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WR48

Tarzen'dar Garra Blanca: El Exiliado

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Tarzen'dar Garra Blanca

Ficha de Rol

Su pasado

 

Parecía ser ayer cuando Tar’khan le enseñaba a cazar a su hijo en Draenor y su mujer lo esperaba en la tienda preparando la cena y adiestrando a sus hijas. Los vientos fríos movían los decorados de las tiendas y la pequeña aldea Orca estaba en paz.

Y también parece ayer cuando los caudillos Orcos fueron seducidos por la brujería, las artes oscuras y los susurros de sombras demoniacas. Tar’khan era solo un cazador y guerrero más del Clan Garra Blanca. Actualmente esté clan cayó en el olvido y la tragedia se los llevó a todos. O a casi todos. El honrado Tar’khan tenía un hijo que era digno de su orgullo y era tan fuerte, tan musculoso, tan rápido y letal como el mejor Orco que un padre hubiese querido tener y toda hembra anhelar en su lecho. Este era Tar’zen y era orgullo también del Clan Garra Blanca. La vida en Cresta Fuego Glacial era cruda y árida y solo los hábiles cazadores y respetuosos guerreros eran los que sobrevivían en armonía con la fauna del lugar. Los poderosos y honorables aliados por excelencia de los Garra Blanca eran los renombrados Lobo Gélido, camaradas de su tierra y con quienes compartían costumbres. Estas costumbres eran veneradas con un profundo chamanismo y comunión con el equilibrio de los elementos. Zagrel era el gran Jefe de Guerra del Clan y este tenía una gran relación con los Lobo Gélido; tal era está, que cuando Ner’zhul quiso unir a todos los clanes bajo un solo estandarte y conquistar Draenor estos se reusaron y prefirieron la paz y el equilibrio de los elementos antes que la masacre sin sentido. Los Garra Blanca también fueron participes de la Batalla de Bladespire, donde allí aliados con los Lobo Gélido atacaron a los Maestros Ogros y liberaron a los mestizos, los Mok’Nathal.

11 años antes de la apertura del Portal Oscuro ocurrió esta Batalla y allí fue donde la gloria de la escaramuza abatió al poderoso Tar’zen y esto destruyo el corazón de su padre, Tar’khan. Abrumado por la pérdida irreparable, su hijo recibió los ritos correctos en su funeral bajo la nieve en sus tierras, pero pronto un rayo de luz le atravesó el alma de nuevo: Su mujer, su hembra, quien lo esperaba en los campamentos Garra Blanca lo recibía con un nuevo hijo tras su campaña; esté decidió llamarlo en honor a su difunto hijo mayor: Tarzen’dar

Él creció rápido pero solo era una sombra de su hermano que jamás conoció, y el orgullo de su padre se vino abajo pero el amor a su pequeño hijo lo mantuvo en ascuas. El pequeño Tarzen’dar no era igual de grande y fuerte que su difunto hermano pero si era rápido y veloz. Tenía miedo para cazar y eso causaba una cruenta enseñanza de su padre que de apoco fue puliendo. Junto con las tradiciones de los Lobo Gélido había aprendido a domar los lazos con los enormes Lobos de las montañas de Fuego Glacial desde pequeño. Pero los Garra Blanca recibieron la tragedia de la mano del Brujo.
Gul’dan, el Traidor de los Orcos, temeroso de que estos convenzan a más Clanes con su profundo chamanismo, envió a matar a su Jefe de Guerra Zagrel de forma sigilosa, causando la desdicha del Clan. Diezmados y abatidos, muchos que se rehusaron a ser parte de la Horda dominada por los Demonios fueron masacrados, tildados de débiles por los demás Clanes y en especial por su cercanías con los Lobo Gélido, sus camaradas de siempre. Fueron exterminados y el Clan cayó en el olvido. Fue una masacre, un genocidio y deshonra total sin precedentes. En esta revuelta contra los Garra Blanca perecieron Tar’zen y su esposa, dejando huérfano al pequeño Tarzen’dar. Esté fue tomado y adoptado rápidamente por los Lobo Gélido y acogido entre los suyos. Pero de su memoria jamás se borro lo que pasó, jamás se borro la verdad de su Clan, el entonces pequeño Tarzen’dar jamás olvido.

Una vez acontecida las grandes guerras en el Nuevo Mundo, esté se estableció con los Lobo Gélido como uno más de los suyos, pero siempre marcado como un Garra Blanca, en las Montañas Alterac. La furia creciente del joven Orco no tenía precedentes y había crecido fuerte y letal aunque no fuese el más grande Orco ni el mejor guerrero se había vuelto un salvaje cazador y un gran lanzador de hachas y lanzas. Atormetado por el pasado y sin encontrar paz en su mente rota por la venganza y la impotencia con la que creció, Tarzen’dar acuso de cobardes a los Lobo Gélido por no seguir la lucha como los Grito de Guerra, el único Clan libre desde la Segunda Guerra, y los únicos también que no estaban como ratas encerradas en los campos de concentración de los pieles rosadas, los humanos. Ignorando el chamanismo con el que fue criado, bajó de las Montañas solo y se interno en escaramuzas sueltas para liberar a sus hermanos cautivos, pero solo encontró Orcos apagados y diezmados, sin moral y esperanza y así  fue capturado al poco tiempo y puesto allí también, cayendo en desdicha, olvido y deshonra. Sin Clan, sin honor, sin venganza, sin nada. Todo era confuso; el odio que tenía a los demás Clanes como los Roca Negra o Filo Ardiente había pasado a los humanos. Pero el sabia, no podía masacrar a todos los suyos por errores pasados, de órdenes sin escrúpulo alguno, órdenes de Gul’dan, el Traidor. Pero jamás olvido la masacre y desaparición de su Clan. Era un superviviente, el último quizás de los Garra Blanca. Falto de toda esperanza, tratado como esclavo en los campos de concentración, su esperanza volvió a brillar con un presunto nuevo Jefe de Guerra que los liberó y vino con la furia de los elementos a flor de piel. Se hacía llamar Thrall y esto ya le alcanzó para seguirlo hasta el fin de sus días.

El tiempo pasó y su asentamiento en Kalimdor fue duro, en especial por el caluroso clima de las tierras de Durotar. Pero el pasado pesaba mucho y ya nadie salvo los Lobo Gélido, Clan del gran Thrall, recordaban la masacre de los Garra Blanca. Eternamente agradecido y lleno de un odio eterno a los demás Clanes que no podía manifestar, Tarzen’dar se exilió a las profundidades de Kalimdor.

Descripción física

 

Tal y como se lo vería in-game, Tarzen'dar ya es un Orco curtido y maduro. Si bien jamás bebió sangre demoníaca, la influencia a la que se ha sometido transformo su piel como a la de tantos Orcos y su color se mezcló con el marrón original dando como resultado un verde musgo.

Su rostro ya maduro se va surcando de arrugas lentamente, en especial su frente de calva prominente. También se dejo crecer una barba bien peluda color castaño oscuro y negra. Sus ojos centellan color verde y más al centro de la pupila brillan con destellos amarillo salvaje, con mirada penetrante de un depredador.

Porta unos aros en sus orejas, en forma de argollas pequeñas y plateadas.

Descripción Psicológica

 

La tragedia de su clan, la traición recibida y el sufrimiento lo lleva impregnado en la piel, no como cicatriz sino como ruptura en su mente. No busca más que honor y redención.

Odia a los Clanes que mataron al suyo y a los pieles rosadas. Tarzen'dar jamás olvido.

 

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