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Akross

El emisario del caos. (Cronicas Oscuras)

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Cronicas Oscuras

 

Cap 1. El emisario del Caos.

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La enorme torre se encontraba oculta en lo profundo del oscuro bosque y se alzaba hasta las nubes, nubes grises con un tono envejecido que amenazaban con iniciar un ciclo interminable de lluvia en cualquier momento, pero una torre tan llamativa atraería las miradas vigilantes de las centinelas, salvo que esta no era una torre común y corriente, se trataba de una oculta por un manto arcano que la hacía virtualmente invisible, una ilusión óptica y sonora poderosa que ni las mas adiestradas centinelas podían sortear con sus desarrollados sentidos y cualquier alma inocente que entrara dentro de las inmediaciones corría la peor de las suertes, desaparecía sin dejar rastro, se convertía en combustible para una de las mas terribles magias conferidas erróneamente al señor de Althalaxx por la caótica explosión del pozo de la eternidad.

 

 

 

Delmanis llevaba escurriéndose de las centinelas durante semanas, con un persistente druida siguiéndole los talones desde que hubiese cruzado todo Valle Fresno solo para llegar a esa enorme torre cubierta por los enormes arboles de Costa Oscura, preguntándose si todo aquello era necesario, sus líderes en Satyrnaar le habían enviado como emisario para encontrarse con un ser incluso mas antiguo que ellos mismos, uno cuya vida se había hecho inconmensurablemente eterna, pero ¿qué tenía este hombre para ofrecerle a los suyos que los demonios no les hubieran ofrecido ya?.

 

 

 

El molesto sátiro rasgó el velo arcano que cubría la torre con una de las garras que se extendían de su mano como si se tratase de un trozo de tela y luego se adentró entre las inmediaciones de Althalaxx donde una enorme puerta de acero macizo y antiguo se erguía frente a él impidiéndole el paso, Delmanis frotó su prominente barba con la zurda, pensativo, mientras pasaba las yemas desnudas de la diestra sobre la superficie tosca de la puerta, buscando en la superficie los sellos mágicos que la mantenían cerrada, un encantamiento arcano, tan antiguo como él taumaturgo que lo había puesto, pero él mismo era un sátiro, uno que conocía el nombre antiguo de las cosas, uno que había rasgado el velo que separaba el mundo primigenio del plano arcano, para él no existía encantamiento mágico que pudiera cerrarle puerta alguna, Delmanis susurro en el antiguo lenguaje  demoniaco y los sellos de la puerta se fueron iluminando uno a uno hasta formar un filigrana arcano completo que  luego se deshace en un haz de luz, después, bastó con un leve empujón de su mano para que la puerta se abriera frente a él, dándole acceso a los oscuros pasillos de la torre.

 

 

 

En lo alto de la torre lo esperaba su contacto, con ojos impasibles, aparentemente no parecía nada del otro mundo, para Delmanis no era mas que otro sin nombre ambicioso listillo que pretendía jugar con las fuerzas antiguas que se escapaban de su control, pero su líder, el príncipe Raze le había advertido que el señor de Althalaxx era un poderoso hechicero que no debía ser tomado a la ligera, aun así, el sátiro no parecía convencido, la apariencia de su anfitrión suscitaba todo menos peligrosidad, este solo lo observaba en un silencio sepulcral, mientras que el sátiro se paseaba libre por la estancia a sus anchas.

 

 

- Esto tiene que ser una broma, he tenido que sortear a esos capullos pieles verdes orcos, a las molestas centinelas y a ese cabrón de Eltharien que me ha perseguido desde hace mas tiempo del que estaría dispuesto a aceptar… ¿Todo para qué? -  El hechicero reposó sus codos sobre el escritorio frente a él y oculto la parte baja de su rostro tras sus perfectas manos mientras observaba paciente al emisario del Satynaar.

 

 

- ¿Qué tiene para ofrecer una débil criatura como tú a los señores de Satynaar he?

 

El señor de Althalaxx suspiro pesadamente y movió su mano derecha en un ademán molesto. - ¿Has terminado ya de lloriquear?

 

Delmanis gruñó exasperado y le mostró los dientes girándose hacia este con gesto amenazante – ¡¡¿Cómo te atreves a hablarme de esa forma criaturita?!!, ¿Acaso no sabes quién soy yo? – El gigantesco sátiro levantó su diestra conjurando una llamarada oscura cargada de odio que se crispó violentamente frente a él, iluminando la estancia de un azúl impío amenazante, pero el sombrío maestro de la torre movió su mano nuevamente y la llamarada de aquel azul antinatural se fue disipando en el viento entre copos de energía que eran absorbidos por él, luego la propia energía de Delmanis se fue drenando entre espasmos de dolor que lo hicieron retorcerse hasta caer de rodillas.

 

- Preferiría que no hicieras eso de nuevo, Delmanis, no querría tener que matar al emisario sin que cumpla antes con lo pactado -  Dijo el hechicero mientras disipaba la energía absorbida del sátiro en su mano.  –Ahora, si has terminado de quejaros entonces me gustaría que hablásemos de negocios -

 

Terror, autentico terror inundó todo su cuerpo, Delmanis sintió como su corrupta alma se desgarraba en lo profundo de su ser y la respiración se le cortaba. - ¿Qué…? ¿Qué me has hecho? – Masculló el sátiro entre jadeos afectados mientras gotas gordas de sudor resbalan por su frente perlando sus frondosas cejas.

 

 

- Magia, mi magia, una que estoy dispuesto a compartir con vosotros los sátiros si  decido que tenéis algo que ofrecerme a cambio – El hechicero se pone de pie y camina hacia uno de  los recovecos de la sala hasta un librero taraceado con acabados de luminosa plata, estiró su mano haciendo que la manga de su túnica se agitará colgando hacia abajo, luego pasó los dedos entre los distintos tomos, una decena de decenas posiblemente, de entre estos tomó solo uno y lo abrió en una de las paginas, luego dejó el libro abierto sobre una de las mesas que tenía cerca del librero y fijo su mirada en el sátiro con toda la paciencia del mundo como si el tiempo hubiera dejado de importarle desde hacíase un par de milenios.

 

 

Delmanis se irguió nuevamente, con una parsimonia tal que pareciera tratara de recuperar en ese gesto lo poco que le habían dejado de dignidad, miró desde su sitio el libro y se lo pensó un momento antes de obligarse a acercarse a aquel hechicero que hacía que se le helara la sangre. Cuando estuvo suficientemente cerca del libro le echó un vistazo a aquella página que el señor de Althalaxx había dejado abierta para él, le costó tan solo unos cuantos segundos de lectura para comprender lo que estaba buscando el hechicero, entonces su rostro se torció sonriente, ahora todo estaba claro.

 

 

- Ven Delmanis, tenemos de lo que discutir - El sátiro tomó el libro y luego siguió a su anfitrión con un silencio sepulcral, no conocía la ira de un hombre tan peligroso y esperaba no ser él quien la suscitara, la lección había quedado aprendida a fuego.

 

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Prueba de Valor.

