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TitoBryan

Terenar Joshech

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(Orientación fisíca solamente)

 

 

 

 

 

Cita

Fisico.

  

 

Hombre que aparenta a simple vista de ser de unos 20-21 años ¿Quien sabe? Nunca dice su edad. Alto, muy alto, quizás ronda el metro noventa. Expresión seria o madura, aunque su sonrisa cambia completamente su forma der ver en grande. Pelo negro: coleta en invierno y corto (o suelto) en verano. Ojos de un azul medianoche . Marca hombros y pecho anchos bastante musculados como todo su cuerpo al cual no queda resquizio de grasa pues llevar armadura pesada y combatir con ellá han suprimido todo rastro de ellá, siendo remplazada por puro musculo fibrado. Su altura, musuclatura y aspecto amenazador en general intimida a quien le plante cara.

En general muestra una figura agradable y atrayente que denota un atractivo notable. Su presencia inspira confianza y moral.

tejido-de-terciopelo-villandry-azul-medi (Tono azul medianoche de ojos)

 

 

 

 

 

Cita

Mentalidad.

 

Se muestra abierto, en parte. Aunque no le gusta que se metan en su vida. La carrera de soldado le ha dejado una grave marca en su mentalidad mostrandolo así como un ente serio casi todo el tiempo, demostrando su rudeza como soldado. Varios factores han hecho cambios en su vida: El amor, los amigos, la perdida de su amada, campañas o lugares que han jugado con su mente, ver como sus camaradas son asesinados brutalmente o comidos cacho a cacho lentamente. Por lo que es logico que sufrá EPT llegando a veces a caer en depresiones o repentinos ataques de ira.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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“Basta el instante de un cerrar de ojos para hacer de un hombre pacífico un guerrero…”

 

 

 

 

Solía vivir en los barrios mercantiles de Ventormenta, en la parte más aislada de la ciudad, pues recibir información era un regalo. Más que nada porqué el mensajero no llegaba.

Durante mi infancia no recibí educación alguna pues mi padre llegaba justo con el sueldo de cabo y mi madre a duras penas ayudaba con la sastrería. Tampoco éramos pobres, recuerdo que dentro de lo que cabía no vivíamos mal. Lo justo.

Tras terminar mi etapa de infancia y entrar en la adolescencia mi padre decidió en que debía servir al ejército cuanto antes. Dicho esto recuerdo que me apuntó a una academia de combate cuerpo a cuerpo. No era mala, tenía instrucción en espadas cortas, hachas de todo tipo y alguna que otra maza. Mi padre terco de él me apuntó en el arte de la espada corta y escudo para así facilitarme la instrucción en el ejército.

Yo solo veía un defecto en la academia… Bueno, dos. Los alumnos y los profesores.

Una vez en medio de la clase, recuerdo que vino un niño nuevo. Bueno, de niño tenía poco dado a que esa mole de carne no era normal. Al día siguiente mandó a un niño directo al hospital por darle un mazazo en todo el costado derecho de la costilla. El caso es que el niño era un burro malcriado y un día recibí yo. Recuerdo que un profesor me juntó con él para hacer “Sparring” decía él. Obviamente usábamos armas de madera pero una bola, quizás dos kilogramos directo en la cabeza no hace mucha gracia. Eso fue lo que me pasó, y tan solo tenía 14 años. Inspire hondo y recordé lo que me dijo una vez mi padre “…Recuerda hijo, basta un instante de un cerrar de ojos para hacer de un hombre pacífico un guerrero…” En ese momento cerré los ojos y… Al abrirlos el hecho de que se estuviera partiendo el culo hizo que se me erizara la piel y un escalofrío con rabia recorriese mí cuerpo. Tiré la espada al suelo, le lance el escudo y tras darle en la mano mé tire sobre la mole que me sacaba dos cabezas como mínimo. El caso que me chocó no fue que nos estuviéramos partiéndonos los dientes sino que los profesores apenas se preocupaban de la pelea. Fue alrededor de después de un par de minutos que gracias a la luz el muchacho tropezó y encajó la boca en una roca que adornaba el patio y fue ahí cuando pise su cabeza y le desencaje la mandíbula…

                                                                                                                       ***

                                                               

Llegue a casa. Recuerdo que papa aún no había llegado. “Estará de patrulla” pensé… De mientras mama estaba en la cocina  y yo jugaba con una “espada” de madera que hice, más que una espada era un palo con punta y otro palo más corto que hacía de guardamano. El caso es que tres horas después llegó padre… Y llegó con una flecha incrustada en la rodilla. Nos lo mostraron y se lo llevaron directo al cuartel de Villadorada para que fuese tratado.

Meses después murió por la infección que no supieron curar. Antes de morir me dio su medalla de soldado y me la guardé. Jure por todo lo sagrado que seguiría sus pasos para que se enorgullezca de mí. Y así fue, años después me entere de que en Villadorada se buscaban nuevos reclutas así que me despedí, cogí una armadura de cuero curtido de un amigo herrero y la espada que te regalaban en la academia al completar los cinco años de inscripción. No era muy buena ahora que la veo. Era de hierro, tenía una parte filosa y la otra plana, un guardamano de madera donde se inscribía el nombre del estudiante y terminaba con una empuñadura de la misma madera solo que acolchada con cuero.

Al llegar a Villadorada me establecí en una posada del arrabal, “La Capital” y fue ahí donde encontré a lo que serían mis futuros compañeros de grupo en el ejército; Ulric y Robert.

Jugamos a los dados durante un par de horas en la famosa posada hasta que caímos redondos del sueño. Al día siguiente me desperté, me puse la armadura de cuero y fui a dar una vuelta por Villadorada, de paso me aprendía las calles y sus barrios. La noche cayó, las 23:00 se hicieron y me presenté ante el cuartel con mis compañeros, juramos servir al glorioso Imperio y horas más tarde ya estaba patrullando como recluta en Villadorada.

