfo, tras una pequeña charla y la promesa del novicio de la mano de que protegería a su bastago, le concedió el permiso, y se marcharon raudos hacia el distrito de mercaderes de la capital, pues Armand ya tenía apalabrado un viaje en un carromato de un comerciante que se dirigía a Villa del Lago con sus mercancias, desde luego el viaje tomando una ruta de postas sería muchísimo mas rápido, más también infinitamente más caro, al comerciante no le costó aceptar un viajero más, ofreciendole el mismo precio al elfo que al humano, así pues, el viaje comenzó.

La ruta era larga y para matar el aburrimiento Armand le habló al joven elfo sobre la Luz, sobre Tyr, sobre San Uther y la formación de la mano, el elfo escuchaba estas historias con una pasimonia fingida, pues aunque entretenido por el relato no quería que pareciera que le interesaba realmente. Cuando se hallaban cerca del Aserradero de la Vega del Este el carro sufrió un pequeño percance con una piedra en el camino y una de sus ruedas quedó inutilizada, sin embargo Helverion pudo usar su magia para hacer un pequeño apaño que permitiera al carromato llegar al Aserradero donde podría ser reparado, alargando aun más el viaje y la llegada de la pareja a las montañas.

Finalmente llegaron a la Villa del Lago, mientras se dirigían a la dirección de la que remitía la carta, un joven algo insolente les asaltó, sintiendo curiosidad por el joven Helverion, pues era el primer elfo que veía en su vida, y no dejó pasar la oportunidad de reírse a costa del joven, intentando hacerle creer que los elfos eran capaces de volar, que eran magos de extraordinario poder y que si alguna vez veía en el cielo algo volando y no sabía que era, seguramente se trataría de el, y el niño le hizo prometerle que le saludaría si eso ocurría, promesa que Helverion no tuvo reparos en hacer. Armand reprendió al elfo más tarde, pues no debía jugar con las ilusiones de los más pequeños de esa manera, aunque el elfo pensaba que era una simple broma y que no tenía más importancia.

Finalmente llegaron a la vivienda indicada, la mujer, de nombre Cresilda les abrió, vestía aun de luto y su niño se escondía tras sus faldas, y tras hacer las presentaciones y conocer que Armand era hijo de su antigua amiga Silvia les invitó a pasar. Le dio el pésame al joven humano por la muerte de su madre y hablaron sobre su marido, Armand se ofreció a ayudarla en todo cuanto necesitase en estos momentos de dolor, y la mujer ciertamente necesitaba ayuda, más no del tipo que la pareja esperaba, al parecer su marido llevaba consigo un colgante, una reliquia familiar, que durante mas de 300 años había sido entregada al primogénito de la familia cuando esté se prometía como símbolo de buena fortuna, y este colgante había quedado en manos del murloc que mató a su marido, le pidió al joven humano si podía recuperar la, petición que Armand no dudó en aceptar y se marchó raudo a hablar con el Alguacil Conacher, pues según Cresilda el sabría indicarles como encontrar al murloc en cuestión.

Trás una larga y aburrida espera consiguieron reunirse con Conacher, el hombre intentó hacerles desistir de buscar el collar, les comentó que el marido de Cresilda había perdido el trabajo, y una noche, mientras se emborrachaba en la taberna con un amigo había decidido ir a cazar murlocs para ganar algo de dinero, más el alcohol y los murlocs no son una buena combinación. Ante la insistencia de Armand, el alguacil les indicó la zona por la que solía estar ese grupo de murlocs, y a vista de que no iban a cesar en su intento, les dio varios consejos, el más importante la hora a la que ir, pues los murlocs cerca del medio dia salen a pescar y cazar para poder comer, y así lo hicieron.