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~Prologo~

(Personal)

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Spoiler

 

El agua cristalina de los estanques se mantenía calma, otorgando deslumbrante belleza a la gran ciudad de los hijos de las estrellas, pero aquella calma, aunque hermosa, no calmaba la vorágine de sentimientos que colapsaban en lo profundo de su interior, al fin estaba afuera, aquel era el mundo real, no había nada mas real que aquello, entonces ¿Por qué cuando miraba a su alrededor se sentía atrapado?

 

- El agua de Darnassus es pura y hermosa pero siento que no es suficiente para ti, pensabas que iba a ser diferente, pero no lo es, no del todo hijo mío, has estado en esta ciudad durante varios ciclos ya y apenas si te has movido lo suficiente dentro del árbol – Akran se acercó hasta la orilla del lago y se sentó a un lado de su querido y único hijo – Recuerdo cuando vivíamos en los muros de Eldre’Thalas, no parabas de hablar sobre todo lo que harías de poder salir –

 

El joven altonato escuchó la voz de su padre en silencio, aquel elfo casi nunca solía errar en sus juicios y está vez no era diferente, ¿cómo decirle que tenía miedo?, ya antes había intentado internarse en los bosques de Teldrassil y se había perdido como un crio asustado sin saber a donde ir ni hacia donde regresar y desde entonces había cesado de cualquier idea que tuviera de salir de los seguros muros de Darnassus y sus sueños de recorrer el mundo, de hacerse de un nombre para que los suyos fueran aceptados se habían diseminado en la sombra de su propia cobardía.

 

- Tú jamás habías visto el mundo fuera de Eldre’Thalas, naciste dentro de su reducido mundo, hasta hace unos años lo mas cercano que habías estado del mar, era lo que leías acerca de este en libros, ¿Tienes miedo?, no es malo que lo tengas, significa que estás vivo y que tu instinto está afinado, pero acepta el consejo de este viejo elfo, Dharma – Akran posó una mano sobre el hombro de su hijo y le sonrió con amabilidad – A veces el miedo de morir nos priva de la alegría de vivir, el mundo que quieres ver está allí afuera para ti, pero debes salir y recorrerlo, no vendrá hacia ti –

Dharma fijó la vista en su padre y le correspondió con una débil sonrisa, tan tenue e imperceptible como era su costumbre.

 

 

- Si temes perderte en el bosque, entonces busca a alguien que te sirva como guía – Dijo su padre mientras se levantaba con tal parsimonia que parecía que incluso aquel acto simple fuera un ritual de dedicación.

 

 

- Me odian, ni siquiera me conocen y me odian, ¿Para qué perder mi tiempo y esfuerzo con personas así? – Respondió Dharma incapaz de ocultar un triste y amargo sentimiento que le nacía desde lo mas profundo producto del rechazo.

 

 

- No te odian Dharma, simplemente te temen, por nuestra culpa, muchos errores se han cometido y tanto tú como los últimos descendientes de nuestra estirpe han tenido que cargar con dicha culpa – Akran se aparta algunos pasos pero se queda cerca, podían escucharse sus pasos.

 

- ¿Se supone que agache la cabeza y me tragué sus insultos sin merecerlos? –

 

- Exactamente – Respondió su padre desde atrás.

 

- ¿Por qué? - 

 

- Porque tienes que demostrarles  tú valor, que eres diferente, que eres mejor, que no vas a dejar que un rencor del pasado te consuma de por vida, ¿Quieres que dejen de mirarte como  a una plaga?, responde a su aversión con bondad y a su rechazo con perseverancia, luego verás como algún día cambiaras sus corazones y te aceptarán como a un hermano -

 

- ¿Y si no funciona? –

 

- Entonces sigues intentándolo, ¿acaso cuando has dejado que alguien te diga lo que puedes o no lograr? – Los pasos de Akran se acercan a Dharma nuevamente y este deja al lado de su hijo una lanza y un escudo.

 

 

- ¿Y esto? –

 

- Un obsequio de tu viejo para que inicies tu aventura hijo mío, es similar a lo que usabas en Eldre’Thalas a diario para practicar, pero estás son reales –

 

 

 

El emisario del caos.

~Prueba de Valor~

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La centinela Alyssia miraba hacia la zona de entrenamiento con una sonrisa que se le escapaba apenas contenible, en la parte baja se encontraba Dharma intercambiando golpes con un muñeco de prácticas sin parar.

 

El joven altonato había ido todos los días desde hacía varias semanas solicitándole encarecidamente que le dejará ayudar en lo que fuera, pero la capitana sabía con certeza que ninguna de sus hermanas se arriesgaría a llevar a un novato en cualquiera de sus misiones, menos aun tratándose de un Shen’dralar; aun así, pese a los constantes rechazos de la capitana, el elfo seguía viniendo, hasta el punto en el que ella decide dejar que use los instrumentos de entrenamiento que usaban las novatas del cuerpo militar, el joven altonato practicaba hasta que sus músculos dejaran de responderle y se marchaba a casa para regresar al siguiente día, Alyssia se sintió insultada al inicio, luego su actitud se relajó un poco al ver que solo era un joven entusiasta, tornándose aquella rutina diaria en una modesta forma de entretenimiento, pero al final, comenzaba incluso a sentir admiración por tal determinación inquebrantable.

 

Pero ese día todo cambiaría, desde que Alyssia leyera la carta que llegaba desde la lejana costa oscura se dio cuenta de que en definitiva algo pasaría, un shan’do de nombre Eltharien a quien la capitana conocía bien desde hacía muchos años atrás por su invaluable ayuda contra los demonios durante la segunda llegada de la legión solicitaba ayuda de uno de los suyos.

 

 

 

Mi nombre es Eltharien Nightshade, soy un druida del circulo cenarion, escribo esta misiva para solicitar ayuda urgente, he detectado una fuente de corrupción cerca de las montañas del norte y me he visto envuelto en una situación apremiante, necesito la ayuda de alguno de mis hermanos del enclave pues me he dado cuenta de que esta tarea es demasiado grande para mi solo.


 

 

 

 

Athalas decide interrogar a la centinela en busca de cualquier información pertinente que pudiera darle, consternado por la breve información que el shan’do le había cedido, esta niega saber de que se trata pero le indica que si la tarea resulta ser tan complicada como el druida describe en su carta quizás le vendría bien algo de ayuda extra y le indica con la mano al Shen’dralar, claro está si el druida decidía darle una oportunidad para probarle su valía a lo que Athalas decide por sus propios medios verificar las capacidades del elfo.

 

Tras hablar un rato con el altonato, decide entonces probar sus actitudes para la batalla en un entrenamiento amistoso que se extiende por un buen rato, intercambiando golpes y levantando sus defensas como mejor se les ocurría, finalmente el druida se convence que pese a su ímpetu, el joven altonato merecía una oportunidad para probar su valía, de modo pues que decide llevarlo en su misión.

 

Ambos, druida y altonato arrimaron un día mas tarde a los puertos de Auberdine, dejaron aquello que no fuera vitalmente necesario en la posada y luego se internaron en el bosque para buscar el sitio que Eltharien les indicaba en la carta.

 

Un largo trecho después se encuentran con señales de una tremenda batalla cerca de una gruta custodiada por un sable joven que de inmediato les corta el paso, con sabiduría el druida logra convencer al felino de que ambos, tanto él como el altonato son aliados y este les deja el paso libre, sin embargo  la gruta estaba sellada por gruesísimas raíces espinosas que detienen el camino de Dharma, dándole paso únicamente a Althalas, este avanza hasta una cueva custodiada por otras raíces espinosas que se ve obligado a sortear hasta encontrar a un muy herido shando junto a su compañera Nashir, una matriarca sable nocturno.

