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Thala

Thindi'rel Zerul

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Thindi'rel

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  • Nombre: Thindi'rel Zerul
  • Raza: Sin'dorei
  • Sexo: Hombre
  • Edad: 63
  • Altura: 1,75
  • Peso68
  • Lugar de Nacimiento: Lunargenta
  • Ocupación: Mercenario

 

Descripción física:

Thindi, como le llaman sus amigos, es un elfo delgado y vivaz, con rasgos muy suaves en su rostro y una mirada penetrante y curiosa que es difícil que se quede quieta en el mismo sitio varios minutos. Tiene el pelo corto, pero por norma general siempre lleva un sombrero encima de su testa. Su forma de vestir no es demasiado llamativa, pues no suele hacer gala de los colores de su reino ni vestir algo que no sea comodo, su vestimenta favorita es una armadura de cuero que le ha acompañado en los pocos viajes que ha conseguido realizar.

 

Descripción psíquica:

De naturaleza alegre e impredecible, este elfo es llevado por una curiosidad innata, y muchas veces peligrosa, tiene una confianza absurda en que todo va a acabar saliendo bien. Tremendamente energico y la mayoría de las veces impredecible. No tiene un especial gusto por las formas cuidadas, pues se siente mas agusto dando una vuelta en un bosque en busca de algo que le llame la atención, que vistiendo una preciosa toga en un evento social.

 

 

 

 

 

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Historia

 

El ataque de la plaga, fue sin lugar a duda una experiencia terrorífica, Thindi jamás había presenciado tanta destrucción ni sentido semejante terror, hasta ese momento ni siquiera imaginaba que jamás iba a poder ver algo así con sus propios ojos, sin embargo, su familia había sobrevivido al ataque, aunque todo el reino estuviera traspuesto y la destrucción asolase cada parte del mismo, lo que él más quería había resultado intacto, lo que le permitió hacer más llevadero ese impacto.

La catástrofe le llevó a empezar a hacerse preguntas. ¿ Por que les habían atacado los No Muertos? ¿De dónde venían? ¿Que habían sido anteriormente? Y cuantas mas preguntas se hacía, más quería saber. Comenzó a pensar en otras razas, en otros pueblos ¿Que tradiciones tienen? ¿Como era su cocina? ? Y su estilo de vida? ¿Que les motivaba? Más eso no era suficiente, no le bastaba con oír historias, con leer libros, él sentía una necesidad imperiosa de conocer por su propia mano estas respuestas.

Finalmente no pudo resistirlo más, y a pesar de la negativa de sus padres, él decidió trabajar como mercenario, cualquier excusa para salir de la capital le servía, ya fuera trabajar como un simple mensajero o actuar como guardaespaldas para las caravanas de mercaderes. A pesar de los peligros, los viajes al Sur era algo que le atraían de una manera casi irracional, eso era parte de su reino, del lugar donde vivía, sin embargo todo era tan distinto.. ni si quiera el aire que se respira al Sur le parece igual.

Jamás destacó en el uso de la espada, sin embargo era consciente de que necesitaba saber defenderse, sin embargo el arco le resultó mucho más divertido de aprender, pues pocas cosas le entretenían más que buscar un árbol muy alto al que encaramarse e intentar cazar algo desde ahí, a saber cuantisimas flechas se perdieron con sus tiros fallidos mientras aprendía a usar el arco de una manera que no resultase vergonzosa.

No es alguien apegado a sus posesiones materiales, sin embargo, si tuviera que decidir quedarse solo con una cosa, no dudaría en elegir su espada, una extraña arma, más pesada y grande que las elficas, aunque no conoce su manufactura, eso es precisamente lo que más le gustó del arma, y no fue más que el azar lo que le llevó a conseguirla,