Mientras se dirigían al encuentro de los murlocs, Helverion estaba preocupado, pues pensaba que Armand estaba dispuesto a morir intentando recuperar un collar, por un problema que a el no le afectaba lo más mínimo, más Armand le respondió que no era un suicida, que si la situación se complicaba huirían y lo intentaría en otro momento, pues un hombre muerto no puede servir a la Luz, palabras que tranquilizaron al elfo. Finalmente localizaron al murloc en cuestión, solo estaba acompañado por otros tres murlocs, parecían estar manteniendo una conversación de lo mas interesante, una pena no poder entenderlos, así pues, Helverion se quedó rezagado, apoyaría a Armand con su magia y su arco mientras este se aproximaba al encuentro de las bestias. Era el primer combate real de la pareja, y a pesar de ser simplemente murlocs, Armand rapidamente se vio rodeado, uno de los murlocs huyó hacia el agua, los demás le asaltaban sin cesar, cometía severos fallos, poco acostumbrado a verse rodeado de esa manera siempre dejaba algún punto abierto en su defensa que los murlocs aprovechaban, además, tras ingresar en la mano había dejado de lado su espada bastarda en favor de la maza, y aun no se había acostumbrado del todo a su peso, sus ataques eran lentos, torpes y los murlocs parecían esquivarlos con una facilidad pasmosa, de no ir protegido por unas mallas seguramente habría sido una carnicería. Helverion atacaba a los murlocs con su arco y sus magias, intentando liberar los flancos de Armand, y finalmente, un golpe, algo fortuito de la maza de Armand impactó de lleno en la cabeza del anfibio, matandolo prácticamente al instante, ante la muerte de su líder y el asalto continuo de Helverion con sus hechizos los otros dos murlocs comenzaron a retirarse y Armand pudo hacerse con el collar.

Más ahí no acababa la travesía, el murloc que había huido volvió, y con el, trajo al resto del grupo de murlocs, eran simplemente demasiados para la poca experiencia de la pareja, y pusieron pies en polvorosa, cada vez más y más murlocs aparecían, les arrojaban sus lanzas y les perseguían, a pesar de ir con mallas, Armand adelantaba al joven elfo, sin percatarse de que estaba quedándose rezagado, después de todo el entrenamiento servía para algo. Poco faltó para que sus perseguidores atrapasen al elfo, sin embargo, ante la visión del peligro inminente por fin corrió cual libre perseguida por el lobo y consiguieron salir del alcance de los anifbios, que finalmente dejaron de perseguirlos.

Mientras regresaban a Villa del Lago inspeccionaron el collar, no parecía tener un valor monetario demasiado elevado, parecía antiguo, y bonito, más no caro, ni si quiera se habían llevado el cadáver del murloc con ellos, no iban a recibir ningún tipo de paga por el riesgo corrido, más al humano no le importaba. Entregaron el collar a la mujer, la cual agradeció infinitamente a la pareja entre llantos su acto, invitandoles a quedarse a dormir y ofreciéndoles su ayuda en el futuro cuando la necesitasen, sin embargo la pareja no aceptó el ofrecimiento, prefiriendo dejar a la mujer con su hijo a solas. De vuelta a la posada, Armand le comentó a Helverion que le gustaría poder preguntarle a la mujer, preguntarle sobre su madre, que le dijera como era.. que carácter tenía.. más no era el momento ni el lugar apropiado para esa conversación, el joven elfo opinaba que su falta de recuerdos tal vez fuera una bendición y algo de lo que alegrarse, pues tal vez se enterase de cosas de su pasado y su familia que no le gustasen.. Armand le concedió la razón, más eso no saciaba su curiosidad.. tal vez en el futuro volviera a hablar con la mujer y despejar sus dudas, y así, la pareja, se fue a dormir, preparando su regreso para el día siguiente.. si el destino se lo permitía

 

 


 

Información Ofrol:

Asistentes y habilidades usadas:

-Armand Lynch ( master, @Thala) Religion, Tradición/historia, Advertir/notar, Atletismo, Defensa, Reflejos, Maza a dos manos, Imbuir Arma

-Helverion Isolrien ( @Psique ) Atletismo, Arco corto, Evocación Básica, Transmutación Básica, Reflejos, Advertir/notar, Alterar Masa

 

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Un camino que aprender

 

 


 