 

Los tres regresan a Auberdine procurandole ayuda medica al shando Eltharien quien a regañadientes decide quedarse un rato para sanar sus heridas, tal es el daño que este termina por dormirse de forma tan profunda durante siete dias completos, entrando en un letargo natural de su comunión con el sueño esmeralda.

 

Una semana mas tarde.

 

Dharma y Althalas ya habían levantado un pequeño campamento para ellos un poco mas al norte de Auberdine, Dharma nunca lo había hecho por lo que el druida aprovecha un poco de ese tiempo de espera para enseñarle algunas cosas basicas sobre supervivencia.

Eltharien mas o menos les había advertido sobre la corrupción que se cernía sobre sus bosques, explicandoles que algunas criaturas se habían adentrado en sus tierras parar sembrar su corrupción, pero no podían hacer mucho mas que esperar a que el shan'do despertara y les contara con detalle todo lo que estaba ocurriendo.

 

Eltharien abre sus ojos despues de siete largos dias que para un elfo eran apenas un suspiro, come lo que la joven curandera que trataba sus heridas le brinda y despues, sin darle mucho tiempo a Dharma de detenerlo, decide marcharse a meditar al bosque, necesitaba ver como se encontraba Nashir pero mas importante aún, tenía que meditar, entrar en comunión con la naturaleza para tratar de averiguar cuanto se había extendido la corrupción sobre su amado hogar.

 

Dharma marcha en busca de Athalas,  este hablaba con una de sus hermanas llamada Sayene a orillas de la playa, observaban el oceano y comentaban hacerca de los ciclos de vida en él, en especifico el de las vallenas, gigantes y majestuosas criaturas que se movían en lo mas profundo del basto mar, el joven altonato se une a la conversacion y luego les explica que la razón por la que ha ido es para comentarles que ua Eltharien se ha despertado.

 

De regreso con Eltharien, a algunos metros entre el bosque, el shan'do comienza a explicarles la situación, al menos, la que él conoce.

Un Satiro de nombre Delmanis había viajado a Costa Oscura desde lo mas profundo de Valle Fresno y el propio shando Eltharien le venía siguiendo el rastro, pero cuando estaba a punto de capturarlo, un grupo de diablillos que parecía interminable lo han emboscado, Nashir y su pequeña familia de sables han luchado a su lado con valentía pero al final han tenido que huir perdiendo a uno de ellos en el proceso.

 

Ahora el satiro había aprovechado la ausencia del shan'do para poner sus rituales de corrupción en tres puntos distintos de costa oscura, que comenzaban ya  a afectar la fauna y la flora de los territorios aledaños y fortaleciendo a su vez al propio satiro, de modo que si querían darle caza a este, debían primero destruir los focos de corrupción.

 

Las cartas estaban sobre la mesa, pero si querían combatir un enemigo tan temible, necesitarían toda la ayuda posible por lo que Eltharien solicita a Athalas que se encargue de comunicar a las centinelas en busca de ayuda, pero ya sea que la recibiera o no, tendrían que luchar contra el satiro, poco despues se retiraron todos a prepararse para la batalla mientras  que Sayene se queda junto al druida para tratar de curarle las heridas que aun no se terminaban de cerrar.

 

 


 

 

Participantes y Habilidades usadas.

 

Dharma Zor'eil (@Akross) - Narrador :  Lanza Ligera / Combate cuerpo a cuerpo (ofensivo)  / Defensa  / Historia antigua (satyros) / Supervivencia.

Athalas Shan'Athor (@Blazerunner) : Espada Ligera / Defensa /  Combate sin armas / Fauna / Llamada Lunar / Comunión con la naturaleza / Historia antigua (Satiros) / Supervivencia.

Sayene Vientosereno (@Elireth): Sanación y Hierbas / Historia antigua (Satiros)

 

Consecuencias.


Hay tres puntos con rituales de corrupción por todo Costa Oscura y han comenzado a afectar a los animales que se desenvuelven dentro de su territorio, volviendolos mas salvajes y violentos, se desconoce el alcance de la corrupción pero se sabe que mientras mas tiempo pase, peor se va a tornar todo.

 

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El emisario del caos.

~Naturaleza de la corrupción~

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La respuesta de las centinelas no se hace esperar, dos de ellas  serían enviadas desde Darnassus para apoyar en la lucha contra el satiro, pero mientras llegaban, tenían que esperar un par de días mas y cada uno se preparaba como buenamente podía, Dharma por su parte, investigaba las inmediaciones con la vista lejana permitida bajo la vigilancia de una de las centinelas de Costa Oscura.

Mientras vigilaba, Dharma se percata de una figura inusual, un hermano kaldorei corriendo despavorido en los bastos senderos del norte, pero antes de que pudiera comprobar a sus perseguidores, de haberlos, es interrumpido por la conversación que acababa de iniciar entre la centinela Naisha  y una draenei que recién había llegado nueva a la aldea Auberdine llamada Nehira a quien ayuda a instalarse cerca del campamento que ya tenía con Athalas.

 

Un día mas tarde, el joven altonato se encuentra con Sayene y Xirene mientras recorría la playa, ambas hablaban con tranquilidad en el pórtico de una humilde morada, menuda pero bien adornada y con el toque hogareño que solo una sacerdotisa podría darle, la joven elfa invita a Dharma y a Xirene a beber algo mientras hablaban, entre todo, Dharma les comenta lo que había visto hacía algunos días antes mientras inspeccionaba los alrededores con su visión lejana, sobre el hermano kaldorei que parecía en problemas, confesándoles que le angustiaba la visión pero no se atrevía a internarse solo en el espeso bosque de Costa Oscura pues temía perderse, ambas elfas acordaron ayudar al altonato a buscar al hermano perdido bosque adentro.

 

Todo parecía tranquilo durante su trayecto, pero en cierto punto notaron que el bosque se quedaba en un silencio inquietante, ni los pájaros omitían ruido alguno, ante las sospechas, las druidas deciden intentar entrar en comunión con la naturaleza, cada una a su manera, Xirene adoptando los modos de la garra y sus sentidos, pero aparentemente el ancestro se resistía a acudir a su llamado  evitando que su cuerpo cambiara de forma, Sayene por su lado, intentó comunicarse con la naturaleza que la rodeaba pero esta parecía perturbada, sumida en una pesadilla caótica, deciden entonces continuar sin la certeza de lo que se encontrarían mas adelante, hacía la dirección que el altonato les marcaba.

 

Mas adelante se encuentran con un ciervo que huía de ellos pero lentamente, convaleciente, parecía asustado, herido, sumido en una terrible desesperación mientras sus ojos a su vez parecían rehuir de la luz o de todo, lo siguieron un poco mas para comprobar la situación del animal, este caminó otro tanto entre los arboles hasta que se derrumbó ya sin energía, Xirene lo revisó en busca de alguna herida que pudiera justificar el estado del animal, pero solo encontraron una muy leve en el flanco del ciervo, demasiado pequeña para ser la causante del padecimiento del animal, pero antes de que pudieran hacer algo para tratar de ayudarlo, este soltó un gemido adolorido y falleció  frente al pequeño grupo, absortos por lo sucedido, Sayene revisa la herida encontrando en ella una especie de podredumbre verdosa entre las pieles del animal que decide luego que debe llevar a Auberdine para poder analizarlo todo.

