Saltar al contenido
Conéctate para seguir esto  
Webley

Los Pecados de Nuestros Padres

Recommended Posts

2HgsFJ6.png

ÍNDICE

Prólogo : Éxodo

AVISO OFF ROL:

En primer lugar tenéis que saber que estos roles están previstos para medio-largo plazo, por lo que sus consecuencias más inmediatas y sus primeros pasos quizá no tengan demasiado que ver, al menos en apariencia, con el objetivo final de la trama, que además no está planeado. Dicho esto, se trata de una trama que dará sus primeros pasos de manera abierta, y en los primeros roles probablemente se vean afectados los personajes que pululan por el arrabal de Villadorada, aunque en un futuro, como ya he comentado, su extensión variará.

En lo personal he de decir que mis masteos no son para nada premeditados (más allá del contexto narrativo) y la evolución de los roles la dejaré al azar y a las acciones de los personajes. Esto quiere decir que esto no estará particularmente orientado al farmeo de habilidades/beneficio de mi personaje y que todo tendrá sus consecuencias, tanto particulares como globales, por lo que deberéis andaros con cuidado y pensar que intentaremos hacer las cosas de la forma más coherente y realista posible: la gracia está en pensar que nuestros personajes tienen sus inquietudes y debilidades, y no siempre la opción más "guay" será la más viable. Matar a todo quisqui que nos amenace no será siempre lo más rentable para nuestro entorno.

Por otro lado, y ligado con lo anterior, cabe mencionar que cabe el riesgo de muerte y mutilación para los participantes, así como posibles secuelas que quizá afecten de alguna manera a la interpretación; he de añadir también que estos factores NUNCA dependerán de los dados, una mala tirada, o perder todos nuestros puntos de vida, pero sin embargo sí que lo harán de las decisiones desafortunadas o mal pensadas que dichos jugadores tomen.

Dicho esto, os animo a que participéis, y los que lo hagan espero que disfruten tanto como yo lo haré narrando. Si tenéis alguna duda, no dudéis en hablarme por discord (Webley) o por mp. ¡Nos vemos dentro!

Editado por Webley
  • Like 3

Compartir este post


Enlace al mensaje

Prólogo:

Éxodo

Lord Edgard Belfort estaba aún sentado frente a la lumbre de su hogar, en la mismísima ciudad de Stromgarde. El caserón, ubicado a las puertas del barrio de los nobles, se encontraba –decían- entre los más antiguos de la capital e incluso había entre sus inquilinos quienes alegaron que muchas décadas atrás aquellos vetustos salones habían pertenecido a la familia Aterratrols. Desde luego que no se hallaba los más vistosos, ni entre los mejor conservados de la ciudad.

Sin embargo –pensó Belfort, hipnotizado con las llamas- bastará con esta noche para que todo se vuelva cenizas.

Aquella noche había un especial revuelo en la casa. Los pocos criados se paseaban de un lugar a otro, nerviosos. Cargaban algunas pertenencias en viejos baúles. Los guardias de Belfort también paseaban inquietos por el patio del caserío.Había sido un insensato, sí. El Imperio había traído nuevas oportunidades para los señorzuelos de tres al cuarto como él, que veían en el nuevo poder una forma de combatir la influencia de los grandes señores, aquellos que tenían algo más que una espada para ofrecer al rey. Aquellos que, con sus largas manos habían acaparado todas las cotas del poder y con osadía plantaban cara a la Emperatriz, instigando al joven Rey a rebelarse contra un poder al que nunca quiso doblegarse.

Ya habían saqueado sus pocas e improductivas tierras. Bandas de maleantes diseminaron a sus siervos por la zona, dejándolos a merced de los trols. Habían saqueado sus hogares e incendiado los graneros. Prácticamente no sólo habían matado de hambre a su gente, si no que también a él. Los poderosos llevaban las de ganar; otros que como él habían intentado acercarse a su majestad habían terminado desapareciendo, ya fuera desterrados o asesinados. Aquella tierra ingrata también se lo tragaría a él si no escapaba pronto.

Esa misma madrugada el hogar de los Belfort quedó vacío. Bajo el amparo de una docena de hombres de armas leales, Lord Edgard y su familia abandonaron el palacete en dirección al noroeste, a las lejanas colinas. Desde allí, lejos de miradas y oídos indiscretos calcularía su siguiente movimiento.

[…]

-Más adelante, señor, se encuentra un villorrio abandonado. Puede que lleve sin habitar desde la Segunda pero guarda, el paso hacia el Este y es fácilmente defendible.

Uno de los jinetes, el más avanzado en la caravana, cabalgó al trote hasta colocarse junto a su señor, señalando un risco cercano. Las últimas lluvias primaverales habían llegado a aquella zona en forma de nieve, coronando las lomas de blanco. Lord Edgard asintió. Con un gesto de su mano la comitiva emprendió el ascenso por el descuidado sendero.

Muro Pardo. Así se llamaba aquel recóndito y desangelado lugar. No era nada. Un viejo torreón en ruinas y unas pocas casas apiladas a los lados del camino. De la empalizada poco quedaba, y si alguna vez hubo reses allí hacía tiempo que habían muerto. Sin embargo el lugar guardaba un viejo paso cuyo tránsito era esencial para moverse de este a oeste en Arathi. Por una vez, la suerte sonreía a aquella familia.

-Nos haremos fuertes ahí –Masculló el noble- Reconstruiremos los edificios que sean salvables, rehabilitaremos la empalizada. Desde aquí afianzaremos la ley del Imperio. El rey nos escuchará antes de que la locura nos lleve a derramar la sangre de nuestros hermanos.

Volvió a mirar a su alrededor y después a su séquito. Apenas eran una docena. Con las legiones librando guerras para la emperatriz lejos de sus fronteras, la seguridad del reino se había apoyado en muchas compañías de mercenarios sufragadas directamente por la más alta nobleza. Aquello era otra cuestión peliaguda, pues aquellas compañías respondían ante sus patrones antes que frente al rey. Con el poder real entre las cuerdas, eran quienes pagaban al ejército quienes reinaban. Belfort necesitaba ayuda, y aliados.

-Eamon, Yarov. –Cabeceó, señalando con el mentón a dos de sus sirvientes.- Vosotros viajaréis al sur. A Ventormenta, a Menethil. Me da igual. Necesitaremos guerreros y pertrechos de toda clase. Vuestro cometido es el más valioso de cuantos hayáis enfrentado en la vida y en vosotros deposito el éxito o el fracaso de lo que acontezca. Marchad prestos.

Así, los dos jinetes se dirigieron al sur, deseosos de servir a su señor en una empresa desesperada por salvar el pellejo.

Editado por Webley

Compartir este post


Enlace al mensaje

Join the conversation

You can post now and register later. If you have an account, sign in now to post with your account.

Guest
Responder en este tema...

×   Pasted as rich text.   Paste as plain text instead

  Only 75 emoji are allowed.

×   Your link has been automatically embedded.   Display as a link instead

×   Your previous content has been restored.   Clear editor

×   You cannot paste images directly. Upload or insert images from URL.

Conéctate para seguir esto  

×
×
  • Crear Nuevo...