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Alana

Alana Expósito

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  • Nombre: Alana Exposito
  • Raza: Humano
  • Sexo: Mujer
  • Edad: 17
  • Altura: 1,62
  • Peso: 53
  • Lugar de Nacimiento: Lugar desconocido, encontrada en los muelles de Ventormenta
  • Ocupación: Camarera
  • Historia completa

 

Descripción física:

De estatura y peso normales, Alana es delgada y agil, con tendencias de estar activa y en movimiento todo el rato. Tiene cabello moreno, ondulado y corto. Su rostro, con labios finos, con los lóbulos de la nariz redondeados y pequeños, de ojos marrones, cuya mirada transmite determinación. Actualmente no le dedica todo el tiempo que quisiera a su imagen visual.

 

 

Descripción psíquica:

Alana es aveces brusca pero amigable, tras una infancia dura le cuesta empezar a confiar en personas ajenas a su zona de confort. Es desconfiada y suspicaz, le gusta pelear por conseguir sus objetivos, ya sea discutiendo o llegando a las manos (en caso de que sea algo inteligente de hacer). Su mayor defecto es su terquedad y su tendencia de meter su mano en bolsillos ajenos.

 

Alana la Huérfana:

Alana apareció un día de lluvia entre unas cajas de mercancías en el puerto de Ventormenta, el ruido de la lluvia lucho contra los llantos del bebe, silenciándolos lo suficiente, como para cuando la encontraron, no se pudo saber si podría seguir adelante. Fue un marinero revisando el cargamento quien encontró al bebe esquelético, llorando de hambre entre las cajas. Fue este hombre quien lo llevo al orfanato de Ventormenta... Al menos fue esa la historia que contó cuando nos la entrego, siempre sospechamos que realmente era su padre, aunque con los años el recuerdo de los rasgos de su cara no se parece a los de ella y aun así al entregárnosla nos dijo su nombre.

Alana sobrevivió los días posteriores, demostró una fuerza vital de las cuales pocos aportan y ay pobre esa niña, si no hubiera pasado tantas penurias de pequeña a lo mejor hoy podría haber sido más alta y menos flaca.

Su infancia fue como la de muchos otros huérfanos, peleas con otros huérfanos por la escasa comida que recibían. Esta es la razón por la cual Alana pasaba hambre conjunta a algunos amigos suyos cuando los niños más mayores entre 11-12 años les amenazaban con una paliza si no compartían su comida con ellos. Es así como Alonsus, Marcus y Alana empezaron a robar todo lo que estuviera a su alcance en las calles de Ventormenta, desde una manzana de algún puesto hasta una moneda de cobre dejada de propina en alguna taberna.

Poco a poco, su osadía crecía, hasta que un aciago verano, robaron en un bolsillo de un noble del cual no debían haberlo hecho. El plan era sencillo, Alana y Alonsus montarían un espectáculo, una pelea de niños andrajosos y en ese momento de distracción Marcus metería su mano en los bolsillos de dicho noble…lo que no contaban es que tendría un guardaespaldas vestido de paisano a su lado, el cual descubrió a Marcus y lo persiguió hasta el callejón donde el grupo solía repartirse las ganancias.

Cuando llegaron Alana y Alonsus, se encontraron el cadáver de Marcus ensangrentado, parecía la obra de un sádico al cual le habían dado un lienzo donde recrearse. Durante un tiempo los chicos no robaron, pero el hambre empezó a azuzar y volvieron a las andadas.

Los años pasaron, y se acercaban los 12, Alana hizo varias amistades por su paso por el Orfanato, pero como la que forjo con Alonsus y Marcus no hubo ninguna otra. Durante su último año Alonsus y Alana hablaban de lo que querían hacer, ambos querían embarcarse y navegar por el Mare Magnun, pero cuando llego la hora de la verdad, solo aceptaron a Alonsus y Alana acabo ayudando en un cuchitril que se hacía pasar por "taberna". Su despedida fue dura, pero cada vez que Alonsus pisa Ventormenta la hace una visita y le cuenta sus aventuras y sus ganancias por cada viaje productivo.

Y es así como pasaron los años, en los cuales las historias de personas ajenas sentadas en la posada contando sus grandes hazañas hacían mella en la envidia de la camarera todas las madrugadas... hasta que Alana llego a los 17, esta aburrida de esta monotonía y el deseo por mejorar su vida la reconcome por dentro, hará lo que sea para cambiar esta realidad.

 

Primer capítulo:

Alana estaba atendiendo la barra de uno de los tuburios del casco antiguo de la ciudad de Ventormenta, aquel donde la cerveza era la mas barata y donde la cerveza era de todo menos cerveza. Acabando su jornada entro en la posada una cara nueva, era una guerrera con la mitad de su cara quemada, resaltaba entre los feligreses habituales del lugar, todos unos borrachos y pobres rozando la mendicidad. Ella pidió una cerveza y permaneció callada durante largo rato sin probar ni una gota.

Alana sentía curiosidad ante esta alteración en su día a día, y mas aun cuando pasaban los minutos y la jarra de cerveza seguía sin vaciarse, pero al parecer el mismo interés surgió en esta guerrera, preguntándose que hacia una muchacha tan joven trabajando en un antro así. Fue así como las primeras palabras surgieron y como se acabaron conociendo Neverye y Alana. 

Al acabar el turno de trabajo, ambas se sentaron en la mesa mas recóndita de la gran sala, como intentando apartar la realidad del momento, estaban rodeadas de borrachos y algún que otro maleante. Empezaron a conocerse y dieron un largo paseo por la ciudad, ya que Naverye quería visitar donde había vivido con sus padres, y si, ambas eran huérfanas. Quizás eso fuese uno de los múltiples factores que hicieron que se cayeran tan bien. Naverye es una guerrera que busca redención, purgar el mal de la faz de Azeroth, y en su modelo de vida Alana vio una oportunidad de cambio de su situación, es así como insistió hasta que Naverye cedió,para que la enseñara a valerse por si misma y es así como Alana llego hasta Villadorada, donde Naverye estaba acampada.

Editado por Alana
Estoy revisándola.
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