 

Xirene, mas dada a la acción, decide está vez, mas motivada a transformar su cuerpo en el de un ágil felino para buscar al kaldorei perdido, Dharma le indica que va a acompañarla pero está, acostumbrada a hacer las cosas por su cuenta, decide marcharse sola, tan rápido que no les da mucho tiempo de detenerla, entonces el altonato se ve obligado a correr tras ella tratando de seguirle el paso, pero obviamente incapaz de alcanzar a la rápida druida en su forma felina.

 

Un sable nocturno joven interrumpe el camino de Xirene quien a efectos prácticos tratando de dar con su hermano y descubrir el origen del asunto decide ignorar al sable adentrándose de forma impetuosa en el territorio del felino, pero este continuó persiguiéndola, en sus ojos se podía otear un brillo rojizo antinatural que la druida pasa por alto durante la persecución a la que había sido llevada, pero mas adelante, una vez dentro del territorio de los sables sombra luna se ve rodeada por otros sables que le terminan por cercar el paso, enfurecidos, con  miradas perdidas en la nada, dispuestos a matarla sin consideración alguna.

 

Es entonces que la joven druida decide cambiar su forma a la de un robusto oso para tratar de escapar de su precaria situación pero antes de que pudiera abrirse paso, los sables se le echaron encima hiriéndola repetidas veces tornándose en una situación todavía más complicada para la elfa que poco a poco se veía encerrada, pero de la nada aparece Dharma que venía persiguiéndola desde hacíase un rato, el altonato la protege como mejor puede y entre ambos combaten fieramente a los enloquecidos animales, pero estaban  conscientes de que quizás no salieran de allí con vida, Xirene estaba muy herida y pese  a los dantescos esfuerzos de Dharma por salvarla era incapaz de protegerla de nuevos ataques de los frenéticos sables.


Por suerte, cuando los sables recibían cierta cantidad de daño parecían volver en si mismos y luego huían por su vida tratando de preservar lo que les quedaba de sus instintos básicos y fue gracias a esto que logran vencer a la mayoría, pero Xirene estaba más que herida y aún habían suficientes sables, sin embargo, antes de que pudiera tornarse peor o fatal, el Shan'do Eltharien llega para salvarlos entre destellos de luz.

 

Eltharien ordena a Dharma que regrese a Auberdine con Xirene mientras que él mismo se queda allí para tratar de curar a uno de los sables que se  había llevado las peores heridas,  el altonato carga a Xirene que había perdido su forma de oso producto del dolor de sus heridas y la lleva hasta Auberdine entre brazos donde dos centinelas le cortan el paso acusándolo de haber sido el quien la ha herido, pero Xirene con su voz débil las desmiente, luego es llevada ante una de las sacerdotisas de la aldea para tratar sus heridas.

 

El peligro estaba lejos de terminar, la investigación de Sayene revela que los sables corruptos por los rituales del sátiro habían desarrollado temibles garras capaces de transmitir la corrupta enfermedad que ahora corría por las heridas de Xirene a quien tendrían que limpiar de dicha enfermedad usando métodos poco convencionales, a ella ya cualquiera que fuera herido por alguno de estos animales afectados, ahora el bosque se había tornado peligroso para cualquier que lo habitara.

 

 


 

 

Participantes y Habilidades usadas.

 

Dharma Zor'eil (@Akross) - Narrador :  Lanza Ligera  / Defensa  / Visión Lejana (Magia arcana) / Advertir / Atletismo

Xirene Sorrowshade (@Blues): Atletismo / Defensa / Fauna / Forma Felina / Forma de Oso / Advertir / Rastrear

Sayene Vientosereno (@Elireth): Sanación y Hierbas / Fauna / Comunicación Natural / Pacificación Natural / Advertir

 

Consecuencias.

Xirene con heridas terribles que deben ser tratadas, pero que pueden ser curadas, salvo una terrible enfermedad de corrupción que la va poniendo mas debil y que es tratada actualmente con un ritual de sanación por una sacerdotisa lunar.

Los jovenes sables de Costa Oscura han cedido ya a la corrupción, perdiendo por completo su razocinio y voluntad propia, atacan a todo ser vivo que se adentre en su territorio no para comerlo sino para matarlo sembrando oleadas de terror entre los animales no  depredadores quienes huyen de la corrupción o enferman por la misma hasta morir, Eltharien investiga por su cuenta los focos de corrupción para marcarlos como objetivos.

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El emisario del caos.

~Zona de Peligro~

 

 

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Dharma esperaba en su campamento, una vez estuvo seguro de que Xirene estaba en buenas manos, en el fondo se culpaba por el estado actual de la druida, si él no les hubiera informado del elfo desaparecido quizás no se habrían adentrado en zona peligrosa, peor, su propia debilidad le había significado en casi perderla a ella, no podía protegerla, a duras penas podía protegerse así mismo de aquellos sables, carecía de habilidad para moverse en el bosque, se sentía perdido envuelto por la naturaleza y aquello en lo que se creía excelente resultaba ser apenas suficiente para mantenerse vivo, se compadecía de su ineptitud, engullido por un mundo para él desconocido.

 

Esperaba pacientemente a la llegada de Eltharien, sabía con certeza que el druida iba a reprenderlo como a un crio y lo peor es que aunque aquello lo molestara, sabía que lo merecía, pero el shan’do no llegó, en su lugar llegó Athalas acompañado de dos centinelas, al fin habían hecho aparición los refuerzos de Darnassus, una de ellas, de mas edad y sabiduría se presentó como Altair, la otra, mucho mas novata e impetuosa que la primera llevaba por nombre Cienna, mientras Dharma informaba de lo sucedido a Athalas, las centinelas armaban sus propias tiendas de campaña.

 

Poco mas adelante se les une Eltharien, pero contrario a lo que esperaba Dharma el reproche de este fue aun peor, no con palabras ni regaños, sino con miradas cargadas de decepción, no se lo dijo, pero estaba claro que el shan’do estaba consternado por lo sucedido con los linces y también con el druida, pero no culpó al inexperto altonato por su falta de criterio, al contrario, se culpó el mismo por no poder prever la inestabilidad del bosque y sus criaturas ante la influencia oscura del sátiro.

 

El grupo de búsqueda se aventuró en el bosque hasta el límite seguro donde una de las centinelas encuentra el rastro del elfo que buscaban, apenas manchas de sangre secas ya que les indicaban una dirección hacia el noreste, entonces Eltharien les propone una opción extra pues sabía que nada de lo que pudiera decirles evitaría que los demás fueran en búsqueda del hermano perdido, el plan era simple, Eltharien usaría su magia para atraer la mayor cantidad de sables que le fuera posible y luego huiría sobre el lomo de su compañera Nashir (La matriarca sable sombraluna) para darles la mayor cantidad de tiempo posible y entonces sus compañeros pudieran adentrarse en el territorio de los sables para rastrear al hermano perdido, sin embargo, solo contarían con un tiempo limite de veinte minutos, después de aquello, los sables dejarían de seguir al druida y regresarían al territorio.