El tiempo transcurrió tranquilo e infructuoso, Thindi no tardó en cansarse de los mercaderes, de trabajar como guardia o mensajero, lo que en un principio le pareció una oportunidad excelente para viajar y ver el reino con el paso del tiempo se había convertido en monotonía, los mismos caminos, las mismas aldeas, las mismas ciudades, hasta la lóbrega Tranquilien empezaba a perder su encanto mágico a sus ojos, y fue en esos momentos cuando sus pensamientos giraron hacia El Relicario.. sentía una atracción y a la vez un rechazo por la institución, desde luego tenía la esperanza de poder salir del reino trabajando para ellos, de explorar lo que siempre había querido explorar, de ver cosas que hasta ahora solo aparecian en sus sueños más profundos, sin embargo, y pese a su edad, sabía perfectamente las consecuencias de unirse a una orden.. no solo trabajo anodino, estúpidos e innecesarios periodos de prueba, papeleo y solo Belore sabe que tipo de trabajos ordinarios y aburridos le podrían esperar por delante.. sin embargo era un elfo joven, algo impulsivo y demasiado soñador, y finalmente, la imagen que se había fabricado en su mente sobre el resto del mundo pesó más que los tediosos trámites que tendría que superar, por que estaba seguro de que lo conseguiría, siempre había tenido plena confianza en sus capacidades, solo un ciego no vería su potencial, no es así? Tampoco es que necesitase la opinión de nadie para estar seguro.

Y así, Thindi consiguió entrar en el Relicario, en los cuales pasó meses, mucho más tiempo del que le habría gustado, simplemente siendo adiestrado, estudiando historia, métodos de organización, hasta trabajando como bibliotecario en la biblioteca del Relicario. Huelga decir que trataba de escaquearse siempre que podía de cualquier tarea que significase pasarse horas encerrado en una habitación con la única compañía de documentos, libros y/o intelectuales, sin embargo esa actitud solo provocó que aun tardase más tiempo en que si quiera le dejasen participar en una expedición dentro de las fronteras del propio Reino.

 

Estaba apunto de tirar la toalla, cuando una conocida, Del, solicito su ayuda para una pequeña investigación en una antigua mansión abandonada en las Tierras Fantasma, solo la Luz sabe si Del se arrepintió de aquella decisión o dió gracias a ella, la verdad es que la curiosidad compulsiva del elfo fue de tanta ayuda como un estorbo constante, poniendo en peligro a sí mismo en varias ocasiones, aunque gracias a estos peligros pudieron discernir cómo funcionaban algunos de los dispositivos que encontraron.. y lo peligrosos que podían llegar a ser.

 

No fue hasta casi un año después de su primera expedición, no sin altibajos y constantes discusiones con algunos de sus superiores que Thindi pudo por primera vez salir del Alto Reino, ASZHARA! Iba a ir a Aszhara! Por fin podría ver Orgrimar, orcos, pasarían por Vallefresno, puede que hasta pudiera ver en algún momento a algún Kaldorei, acaso no sería genial poder acercarse a uno de sus antiguos hermanos y preguntarle por sus costumbres? La realidad golpeó nuevamente al elfo y a sus sueños, aunque desde luego aventuras vivió, un ataque de piratas antes incluso de llegar a la capital orca, sin embargo, tras el viaje, visitar brevemente Orgrimar y el largo paseo por Vallefresno y los dos primeros días de expedición e investigación en las ruinas Altonato.. su pasión volvió a desinflarse como un globo, de verdad todas esas baratijas servían para algo? Montones de libros, pergaminos, ropa, muebles, hasta vajilla! Todo se recogia y catalogaba, más a pesar de lo anodino de rebuscar entre la basura de casas abandonadas hace ya siglos.. era una experiencia diferente, el Sol, la temperatura, el cielo, el aire, el olor.. todo! Nuevas sensaciones, nuevas experiencias.. y terminó aceptando que no eran tan malo como parecía en un principio.. Del por su lado parecía más cómoda simplemente ordenando, organizando y catalogando.. Muchas veces recordó a sus superiores, con sus túnicas, sus despachos y su altanería, y decidió que prefería quedarse como un explorador el resto de su vida y vivir libre, pues si el precio del reconocimiento era un encierro en un edificio, no lo quería, no lo necesitaba… y así, continuó sacando de quizio a sus acompañantes, tratando de esquivar a la iniciada de los caballeros de Sangre que parecía haberse tomado a título personal encargarse de que no sufriera ningún daño.. más hasta en eso encontró un juego, el gato y el raton, hasta donde llegaría la paciencia de Azálea? Desde luego, quería comprobarlo.

 

Y así, comenzaron sus andananzas en las tierras fueras del Alto Reino...

 

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