El Sol apenas había despuntado cuando el ruido de gritos y pisadas despertó a Armand y Helverion, que descansaban en la posada, el elfo fue a comprobar que ocurría, y al asomarse por la ventana vio a varios guardias o soldados correteando por las calles, las voces de sus oficiales resonaban con fuerza y dureza mientras le incriminaban para que fueran mas rápido y el sonido metálico de sus botas resonaba sobre el pavimento ritmicamente, avisó a Armand y el humano se levantó y comenzó a vestirse lo más rápido que podía, increpando al elfo para que hiciera lo mismo, más el elfo tenía poca ropa que ponerse, mientras que el humano debía ponerse sus mallas por entero, y al final quien presionaba por rapidez fue el ultimo en estar preparado. Bajaron a la calle y se aproximaron a uno de los hombres que gritaba, preguntándole que ocurría, les informó que los orcos habían realizado otra incursión desde el norte hacia las granjas aprovechándose de la noche para pasar sin ser visto por las guardias, rápidamente corrieron al lugar donde el Capitán Morrish estaba reuniendo a los hombres.

Una vez llegaron escucharon con atención, al parecer los orcos habían asaltado varias granjas del norte de la Villa del Lago, incluso atreviéndose a llegar hasta el Molino de Alther, más eso no era todo, un superviviente de una patrulla que los orcos habían interceptado en su incursión había informado que esta banda parecía liderada por uno de esos brujos que manejan energías oscuras, un brujo. Los murmullos corrieron como la polvora entre los hombres, mientras el capitan informó que iban a dividirse para proteger el resto de granjas, cada grupo estaría al mando de un oficial y se encargarían de que los orcos no pudieran continuar con su pillaje, mientras otro grupo, liderado por el en persona irían en busca del brujo y lo expulsarían de sus tierras, pues no podían permitir que semejante ser anduviera suelto y corrompiera sus tierras.

Armand no dudó, debía ayudar, pues ese era su camino, su obligación para con la humanidad y con la mano, sin embargo Helverion no parecía estar tan seguro, no se le había perdido nada ni en esas montañas ni contra esos orcos, y tras ver los problemas que les habían dado unos simples murlocs, la idea de enfrentarse a orcos le resultó aterradora, trató de convencer al humano, pero no había forma de hacerle cambiar de idea, y al final, se resignó a acompañarle e intentar ayudarle, desde la retaguardia, obviamente, no pensaba acercarse a esos orcos lo más mínimo. Así pues se aproximaron al capitán, Morrish no tubo demasiados reparos en aceptar a un novicio de la Mano en su grupo dado el enemigo al por el que iban, sin embargo no parecía contento con la idea del elfo, más Armand consiguió hacerle cambiar de parecer, aludiendo a los conocimientos mágicos de Helverion y lo util que podría llegar a ser, tras eso, los hombres marcharon.

Llegaron al Molino de Alther, y allí se encontraron una escena escabrosa, dos de los graneros estaban ardiendo y por el suelo yacian muertos, dejados de cualquier manera los cadáveres de los granjeros que no se habían percatado de lo que se les venía encima hasta que fue demasiado tarde. Helverion apartó incomodo la mirada de los cadáveres, y Morrish ordenó a sus hombres que asegurasen la zona, buscasen posibles supervivientes e intentasen localizar rastros que seguir, Armand por su parte se obligó a ver los cadáveres, no era la primera vez que veía a un hombre muerto, pero la diferencia entre un hombre viejo, enfermo o que simplemente ha muerto por sus heridas mientras estaba medio inconsciente no tiene nada que ver con ver los cuerpos tendidos en el suelo, postrados encima de charcos de su propia sangre y sus tripas colgando fuera de ellos, no era para nada igual.. Cerró los ojos de los pobres hombres y mujeres y los recorrió uno a uno, rezando por sus almas.

Los hombres del capitan localizaron tres rastros diferentes, uno se dirigía de vuelta al norte, otro hacia las ruinas de Petravista y otro hacia la hacienda de los Cultver, al parecer la banda de orcos se había dividido, o solo trataba de engañar a sus perseguidores, no había manera de estar seguros, Helverión comprobó estos rastros, encontrando algo que a los hombres de Morrish se les había pasado por encima, algo apartado del resto de huellas habían otras..mas pequeñas, extrañas, como de un ser pequeño, que se dirigian hacia la hacienda de los Cultver, al informar al capitan sobre ello Armand clamó a la Luz para ayudarle a detectar el mal, y sintió su presencia, ese era el camino correcto, los hombres se reagruparon y emprendieron la marcha.