Tal cual lo hicieron, una buena cantidad de sables corren tras el druida, Altair propone dividirse en dos grupos para poder buscar el rastro de forma mas rápida yendo ellas por un lado mientras que Athalas y Dharma iban por el otro, avanzaron como pudieron entre los inmensos arboles y la espesura del bosque percatándose luego de algunos felinos rezagados que caminaban lento, con paso cansado, inmersos en una profunda confusión.

Las dos centinelas encuentran un rastro desde su lado y hacen señas a los dos elfos para que vayan junto con ellos, pero ninguno de los dos era especialmente sigiloso, llamando la atención de uno de los sables que de inmediato espabila corriendo hacia ellos con aquella ira incontrolable obligándolos a luchar para poder reunirse con las centinelas.

El problema es que mientras vencen al sable, el poco tiempo que les ha dado el druida comienza a tocar fin, ambos, aún decididos a encontrar a su hermano desaparecido, se cuelan mas profundo entre el territorio de los sables que pronto vuelve a llenarse de estos obligándolos a colarse como pueden entre los arboles hasta abandonar la zona de peligro desde donde pueden volver a seguir el rastro junto a las elfas, pues ya regresar por el mismo camino había dejado de ser una opción.

 

El grupo seguía el  rastro de sangre seca encontrándose en el camino solo muerte y rastros de la misma, animales pequeños asesinados sin consideraciones, otros no tan pequeños pero mas que nada pacíficos, también asesinado por los sables que no los habían comido, simplemente los habían cazado con la intención de matarlos nada mas, por fortuna, las centinelas logran recuperar el rastro que seguían antes, siguiendo el linde montañoso del este hasta encontrar una gruta entre las montañas que los lleva hasta una cueva en lo alto donde finalmente encontraron a un muy herido y convaleciente Kaldorei.

 


 

 

Mientras el grupo buscaba el rastro del elfo perdido, en alguna otra parte del bosque ya Eltharien estaba regresando al campamento, una vez allí, aguardo en silencio junto a su compañera Nashir esperando el regreso de sus compañeros pero el tiempo corrió sin apenas cambios, un par de horas y seguía sin haber señales de que nadie fuera a regresar, el shan'do comenzó a pensar en las posibilidades de lo que pudiese haber ocurrido, de repente, una Draenei llamada Nehira que también había puesto su campamento junto a ellos se le acerca a Eltharien esperando que este pudiera responder algunas de sus preguntas, el antiguo druida la saludo con amabilidad e intercambió varias palabras con la viajera de Draenor antes de explicarle la precaria situación en la que podría encontrarse sus compañeros.

 

Nehira, entregada a la buena causa de los naaru y de sus aliados kaldorei, ofrece su ayuda para buscarlos, Eltharien accede a su petición, un tanto consternado por la espera y por el posible peligro del que son participes, pero necesitaban ser rápidos si deseaban encontrar aun el rastro del otro grupo, entonces Eltharien se planteo una estrategia conocida pero que mostraba ser  eficaz, de nuevo el debería llamar la atención de los felinos para que Nehira entrara en el territorio de los sables y llevara un mensaje para sus compañeros, Nehira sería entonces su emisaria, el shan'do le hace entrega de un collar tallado en una piedra luminosa y le dice que aquel es un distintivo de valor y alianza entre la tribu de Furbolgs bosque negro y si se los mostrara, ellos la ayudarían a ella y al resto del grupo al menos a curar las heridas a comer algo y luego a salir del bosque, era un plan desesperado pero era lo único que tenían.

 

Eltharien provoca una lluvia estelar, un vistoso show de luces sin pretender huir, solo con la intención de llamar la atención de los sables, estos, en una gran mayoría caen en el cebo que el druida les propone y corren tras de él, sube en Nashir y emprende la huida para evitar confrontación, dejando el camino libre para la draenei que inicia su carrera hacia la dirección que antes le había dado el druida, esperando encontrar algún rastro que la condujera a la pista de sus compañeros pero es interrumpida en el camino por un sable que logra percatarse de ella, viéndose envuelta en un combate agresivo con la bestia, luego de vencerla puede retomar su camino al noreste donde encuentra el rastro que antes habían seguido Athalas y los demás, lo sigue y se adentra en la cueva donde las centinelas la reciben con sospecha pero Dharma la identifica como una aliada por lo que la dejan seguir e incluso le comparten algo de comida, la draenei les comenta el plan del druida pero deciden entre todos que deben descansar un tanto antes de hacer cualquier cosa.

 
 

 

Participantes y Habilidades usadas.

 

Dharma Zor'eil (@Akross) - Narrador :  Lanza Ligera   / Defensa  / Rastrear / Sigilo / Atletismo

Athalas Shan'Athor (@Blazerunner) : Defensa / Llamada Lunar / Rastrear / Sigilo / Atletismo

Nehira (@
Firefly ): Maza 2 manos / Defensa / Atletismo / Rastrear / Supervivencia.

 

Consecuencias.


El grupo a dado con Andarien, un  elfo perdido en la espesura de ocaso que ha sido herido repetidas veces por los sables y se encuentra muy afectado por la enfermedad que transmiten, también Athalas y Nehira han sido heridos pero en menor medida, ahora se encuentran inmersos en territorio peligroso.

 

 

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Npc Relevantes.

 

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Altair Starblade
Esta veterana centinela ha estado y combatido en mas guerras de las que la mayoría de los seres en azeroth podrían soportar y aún así, conserva la suficiente bondad para sonreir amablemente ante sus hermanos y hermanas, es quizas su amplia sabiduría adquerida con los milenios lo que la ha dotado de una tremenda paciencia, suficiente para mantener su tenacidad incluso en los momentos mas terribles que desquiciarían a las mentes mas fragiles.


Sus modos son siempre los de una guerrera  bien entrenada y analiza cada batalla para buscar una mejor forma de afrontarla, sus capacidades han sido pulidas en el arte de la guerra desde joven y aunque la mayoría de sus seres queridos han muerto, continua luchando día a día por mantener a los suyos a salvo.

Actualmente enseña a Cienna las pericias de una buena centinela, pero también está dispuesta a compartir sus conocimientos con cualquiera que demuestre ser confiable y sobre todo, esté dispuesto a asumir el dificil entrenamiento sin quejarse.

 

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Cienna DarkWing

La joven e impetuosa centinela es conocida por sus hermanas por ser bastante cabezota, generalmente está bastante llena de energía y lo demuestra durante sus misiones, a veces con mas entusiasmo del necesario, suele ser bastante radical y agresiva con los desconocidos pero es solo una forma de mostrarse como figura de autoridad o simplemente de hacer que se le tome en serio, no obstante, es consciente de que le falta bastante entrenamiento y estudio para colarse entre los mejores del cuerpo militar centinela.

Sigue siendo lo bastante joven, terca y altanera para necesitar de una figura de autoridad que la mantenga alejada de los problemas, en este caso, Altair funge como su maestra y guia, pero ha desarrollado no solo un gran respeto por su tutora sino un aprecio casi fraternal.