Los meses pasaban, yo adquiría nuevos conocimientos en el ejército. Eran tales las técnicas que se enseñan que si hubiese usado lo que aprendí en la academia contra un bandido vulgar hubiese terminado bajo su bota. A los pocos meses de haber finalizado el entrenamiento me asignaron a las tropas de refresco de Arathi. Si, suena loco mandar a simples reclutas a un sitio como Arathi, pero no me arrepiento en nada.

Hicimos las mochilas, nos unimos al pelotón y seguidamente subimos al barco de Stormgarde cosa que… No fue muy bien una vez llegamos. Ulric y Robert se entretenían demasiado así que me arme de valor y me dispuse a buscar el campamento “Aligas de Fuego”. Ahí encontré al hombre más devoto y justo que he conocido: Ismael Cruz. Es, bueno… Era, un soldado renombrado de la Cruzada Escarlata. Él junto a Thomas,  Oconnor, Talflink, Varric y un par de soldados más formaban el batallón de “Agilas de Fuego”. Aprendí mucho en esa campaña, lástima que luego me asignaron a la muralla de Thoradim para salvaguardarla junto a dos cabos recién nombrados, Elegost y Santiago de Sveri.

Allí culmine mi entrenamiento con los milicianos y las sesiones. También fue justo en ese lugar donde me enamore por primera vez y de la peor persona que podía haberme enamorado: Érika. Los rumores cuentan que es una bruja que participó en la traición de Villaoscura y… Ahora he de decir que me arrepiento de haberla conocido y haber hecho lo que he hecho por ella. Un grave error sin duda, pero no entrare en detalles.

Ahora tan solo patrullo ocho horas diarias a la espera de nuevas aventuras.

 

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                                                                           Equipo y Aspecto

 

                                      Sombra y Furia

 

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A simple vista son espadas cortas forjadas por enanos. Nada más lejos de la verdad esta arma mortifera tiene un amplio contador de muertes...
Las espadas en particular no resaltan en nada. Puntas penetrantes y hojas de acero , filos pulidos y con él nombre "Sombra" y "Furia" grabadas a mano en la hoja . Guardamanos aplanados y empuñaduras de madera acolchada con tiras de cuero. Los pomos tienen un tono bronceado y la inicial "S" y "F".

1d6+3 + dual (Espada forjada de herreria)

 

                                     Armadura y escudo

 

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                                                          Armadura reglamentaria de Infante Pesado Imperial. Escudo con el logo del leon de la Alianza.

 

                                                                                                                      Cotidiano

 

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Nada fuera de lo normal aparte de la espada. Una camisa negra y una camiseta azul oscuro de sobrepuesta. Un cinto de cuero que sujeta un pantalon de lino negro. Botas altas de cuero que quedan a juego con unos guantes de leñador.

 

Inventario

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Diario personal de sus viajes (Valor bajo)

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Insignia de su padre caído. (Valor sentimental: Alto)

 

Editado por TitoBryan

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               El soldado caído.

 

Ya hacia tiempo que había vuelto de Tierras de la Peste, pero simplemente su cabeza lo recuerda como si fuese ayer. En sus sueños, aún está en el campo de batalla, aún pelea contra las hordas de no muertos, contra sus amigos levantados, contra el mal. 

El rostro de sus camaradas, pidiendo ayuda, y él... Él simplemente parado, ahí. Paralizado, sin poder hacer nada, impotente. Busca moverse, poder ayudarles pero su cabeza se resiste, hace que no se pueda mover y que cada vez le pesé más la armadura.

De repente todo esta en silencio. La batalla ha terminado, han ganado pero a un costo demasiado alto. Camina pisando los cadaveres putridos y los que no están tan pútridos.Y de repente... La ve, la ve a ellá. Parada a unos metros de él, lleva el atuendo común que utilizaba, la ultima vez que vio antes de que la ahorcaran.

Eso le fulmina, se esfuerza por no llorar y lo expresa con ira. Pero desde siempre se ha movido más por las emociones y su cuerpo falla, le duele el corazón y eso desenvuelve en el la perdida de su voluntad. Cae de rodillas al tiempo que ellá se acerca a él, con una sonrisa y un andar lento. Ya están juntos, Terenar rodea la cintura con sus brazos y la aprieta contra su pecho en busca de tranquilidad y cariño. Y lo recibe, ellá le acaricia la cabeza y le dice que todo irá bien, pero esa satisfacción se desvanece a los segundos pues un grito irrumpe en su mente. 

Se remueve por la cama, jadeando, chorreando pura adrenalina.

-¡Erika! -Grita sonambulo-

La ve, a ellá siendo ahorcada. Ve como su ultimo aliento se disipa de su boca y le dedica una ultima mirada. Escucha otro grito, alguien se le acerca. La figura, borrosa, se acerca gritándole. De repente, cuando ya esta nariz a nariz reconoce el rostro que le ordena que se levante. Le toma del brazo y de un tirón ya esta de pie, otra vez frente al campo de batalla, esa imagen horrorifíca de nuevo, parpadea un par de veces y se da la vuelta.

Horror, miedo, terror... Inundan el corazón de Terenar al ver una carga de no muertos enemigos mientras le ordenan que vuelva a la fila. No le da tiempo a ponerse en la fila y algo le embiste mientras le araña en casco y le grita con voz de ultratumba y...

Se despierta. Hiperventila, su corazón le va a mil por hora. Se oprime el pecho, otra vez ese maldito sueño. Mira por la ventana, ya es de dia y su turno empezará pronto. Es hora de trabajar.

 

 

Editado por TitoBryan
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