A mitad del camino, al pasar por una colina, una descarga de fuego verde anunció la trampa, de lo alto de la colina emergieron un pequeño grupo de orcos que cargaron contra el flanco de la pequeña compañía del capitán, mientras tanto, en lo alto del todo, el brujo hacía acto de presencia, acompañado por dos pequeños demonios que reían de manera histroniaca mientras lanzaban pequeñas descargas de energías hacia los hombres. El capitán reaccionó con rapidez y recolocó a los hombres listos para soportar el envite orco, los superaban en numero, más no así en fuerza. 

La escaramuza comenzó, Helverion atacaba al Brujo, más sus hechizos eran contrarrestados con facilidad, mientras tanto Armand se había quedado bloqueado, sin reaccionar, en posición de combate en la parte final de la linea, sin moverse ni decir nada, con los ojos clavados en el brujo y sus esbirros, y no fue hasta que uno de los orcos quiso aprovecharse de su debilidad y un grito de Helverion que salió de su trance y pudo defenderse. Los humanos aguantaban gracias a la presencia y la pericia de su capitán, más la magia del orco les ofrecía una ventaja considerable, así pues, Armand pidió ayuda para librarse del orco con el que se estaba enfrentando y una vez pudo zafarse de el corrió ladera arriba al encuentro del brujo, los diablillos atacaron al humano, y Helverión atacó al brujo para distraerlo, más este, cansado de la constante molestia que resultaba el elfo contestó, y por los pelos no fue impactado por una bola de fuego vil que le habría dejado en un estado lamentable, aun así, le había dado tiempo al humano a acercarse al orco.

Sin los demonios y el brujo apoyando a los orcos, la superioridad numérica y la habilidad del capitán comenzaron a sobreponerse poco a poco sobre los orcos, mientras tanto, en lo alto de la colina Armand trataba de acabar con el orco, mas todos sus ataques fallaban, los diablillos resultaban una molestia constante que no le permitían concentrarse, y a esa distancia, el brujo resultó ser mas peligroso de lo esperado, pues en dos ocasiones canalizó sus energías directamente contra el humano, clamó a la Luz para detenerlas, más no consiguió sobreponerse al orco, una ultima descarga de esa energía corrupta le golpeó de lleno y por poco no le hizo caer inconsciente, con sus ultimas fuerzas golpeó al orco en el pecho, más a pesar de la contundencia del golpe no fue suficiente para acabar con el engendro, sin embargo, Helverion, viendo lo mal que le iba a su amigo se concentró y lanzó un preciso proyectil de fuego contra el brujo ya debilitado por el golpe del Armand, y con esta muestra de pericia arcana, consiguió acabar con su vida, el humano cayó de rodillas, sin poder sostenerse en pie debido al daño sufrido. Los diablillos, ante la visión de su amo muerto comenzaron a huir, lo mismo para los orcos, o al menos para los que consiguieron zafarse de los humanos. Habían vencido a esa pequeña banda de orcos, más el precio se había cobrado varias vidas del grupo de Morrish. Helverion fue con su amigo, aunque este no respondía, estaba cociente por los pelos, más no hacía otra cosa que musitar rezos para si mismo, y como pudo lo llevó para casa, y lo mismo hicieron los supervivientes, tenían cadáveres que enterrar y comunicados que dar.

En cuanto Armand fue capaz de volver a moverse no esperó a estar recuperado, cogió a Helverion y partió de inmediato de vuelta a la Abadía, su alma se encontraba afligida profundamente, necesitaba hablar con quien había sido su mentor en la Luz, el Padre Jeremias, y no podía esperar lo más mínimo.. ya tendría tiempo de recuperarse una vez se hubiera asegurado de que su alma no corría peligro por culpa de la magia vil del orco.. y así, partieron rumbo a casa de nuevo..

 


 

Información ofrol:

Lista de participantes y habilidades usadas:

Armand Lynch ( Master @Thala ) Reflejos, Defensa, Maza/Martillo de guerra, Atletismo, Imbuir Arma, Detectar Entes malvados, Religión, Proteger Esencia, Esencia Sagrada

Helverion Isolrien ( @Psique ) Arco Corto, Evocación Básica, Atletismo, Rastrear, ALterar Masa, Defensa, Reflejos

 

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