 

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Eltharien NightShade

Este viejo shando es apreciado no solo por algunos de sus compañeros y congeneres sino por muchas de las criaturas que pueblan kalimdor, entre algunas tribus Furbolg se le conoce como el cuervo de tormenta por sus habilidades druidicas unicas, otros le conocen simplemente como "el caminante" lo cual define a grandes razgos lo que ha sido su senda druidica, pues practicamente desde que aprendiera el druidismo algunos años despues de la destrucción de la fuente de la eternidad se ha dedicado a viajar por todo Kalimdor para ayudar a los entes que pueblan Azeroth y salvaguardar la naturaleza.

El shando está dedicado enteramente a combatir la corrupción de la legión y sus entes, su vida entera ha sido testimonio indiscutible de su gran entrega en la lucha contra los demonios, su sabiduría es tangible y su presencia inspira respeto entre los suyos.

Es un elfo amable, con una paciencia inconmensurable, es capaz de mantenerse tranquilo y pensar friamente aún cuando la situación parece terrible, siempre busca el entendimiento entre las partes y le resulta facil suscitar el carisma de quienes lo tratan, convirtiendose con facilidad en una figura de autoridad casi paternal.

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  El emisario del Caos
~ La madre del Cubil ~


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Los hongos de Ulsaafar.

 

 

Varios milenios habían pasado desde la explosión de la poza de la eternidad, desde que los demonios hicieron acto de presencia por primera vez en Azeroth, el árbol del mundo, Nordrassil era la primera consecuencia de la partición del mundo, pero no fue la última, una parte de la poza usado para dar existencia a la  fuente del sol, otros viales se perdieron en el tiempo y les fueron dados usos insospechados, algunas de sus gotas forman parte de las pozas lunares que ahora los Kaldorei tienen por todo su territorio, pero algunas pequeñas partículas de su poder se esparcieron por todo Azeroth dotando algunos lugares de una extraña divinidad, una de ellas, la charca de Ulsaafar, cuyo nombre fue puesto por un antiguo chamán de una de las tribus furbolg, estaba dotado de aquella divinidad imposible, una charca escondida en lo mas profundo de las montañas de Costa Oscura, dotando aquel oscuro y áspero ecosistema de su propia luz, nutriendo la tierra húmeda en lo insondable de la cueva y haciendo que los hongos que en la oscuridad crecían se colmaran de un poco de aquella divinidad que parecía concedida por la misma Elune, pero no solo los hongos de Ulsaafar sufrieron cambios durante aquellos milenios.

 

 

La madre del cubil.

 

 

Desde hacía unos tres siglos atrás, una osa parda joven de Costa Oscura usa la cueva como escondite tras recibir heridas de varios sables de la noche que en otra ocasión le habrían provocado la muerte, pero tras sumergirse en la charca brillante de la cueva y reposar en el interior de la misma, estás heridas fueron sanando, desde entonces, la osa comenzó a usar aquella cueva como su propio hogar y durante los siguientes años, la vida latente de la charca la dotó de una larga vida, es así como la osa se convierte en guardiana del cubil, encargaba de proteger lo profundo de la cueva y la charca de cualquier posible enemigo o intruso que tratase de entrar en su territorio.
 

La Tribu bosque Negro.


Después de la batalla del monte Hyjal durante la segunda llegada de la legión ardiente, la tribu Bosque negro había tenido que huir de Valle Fresno ante la creciente corrupción de los demonios, dejando atrás su hogar y todo lo que conocían, ayudados por un antiguo druida llamado Eltharien Nightshade, a quien los furbolgs llamaron el cuervo de tormenta por sus habilidades únicas como druida y emprendieron un éxodo hasta costa oscura donde fundarían un nuevo hogar y desde entonces comparten el bosque con todas las criaturas allí presentes, incluyendo los propios Kaldorei con quienes sostienen una relación de no agresión pero no de alianza como tal.

 

 

 

Pero parecía que la corrupción de la que habían tratado de huir durante tanto tiempo los perseguía incluso hasta Costa Oscura, Delmanis y su magia impía no solo estaba afectando a los sables de la noche, sino que a su vez estos trasmitían aquella funesta enfermedad a los Bosque negro que tras varios días de aguantarla terminaban enloqueciendo, sucumbiendo al frenesí de la corrupción.  Gorok, el patriarca chamán de la tribu, había visto la calamidad en el fuego, pero aunque había tratado de preparar a su tribu de la mejor manera para afrontar el mal que se le cernía, era incapaz de contener la corrupción por mano propia, necesitaba los hongos de Ulsaafar para crear un antídoto o antes de que pasaran tres lunas estarían totalmente perdidos.

Como recolectar los hongos que serían su salvación si la naturaleza que les rodeaba se habían convertido en sus peores verdugos, alrededor de la aldea bosque negro se habían organizado barricadas para defender a sus habitantes de la intrusión de los depredadores furibundos por la corrupción pero resultaba extremadamente difícil aventurarse hacia el cubil de Ulsaafar  sin arriesgarse a morir en el proceso, quizás por suerte o por orden predeterminado del universo, su fatídico destino estaba a punto de dar un vuelco.

Dos kaldorei y una draenei llegaron a las puertas de la tribu ayudándoles a eliminar la amenaza de un oso frenético, los bosque negro mantenían su escepticismo ante los inesperados  visitantes pero tras comprobar que la draenei portaba en su poder el talismán dado por su tribu a los que demostraban ser verdaderos aliados de ellos, le dejan pasar para hablar con el patriarca, Gorok quien confirma que Nehira, la draenei, había sido enviada a su aldea para solicitarles ayuda, el viejo chamán les concede la posibilidad de hospedarse por un tiempo a ella y a sus aliados hasta que puedan sanar las heridas y comer algo pero les advierte que la tribu está pasando por un mal momento y no pueden contar con su ayuda mas allá de ello, al menos, hasta que puedan obtener los hongos de Ulsaafar para curar a los miembros de la tribu que yacían enfernmos.

Altair, Cienna y Andarien, el joven elfo herido fueron recibidos dentro de la aldea bosque negro donde algunos de sus chamanes se encargaron de revisar las heridas del elfo, luego, el resto del grupo se reúne con Gorok, quien les explica sobre el cubil de Ulsaafar adorado por su gente desde antaño y sobre los hongos curativos que allí crecían, ante esto, un grupo formado por la adiestrada centinela Altair, el druida Athalas, el altonato Dharma, la draenei Nehira y dos de los exploradores furbolg de la tribu parte hacia el cubil con la intención de recuperar los hongos necesarios para preparar una medicina suficientemente fuerte para curar a todos los afectados por la enfermedad.

Tal cual el grupo se adentró en la profunda gruta de roca, encontrando dos de los anteriores exploradores furbolg que habían sido enviados antes, Gorok ya les había dicho que los demonios pululaban la cueva siendo la madre del cubil la única que se interponía entre aquellas bestias y su lugar sagrado, ahora estaban seguros de que el viejo chamán les decía la verdad teniendo que abrirse paso hasta lo mas profundo en un sendero custodiado por pequeños diablillos que al final parecían mas que demasiados para ellos viéndose obligados a dividirse, Athalas, Nehira y Dharma siguieron su camino hasta dar con la última recamara donde yacía la charca de Ulsaafar y los hongos que buscaban mientras que la centinela y los dos exploradores furbolgs resguardarían la entrada contra los diablillos que los atacaban.

 

 

Una vez cruzaron la charca encontraron un lugar lleno de vida, con hierbas altas, hermosas plantas y hongos luminosos, pero también había algo mas allí, una muy herida madre del cubil, cuyos ojos mostraban ya la locura insipiente que comenzaba a poseerla,  los diablillos habían herido a la inmensa osa mas de lo que cualquier animal pudiera soportar pero aún con su inmensa voluntad comenzaba a ceder por la corrupción, estaba triste, herida, cansada ya por su larga vida por lo que ya solo pudieron hacer lo mas difícil pero noble, sacarla de aquel tormento del que era parte, una lucha que les rasgaba el corazón y que terminaría con la vida de la protectora de aquel sagrado lugar.

Los diablillos terminaron por abrirse paso hasta la recamara donde ellos se encontraban obligándolos a buscar otra forma de huir, por suerte, Nehira encuentra una gruta entre las rocas, un sendero que pudieron seguir hasta una abertura entre la saliente de una cascada desde donde tuvieron que saltar para salvar sus vidas, una vez afuera son ayudados por Altair, que gracias a sus habilidades afinadas había logrado escapar de la cueva, la misión había sido cumplida pero la vida de uno de los exploradores, además de la vida de la madre del cubil se habían perdido.



Ahora solo restaba esperar a que el viejo chamán Gorok jefe de los bosque negro, cumpliera con su parte y creara una cura natural para la corrupción que estaba matando a su gente y los amenazaba con la extinción.

 

Participantes y Habilidades usadas.

 

Dharma Zor'eil (@Akross) - Narrador :  Lanza Ligera   / Defensa  / Nadar / Sigilo /  Ilusionismo (magia arcana) / Combate sin armas / Abjuración Basica (Magia arcana)

Athalas Shan'Athor (@Blazerunner) : Defensa / Llamada Lunar / Buscar / Sigilo / Guarda Natural (Druidismo) / Nadar

Nehira (@
Firefly ): Maza 2 manos / Defensa / Sigilo / Buscar / Nadar / Combate sin Armas

 

Consecuencias.


- La tribu de los bosque negro han desarrollado una espcie de antidoto contra la enfermedad causada por la corrupción que les cederan a los elfos de la noche para que traten a todos los afectados por la enfermedad.

- La tribu de los bosque negro han ofrecido ayudar a Eltharien y sus compañeros a combatir la corrupción de Delmanis y sus lacayos en calidad de aliados.

- La madre del cubil, adorada por la tribu de los bosque negro cual si fuera un antiguo espiritu de benevolencia ha muerto y la charca de Ulsaafar ha sido desprovista de cualquier defensa quedando a la merced de cualquier fuerza oscura que desee corromperla o darle uso a sus poderosas aguas.

 

 

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  El emisario del Caos
~ Semilla de Vida ~


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Habían pasado mas días de los que el viejo druida estaba dispuesto a admitir, Costa Oscura estaba al borde del caos y lo que mas hacía que se le hendiera el alma era que aún si milagrosamente lograra poner fin a los rituales de corrupción que Delmanis había esparcido por el bosque estaba seguro de que muchas vidas se perderían, algunos animales ya habían cruzado el umbral, aquella línea mortuoria de no retorno donde ya eran mas monstruos frenéticos que animales que compartían la naturaleza con su raza y con todas las demás criaturas que poblaban el bosque, su pecho se constipaba de tristeza conforme se adentraba entre los arboles tratando de deslucir una respuesta a la incógnita.

 

La compañía de los arboles lo tranquilizaba, siempre lo reconfortaba, pero esta vez la naturaleza se negaba a comunicarse con él, acallaba en un velo taciturno y desahuciado, entonces tuvo que elevar su plegaria a los cielos, aspirar a que los ancestros de antaño le dieron una señal desde el antiguo sueño, una respuesta, una pequeña esperanza tan siquiera, aun con ello, el bosque se mantuvo silencioso, solo un haz de luz se coló desde lo alto con brillo de luna y tomo forma, una silueta de luz que se fue sumergiendo aún mas profundo entre la frondosa arboleda de Costa Oscura, Eltharien  siguió la figura en silencio, esquivando grandes rocas  y riachuelos hasta dar con un claro, adornado con un resplandeciente lago en el centro, sobre este se posaba el haz de luz que por un momento pareció adoptar la forma de un ciervo, entonces todo fue claro para  el shando, era un mensaje del ancestro ciervo y  cuando la luz se desvaneció, Eltharien se sumergió en el lago yendo hacia el centro donde descansaba un tronco caído, cubierto de moho, sobre la punta había una pequeña flor blanca brillante como la luna, cuando el druida quiso tocarla, esta se encogió hasta convertirse de nuevo en una semilla. El druida entendió que aquella semilla le había sido confiada por Malorne y su mensaje estuvo claro, la naturaleza no iba a permitir que ningún ser impío la azotara con su ponzoña sin dar la pelea.



La semilla por si sola no podría enfrentar la corrupción del sátiro, Eltharien tendría que acudir a la propia naturaleza, la vitalidad de Costa Oscura tendría que nutrir la semilla antes de poder usarla para abolir los rituales impíos de Delmanis, pero mientras cargaba la semilla con la vitalidad de la naturaleza, estaría completamente expuesto a cualquier enemigo, necesitaba de toda la ayuda posible, ayuda que solo sus confiables compañeros podrían brindarle.

 


Enviada por la Luna.



Silandris había escuchado terribles rumores sobre lo que sucedía en Costa Oscura, estaba consciente de que quizás fuese demasiado para ella, pero también sabía que si no intentaba ayudar con cuanto estuviese en su alcance, ella misma no podría perdonárselo, era su misión y en el fondo sentía que la propia diosa de la Luna esperaba que diera todo de sí. El viaje hasta Auberdine fue agotador por lo que tomó un pequeño descanso una vez tocó puerto, antes de encaminarse a hacer las averiguaciones pertinentes, la posadera de Auberdine le comentó cuanto sabía sobre lo que ocurría en aquella parte del mundo, pero fue Naisha, la centinela encargada de cuidar la poza Lunar del poblado quien se encargó de expandirle toda la información de la que disponía a la iniciada, pero el día estaba mas oscuro que de costumbre y la que hasta ese momento parecía una insignificante lluvia comenzaba a convertirse en  un diluvio torrencial por lo que decide posponer su viaje hasta el campamento del druida Athalas y sus hermanas centinelas hasta el siguiente día.

Andissiel era también un druida de la senda feral con quien la iniciada se encontró en Auberdine, quizás fuese cosa del destino, o tal vez haya sido un suceso predeterminado por los ancestros pero ambos congeniaron con naturalidad y se congraciaron  con la causa que había llevado a la iniciada hasta aquella costa, entonces  se encaminaron hasta el campamento, dispuestos a ponerse a disposición de lo que shando pudiera solicitarles.


 

~Exclamación de la naturaleza~

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Un buen grupo formado por el shando Eltharien a la cabeza, las centinelas Altair y Cienna, la iniciada Silandris, el druida Andissiel y el altonato Dharma parten con premura hacia el corazón del bosque, su misión consistía en llevar la semilla de vida al lugar donde se encontraba el mejor enlace natural con los espíritus ancestrales de Costa Oscura donde el antiguo druida pudiera cargar la semilla con el poder natural necesario para frenar los rituales de corrupción del sátiro.  Solo existía la certeza de que Delmanis intentaría detenerlos con todas sus fuerzas pero si no lo enfrentaban probablemente se perdería cualquier esperanza.

 

El grupo se adentró en lo profundo del bosque, estaba claro que aquel lugar no estaba bajo la influencia corrupta del sátiro pero algo en el ambiente les hacía sentirse en tensión, incluso el aire parecía cargado con energías oscuras que provocaban aquel malestar indescriptible, Silandris detectó en las cercanías la presencia hostil de lo que sin duda eran diablillos, escondidos esperándolos para tenderles una trampa, pero ya descubiertos, bastó un hechizo del shan’do para hacerlos correr a esconderse en sus madrigueras dando vía libre al grupo hasta el pequeño cumulo donde Eltharien haría el ritual, estaba claro que la pequeña victoria que les había regalado el shando de antemano no bastaría para mantener a los enemigos alejados, la verdadera batalla estaba por comenzar, lo sentían en las entrañas.
 

Andissiel y Dharma se   mantuvieron en la angosta entrada al cumulo, mientras que Cienna y Altair se mantuvieron sobre las rocas desde donde pudieran disparar sus arcos, Silandris por su parte, se mantuvo atenta con el arco desde muy adentro del cumulo donde sus habilidades como tiradora pudieran ser lo mas útiles posibles, mientras, el shan’do Eltharien ejecutaría el ritual de enlace natural.

 

 

Tal como esperaban, pocos minutos pasaron desde que el druida iniciara el ritual hasta que comenzaran a notar movimientos sombríos en las lejanías, ocultándose tras los árboles, asechando  bajo la lluvia como culebras ponzoñosas, un rayo iluminó el campo dejando entrever a los enemigos, probablemente una decena moviéndose, cinco de ellos avanzaron primero hacia la boca de la cueva, donde fueron repelidos por las defensas, los otros cinco no se hicieron esperar atacando en cuanto vieron el momento propicio, al druida Andissiel y el altonato Dharma contuvieron a los enemigos en el frente como buenamente pudieron, el primero, adoptando la forma de un colosal y protector oso, el segundo, ocultando cualquier debilidad tras su macizo escudo, desde atrás, las tres tiradoras disparaban a sus enemigos, implacables hacían zumbar el viento y derribaban a los diablillos, pero eran mas de los que habían contemplado y terminaron colándose por los recovecos del pequeño cubil, rápidamente Altair y Cienna dejaron sus arcos alzando sus gujas para detener a los diablillos, que continuaban entrando a la cueva, empeñados en acabar con el druida.

Los diablillos por si mismos no eran demasiado fuertes pero eran una distracción  amañada, cuyo propósito era ocultar lo que estaba por venir, cuando vieron al final y creyeron que habían vencido a todos los atacantes, uno mucho mas temible que todos los diablillos juntos hizo acto de presencia, el propio Delmanis estaba allí para intentar cobrarse la cabeza de Eltharien, Su primera víctima sería Cienna, distraída combatiendo contra el último diablillo es tomada del cuello desde atrás por el poderoso sátiro potenciado por su propio ritual de corrupción, usándola como escudo, obligando al resto a conservar las distancias, luego trata de poner al altonato de su lado, acudiendo a una lógica innegable, Delmanis casi podía ver el interior del altonato cual si fuera trasparente y el propio Dharma sentía en sus entrañas que Delmanis tenía razón, aquellos a los que él llamaba hermanos no hacían sino tratarlo como si fuese un invitado no deseado, un paria a pesar de sus esfuerzos por ayudar, ¿valía la pena seguir arriesgando la vida por quienes no podían mas que verle con desdén?, pero también recordó aquellos que si le habían tendido la mano, a Athalas y al propio Eltharien, que pese al pasado de su gente, demostraban autentica confianza hacia él, entonces se le ocurrió usar la opción que le daba el sátiro para tratar de rescatar a Cienna.


Ante la mirada incrédula de sus compañeros, Dharma avanza junto al sátiro aparentemente aceptando la propuesta que este le hacía de unírsele, luego, cuando vio la oportunidad, atacó al sátiro desde un costado, pero este era mucho más viejo y malicioso de lo que el altonato pudiera ser, esquiva el ataque de Dharma arrojando sobre el a la mal herida Cienna, momento que aprovecharon sus compañeros para atacar al sátiro pero este demostraba ser incluso mas fuerte de lo que el propio shando les había advertido, por si mismo se convierte en una amenaza dantesca en comparación a los diablillos que antes los habían atacado, parecía prácticamente inmune a la magia y los ataques físicos apenas si perforaban su gruesa piel, la situación se torna cada vez mas critica, los cuatro unen sus esfuerzos contra Delmanis pero no logran mas que retenerlo para que Eltharien termine con el ritual, era cuanto podían aspirar, si no podían detener al sátiro lo suficiente, todo el esfuerzo hecho hasta ahora sería en vano, pero Delmanis era mas fuerte de lo que esperaban y las esperanzas parecían cada vez mas reducidas, hasta que del cielo un poderoso haz de luz cae sobre el sátiro con una imparable fuerza justiciera como si fuese enviado por la propia diosa.

 

 

El druida Athalas había llegado en el momento mas importante y entre los cinco pudieron retener al sátiro lo suficiente para que el shando Eltharien termine con el ritual de la naturaleza que no solo carga la semilla de vida con una gran carga de la propia vida del bosque sino que da al druida una gran  carga de energía natural, que usa para arrojar contra el sátiro una poderosa ráfaga de cometas cargados con la energía de las estrellas hiriéndolo de gravedad y obligándolo a retirarse adentrándose en un portal que el mismo abre hacia algún lugar desconocido. La semilla de vida estaba cargada ahora con la propia fuerza vital de costa Oscura y Delmanis estaba gravemente herido, pero también todos en el grupo estaban bastante heridos por lo que tendrían que recuperarse durante varios días antes de dar el último paso para erradicar la corrupción del sátiro.

 

Participantes y Habilidades usadas.

 

Dharma Zor'eil (@Akross) - Narrador :  Lanza Ligera   / Defensa  / Abjuración Basica (Magia arcana) / Advertir

Athalas Shan'Athor (@Blazerunner) :  Llamada Lunar /  Guarda Natural (Druidismo) / Sanación y Hierbas

Silandris Estrellapálida (@
Reluctant Hero ): Arco corto/ Defensa / Daga/ Advertir / Sanación de Toque (Luz sagrada) / Detectar Endes malvados (Luz sagrada) / Sanación y hierbas.

Andissiel Bosquesombrío (@ Imperator ):  Defensa / Advertir / Forma de Oso

 

Consecuencias.

 

- La semilla de vida a sido cargada y lista para usarse como catalizador para destruir los rituales de corrupción de Delmanis.

- Delmanis ha sido herido durante el combate.

- Cienna, Altair, Andissiel, Athalas, Silandris y Dharma resultan heridos durante el combate siendo Cienna la mas herida.

 




 

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